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Alejandra Azcárate ahora es la cupido de la pantalla chica

La colombiana hace las veces de presentadora y de sicóloga, ayudando a las mujeres a encontrar el amor.

¿Hay que ver para querer? representa el regreso de Alejandra Azcárate a la televisión colombiana y latina. Luego de un receso para dedicarse a otras laborales artísticas, la actriz, comediante y más, vuelve con este show de citas presentado en E!, que busca que varias mujeres encuentren el amor, al mismo tiempo que rompen todas las reglas de la atracción. Esto le contó la colombiana a Publimetro acerca de este divertido formato.

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¿Qué significa para usted volver a la televisión con este programa?

Para mí es muy importante porque me había retirado de la pantalla chica desde hace dos años y medio, y desde ese momento comencé a dedicarme completamente a mi monólogo. Sin embargo, con el tiempo empecé a pensar en mi regreso, y aunque no era una gran ambición, porque ahora existen muchas plataformas para comunicarnos con la gente, sí añoraba volver con un formato que me llamara mucho la atención y de la mano de un canal que manejara otro tipo de contenidos a los que yo estaba acostumbrada. Y bueno, se dio esta oportunidad y no dudé en tomarla.

¿Por qué considera que este no es el típico programa de buscar y encontrar el amor? 

Yo no sé realmente cómo sean los típicos programas de este estilo porque no veo ninguno, pero creo que este formato es original en su esencia y que la única manera de que lo entiendan es que lo vean, así que les contaré la dinámica. La chica se sienta conmigo, estamos frente a una pantalla de televisión a través de la cual tres hombres van a intentar conquistarla. Esos hombres llevan unas cámaras adheridas a sus cuerpos. A ellos nunca los vemos, pero ellos comienzan a mostrarnos su entorno, gustos y demás. Y es que parte del  picante del asunto es que ni ellos, ni ellas, podrán verse. Eso solo sucederá hasta el final del capítulo.

Luego de conocer su ambiente, ella tiene una cita con esos tres galanes, aunque yo estoy de cerca. Más tarde me alejo para que tengan otro tipo de contacto, y finalmente, en una nueva etapa, entró yo de nuevo y ayudo a esclarecer las dudas. Una parte que sin duda me gusta ya que, en muchas ocasiones, cambia completamente todo, porque de repente, quien pensábamos que no tenía nada que hacer, comienza a encabezar la lista, y quien pensábamos que iba a ganar queda acribillado.

Al final ella debe escoger a su ganador y luego de su elección no puede hacer ningún tipo de cambio. Sin embargo, después de esto, a la pareja se le da diez minutos para que medite sobre su futuro y decidan si quieren darse una oportunidad o no. Nos ha pasado que las dos personas deciden seguir adelante, otras en las que la mujer desiste, aquellas en las que el hombre sale corriendo, y hasta unas en las que los dos no quieren continuar, así que es un programa que te mantiene siempre en suspenso.

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¿Qué tipo de mujeres veremos en este programa?

Verán mujeres de todos los colores anímicos, buscando relaciones de toda clase, desde amores con dinero, hasta relaciones profundas. Así que mi objetivo no es juzgarlas, sino ayudarlas a encontrar lo que desean.

«Me encanta haber regresado a la televisión con un formato de relaciones de pareja que empodera a la mujer», Alejandra Azcárate 

En otras entrevistas se ha referido a la reflexión que podría dejar este programa, aunque para muchos sea solo para pasar el tiempo…

Es un show que habla mucho del amor propio y de la seguridad sobre sí mismo, y creo que es una excelente reflexión en la actualidad, pues hoy más que nunca necesitamos amarnos primero a nosotros mismos para poder amar a los demás.

Muchos son los aspectos que le dan dinámica a este programa, pero sin duda, uno de ellos tiene que ver con lo que nos contaba hace un momento, respecto a que su labor va más allá de ser presentadora, hasta tal punto de convertirse en sicóloga… 

A mí eso me encanta, y me ha gustado siempre. A veces siento que la vida me ha enviado proyectos de una manera muy acertada. Tal vez esto sea una virtud, y no quiero sonar antipática con lo que digo, simplemente creo que uno tiene que reconocer sus bondades, y esto es algo que he reconocido en mí desde siempre. Por ejemplo, cuando yo era una adolescente y solo funcionaba el teléfono fijo, yo me encerraba en la habitación y mi papá cuando me golpeaba preguntaba: ‘¿puedo entrar o estás en consultorio sentimental?’. Y es que en esa época tanto mis amigas como mis amigos me llamaban para contarme todo lo que les pasaba y yo era una sicóloga innata.

Sin embargo, quiero decirles que yo no doy consejos porque no soy sicóloga, ni sexóloga, ni terapeuta. Lo que hago es compartir experiencias, con generosidad, esperando que esa persona encuentre una respuesta, aunque muchas veces no sea la que esté buscando. Digo lo que siento que necesitan oír, e incluso, por eso, he sacrificado ciertas amistades. Y es que siempre he pensado que en la vida todos debemos tener una persona que nos diga la verdad, sea un amigo, familiar o terapeuta.

Hablando ya específicamente del programa, porque me extendí en mi vida, yo habló con las participantes antes de que comience la grabación, no más de cinco minutos, y puedo decir que en ese poco tiempo me alcanzan a contar de todo, hasta que les han propuesto matrimonio y han devuelto el anillo. Y me encanta que eso pase, porque no creo que les suceda a todos ya que es una cuestión de energía. Y sí, yo soy la doctora corazón, estoy orgullosa y feliz con eso, pero más allá de eso, creo que soy una doctora con razón.

Y ver esa empatía y esa complicidad entre mujeres en el programa tiene un plus adicional…

Porque a las mujeres nos cuesta mucho trabajo generar amistades sólidas entre nosotras, porque somos chismosas, competitivas, envidiosas y desleales, esa es nuestra verdad. Pero cuando tu ves esa empatía, para mí hay magia.

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