Los ciegos sí ven cine. De hecho, no tienen problema en usar la palabra «visión», que siempre ha sido tema de conversación en sus vidas. Este año, el Instituto Nacional para Ciegos (INCI) llevó a cabo un festival del 3 al 9 de septiembre en el que invitó a esta población a disfrutar, durante una semana, de 14 películas de ciencia ficción en el auditorio del instituto en Bogotá. Así, más de 300 personas invidentes pudieron dar rienda suelta a su imaginación en un espacio pensado especialmente para ellos. En braille, la programación anunció títulos como Matrix, Terminator, Jurassic Park, y siete de las nueve películas de Star Wars.
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El director del INCI, Carlos Parra Dussán, le contó a este medio la necesidad que existe entre la población ciega del país por acceder a entretenimiento de calidad que sea incluyente. En Colombia, según el cálculo del censo de 2005, 1’200.000 personas son ciegas en términos médicos. 13 años después, la población invidente en el país debe haber superado este número con creces. «El festival se creó para decirle a la gente que nosotros los ciegos también podemos acceder al séptimo arte. Por eso armamos una agenda donde, durante siete días, vimos varias películas de ciencia ficción, género que escogimos en esta ocasión. Los ciegos casi nunca accedemos a este tipo de películas, casi siempre son películas románticas, pero casi nunca ciencia ficción. Quisimos romper con lo convencional».
También, para enviar un mensaje todavía más fuerte de inclusión, Parra cuenta que las películas se transmitieron a través de una emisora virtual para llegar a todos los invidentes de las diferentes regiones del país. «Las películas se pasaron en el auditorio del INCI, que tiene capacidad para 70 personas, y también se transmitió por la emisora virtual, INCI radio. Como igual es con audiodescripción no importaba que mandaramos películas por radio. Teníamos que pensar también en los ciegos de las regiones».
Audiodescripción, la radio al rescate del cine
¿Y cómo ven películas los ciegos? La técnica que lleva las imágenes a la cabeza de quienes no pueden ver se conoce como audiodescripción. Tal como suena, consiste en narrar en detalle las escenas durante la película. Así, quien está frente al proyector no solo escucha los efectos, sino que además puede entender cómo ocurren los movimientos en la pantalla. «Esto existe desde hace aproximadamente 20 años, la técnica no es nueva, incluso en Netflix hay algunas películas con audiodescripción», cuenta Parra.
Como muchos notarán, la audiodescripción es exactamente lo que hacía la radio de mediados del siglo pasado: narrar historias sin necesidad de imágenes. «La película se pasa común y corriente, con los efectos y la banda sonora, los ruidos y los diálogos. Se aprovechan los intervalos cuando no hablan para que el narrador que graba la audiodescripción pueda irle contando al ciego qué es lo que pasa en las imágenes», explica el director.
A pesar de que esta tecnología no es nueva, en Colombia hasta ahora está comenzando a tomar fuerza, por lo cual Parra pide que no solo se piense como una herramienta de entretenimiento, sino también como la necesidad que representa en el día a día de los ciegos del país, y toma como ejemplo los mensajes institucionales: «Estamos pidiendo que se reglamente la audiodescripción en los mensajes de Gobierno, porque uno entiende lo que dicen, pero uno no sabe qué imágenes tiene en el video, o le piden a las personas que llamen al número que aparece en pantalla».
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Hay futuro en el cine para ciegos
La edición del Festival de cine para ciegos fue la primera que realizaba el INCI, pero no será la última, pues Parra espera que muchos otros invidentes sepan que hay cine pensado para ellos, y puedan convertir el festival en un lugar de encuentro que continuará teniendo más ediciones. «La gente salió contenta, los ciegos nunca habían visto Matrix, nunca habían podido ver Star Wars. Estaban felices de poder acceder a esos clásicos de la ciencia ficción. Para muchos fue como volver a la radio», cuenta.
De hecho, Parra ya piensa en la edición 2019. «Creo que lo podemos institucionalizar porque la verdad es que llamó mucho la atención», asegura. «Nos agrupó a los ciegos en el INCI toda una semana. Tuvimos un pretexto para encontrarnos, porque habitualmente uno de ciego no va a cine. Si yo voy con alguien y esa persona me describe la película, la mandan a callar. El festival visibilizó que nosotros vemos cine, y nos unió en torno al cine durante una semana. Vimos un género diferente. Yo lo quiero hacer el otro año porque me pareció muy bonito el ejercicio».
Así vivieron el cine los asistentes
Nelson Villamizar, de 56 años, perdió la vista hace 40 años, cuando tenía 16. No obstante, le apasiona la cultura y la lectura en audiolibros, y cuenta entusiasmado que vio Matrix, «yo había escuchado hablar mucho sobre esa película, pero nunca me había llamado la atención asistir a una sala de cine porque normalmente esas películas, sobre todo de acción y ciencia ficción, son muy visuales. Tienen cierta musicalización y uno puede durar 3-4 minutos sin saber qué está pasando, realmente eso me genera mucha impaciencia. Por esa razón no soy un asiduo visitante del cine, prefiero los documentales donde hay un narrador. El audio de ficción nos facilita esa experiencia, de imaginar qué está sucediendo, cuando hay música rápida uno sabe que algo está sucediendo, y sabe que ‘Neo’ se cuelga de las patas del helicóptero y este da vueltas para tirarlo al piso, mientras uno escucha las hélices, para mí fue muy completa la experiencia, me dio gran satisfacción. ¡Además hubo pasabocas, como cuando uno está en teatro!», dice, y comenta que le gusta el cine político y policial, aunque también le genera curiosidad el cine con temas eróticos, como 50 sombras de Grey.
Irma Osorio, de 51 años, perdió la vista progresivamente a causa de un glaucoma desde los 9 años, y a los 20 quedó totalmente ciega. «Vi Terminator, me gustó la experiencia con audiodescripción, porque le facilita a uno como invidente entender la temática. Digamos que a uno, que no tiene nada de residuo visual, le queda muy complicado entender una película normal. Pero la película que tiene audiodescripción le permite a uno meterse en el tema y entenderla. De pronto algunas personas no fueron porque no se enteraron de este festival, pero les diría que cuando sepan, asistan, no se nieguen a esta posibilidad. Es una nueva experiencia que nos hace sentir inclusivos, compartir y comentar la película después es interesante».