Cualquiera que haya escuchado radio en los últimos tres años conoce al menos una canción de Daniel Alejandro Morales Reyes, mejor conocido como Danny Ocean.
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La historia nostálgica de Me rehúso, canción que estuvo en el top 5 de varias emisoras cuando se lanzó en 2016 hizo que más de uno se sintiera identificado con el coro que habla de dos parejas que tienen que separarse por motivos de fuerza mayor, tal cual sucede en Venezuela y quienes deciden dejar el país, como Daniel, que a sus 24 años se abría paso y le hacía competencia a otros artistas de reggaeton más consolidados. La canción, que lanzó de manera independiente en YouTube, rápidamente fue agregada a plataformas como Spotify y Deezer, donde más de uno agregó la canción a su lista de reproducción para las fiestas.
Luego de Me rehúso vinieron canciones como Dembow, y el sonido de Danny Ocean ya era reconocible para quienes más gustan del género.
Con un puñado de éxitos, e impulsado por el buen momento que pasa a nivel musical, Danny Ocean presentó hace algunas semanas su primer álbum 54+1.
54+1, un álbum «hecho en casa»
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«Este es un álbum en el que yo mismo compuse, produje y canté», cuenta ‘Danny’, quien también diseñó la carátula del mismo. «Todo es creado en mi casa. Representa mi cuarto, varias historias de amor. Hay muchas canciones bastante viejas mías, que me han acompañado por más de cinco años. El 54 representa el número de mi casa en Caracas, y el +1 representa Swing, que es la única canción que escribí en compañía con Carlos Ramírez.
En cuanto al diseño, explica que cada uno de los cuadrados que conforma la carátula cuenta la historia de cada tema en una versión minimalista. «Cada canción tiene una propia portada, y cada portada está representada en un ícono en el álbum», explica.
En Swing, Danny habla de esas veces en que un hombre intenta cortejar, pero las cosas no se dan fácilmente con la mujer que les interesa. «Swing está dedicada a todas esas mujeres que se las dan de difíciles, pero que les encanta lanzarse un swing y soltarse el pelo, ¡así de sencillo! Esta canción nació de una conversación entre hombres, quejándonos de las mujeres difíciles».
De hecho, el cantante cuenta que la canción representa mucho de lo que lo inspira en el día a día. «El amor, las historias reales, lo humano, y los pequeños detalles que nos hacen humanos, eso es lo que me inspira a mí. ¡Ah, y las chicas lindas! (risas)».
Pero, volviendo al disco, Daniel asegura que este es una carta de presentación donde el público encontrará un relato de quién es él, de dónde viene y cómo se identifica ahora como artista. «[El disco] representa un Danny mucho más maduro, un Danny después de Me rehuso. Eso es lo que representa Swing. 54+1 es el ciclo completo que comienza en mi cuarto, buscando mi sonido, y donde incluyo una canción que representa lo nuevo de Danny Ocean».
Para el venezolano, este álbum es un llamado a «esparcir el amor por el mundo entero», pues «fue hecho con mucho amor, con muchas historias reales, de esa experiencia del artista por conseguir su sonido, de hacer un álbum que ha pasado por pataletas, frustraciones, lloriqueaderas, conversaciones. Es una mezcla de energía increíble. Es un álbum que me define como artista, y sumarle a eso un mensaje positivo, elegante. Está hecho con la mejor vibra con la que pude haber hecho cualquier cosa».
Una voz en el Venezuela Aid Live
El cantante estuvo en la tarima del concierto fronterizo del pasado 22 de febrero organizado y promovido por el empresario y magnate de las comunicaciones Richard Branson. El concierto fue visto por millones de personas en el mundo, y al menos 350.000 asistieron en persona a verlo en la frontera. Entre los artistas se encontraban nombres como Diego Torres, Carlos Vives y Alejandro Sanz, y Danny Ocean hizo parte de la cuota local. «Todo lo que tenga que ver con Venezuela, y apoyar a la causa de la ayuda humanitaria es un deber para mí como ciudadano venezolano, yo tenía que estar en ese concierto», dijo.
A pesar de las intenciones humanitarias con las que se promocionó el concierto, para muchos esta fue una estrategia de intervencionismo que dio lugar a innumerables críticas y rechazo al concierto. Sin embargo, Danny comenta sobre estas: «no considero que existiera una manipulación política detrás de todo eso, considero que el hecho de hacer llegar aún más lejos el mensaje de la crisis que está pasando Venezuela, y que muchos artistas se unieran para esparcir este mensaje fue la ganancia. Esta es una crisis humanitaria, y para mí este festival representó un apoyo a la causa de la ayuda y de hacer saber a nivel mundial la crisis que afronta el país».
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