No se pueden negar los grandes avances que ha tenido la comunidad LGBTI en nuestro país. Y aunque hay mucho por seguir luchando, lo cierto es que sus derechos están comenzando a ser respetados. La historia de esta comunidad se puede contar desde múltiples perspectivas, y una de ellas es a través de la cultura. Y es que paralelo a los temas sociales y políticos relacionados a sus luchas, el conocimiento de sus vivencias a través de la cultura también ha ido en aumento.
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Un genuino ejemplo de ello es Museo Q, un colectivo que surge por la ausencia del sector social LGBTI en las narrativas de los museos. “Somos un movimiento de museología y no tenemos sedes, somos un museo sin paredes que lo que hace es entrar o transgredir, ya sea porque nos inviten o porque nos autoinvitamos, a ser parte de estas narraciones y espacios”, le contó a PUBLIMETRO Luis Carlos Manjarrés, miembro del Museo Q y encargado de museología y curaduría.
Aseguran que por ahora no están interesados en tener una sede propia, porque afirman que su representación podría quedarse en un solo lugar, cuando su verdadera intención es que todas sus visiones abarquen la mayor cantidad de lugares.
De la diversidad de género también se habla culturalmente
Así que como bien lo dijo Carlos, han llegado a espacios culturales muy importantes para nuestro país, pero que muchas veces no se han interesado en hablar de la diversidad de género.
“Hemos hecho intervenciones como por ejemplo en el Mambo, donde hicimos una exposición que recogía muchas de las obras de este museo que tocaban el tema de género y de la sexualidad”.
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Pero sus exhibiciones itinerantes van más allá del típico concepto del espectador que solo ve una obra. Y es que pensando en que los colombianos realmente conozcan a profundidad todo lo relacionado a esta comunidad, Museo Q ha creado muestras interactivas que han permitido que los espectadores jueguen al mismo tiempo que conocen. Una de ellas ocurrió hace poco en el Jardín Botánico de Bogotá.
“Nos definimos como un museo transgresor y sin paredes, que poco a poco a sabido ganarse su espacio y reconocimiento en el mundo cultural”, Luis Carlos Manjarrés, miembro de Museo Q.
“Lo que hicimos fue usar sus colecciones vivas, es decir, sus plantas, para enseñar sobre este sector. Lo que hicimos fue invitar a las personas a entender que la naturaleza es diversa y que nosotros somos naturalmente diversos. Lo curioso era que las personas recibían una guía de vista y con ella lo que tenían que hacer era identificar las distintas sexualidades de las plantas y entender que hay plantas trans, drags, hermafroditas, asexuales, y más, y para rematar, invitamos a las personas a ver pornografía vegetal. De esta manera, y con este tipo de exhibiciones queremos mostrar que Museo Q también tiene la misión de hacer pedagogía, pero una que no repele y que es dinámica”.
Luis Carlos agrega que, aunque su objetivo es mostrar todas las experiencias LGBTI, sus muestras también tienen la intención de hablar de otros tabúes que van más allá de la diversidad de género. “Y es que en Colombia nosotros no hemos sido los únicos que hemos callado, porque salir del clóset también significa el hecho de decir que no se quieren tener hijos o que se tiene una enfermedad de transmisión sexual como el sida. Y lo que queremos con esto es buscar puntos en común, para que las personas que nos vean entiendan que son más los aspectos que nos unen a los que nos separan”.
Con su propia exposición permanente en el Museo Nacional
Para muchos podría significar un espacio más, pero para Museo Q el haber logrado estar en una exhibición permanente implica que sus historias por fin están siendo respetadas y contadas.
Y es que dentro de su lucha, también se encontraba la idea de ser parte de este espacio cultural, que hasta un tiempo no tenía en cuenta sus visiones.
«Y paralelo a nuestro deseo de ser parte del Museo Nacional, este estaba creando la sala Ser sociedad, que tenía como objetivo mostrar las luchas de los sectores sociales. Específicamente ellos estaban pensando en indígenas y afros, pero faltaba una representación de las mujeres y la comunidad LGBTI. Así que luego de conversaciones finalmente llegamos a esta sala. Nosotros estamos orgullosos de muchos aspectos, pero nos ha hecho infinitamente felices ser parte de una exposición permanente y que nuestras narrativas hagan parte de espacios como este”.
Si usted visita el museo por estos días se encontrará con esta sala ubicada en el segundo piso.
Un espacio que cuenta con todo tipo de objetivos que relatan de una manera sencilla y dinámica la historia de la comunidad en nuestro país y la evolución en la lucha por sus derechos.
“Por ejemplo te encontrarás con la fotografía de Madorilyn Crawford, una de las grandes drags del país, y después de esto se pueden ver desde obras de artistas como Miguel Ángel Rojas y Álvaro Barrios, hasta material promocional del Ciclo de Cine Rosa, fotografías de marchas, la bandera de Elizabeth Castillo, una lideresa muy importante del sector, y otros tantos».
Museo Q es claro en afirmar que esta lucha y estos logros culturales no han sido gracias solamente a su trabajo, sino en general, a todos los sectores LGBTI que también trabajan a diario por hacerse visibles en una sociedad que, aunque lento, ha ido abriendo los ojos hacia la diversidad.
“Estamos muy contentos de compartir espacio con muchas organizaciones y líderes, entiendo que es una representación, que faltan muchas más, y que tenemos que seguir trabajando para que nuestras voces sean mucho más fuertes y estén en todos los espacios”, concluye Luis Carlos.
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