“Storytelling for Peace Building (Narrativas para la construcción de paz) es el nombre de este proyecto, que busca fortalecer las capacidades comunicativas de los jóvenes afectados por el conflicto armado, para que puedan participar en la construcción de paz en sus territorios”. Sin embargo, esta descripción oficial se queda corta para hablar del trabajo que el departamento de artes del British Council lideró durante cuatro mesescon 80 jóvenes entre los 12 y 23 años, residentes de comunidades vulnerables en Cartagena, Quibdó y Santander de Quilichao, contactados con la intermediación de la Fundación PLAN.
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Durante este tiempo, la británica y experta en storytelling, Nell Phoenix, trabajó mano a mano con los jóvenes de estas regiones en talleres de narrativa para que ellos mismos aprendieran a contar sus historias a través del arte y diferentes formas de expresión. Como resultado de estos talleres, nace esta plataforma digital (www.storytellingforpeacebuilding.com), la cual transforma de estas 17 historias en formatos de historieta creando así un espacio “de memoria viva, resignificación y narración para Colombia y el mundo”.
Finalmente, la agencia creativa Poliedro proporcionó los ilustradores y el conocimiento tecnológico para que las historias se llenaran de color y se materializaran en la plataforma. PUBLIMETRO habló con las mentes detrás de estas “narrativas para la construcción de paz”.
El arte como amplificador de historias de vida
Nell Phoenix, la experta en storytelling, describió con cariño a los jóvenes que protagonizan estas historias. “Tienen una energía extraordinaria, expresión creativa desarrollada y un gran sentido de comunidad”. También, cuenta que todas las historias que llegaron a ser parte de la plataforma fueron elegidas por ellos, y que su papel únicamente consistió en ayudarles a encontrar la manera de narrar sus propias vivencias destacando emociones y momentos claves. “Nunca les dije sobre qué debían ser sus historias, el contenido lo decidían ellos, lo único que debían hacer era practicar la técnica. Cualquier historia podía ser contada sin señalamientos, incluso las que tenían elementos de ficción, y no buscamos las que fueran más dramáticas, con que les hubiesen producido una emoción ya eran válidas”, cuenta.
Para lograr que los estudiantes se abrieran, Phoenix les dio marcadores de colores y les permitió dibujar sus historias en carteles –De allí, en parte, vino la inspiración de los ilustradores que crearon los cómics–. “Podías ver la felicidad de estos estudiantes en sus trazos gruesos, impactantes. A veces, el más callado podía tener la historia más vibrante. Siempre usamos el lenguaje oral; no queríamos metáforas elegantes o frases ‘ingeniosas’, queríamos historias honestas, libres de clichés, y le dimos lugar a todas y cada una de ellas”.
Phoenix, quien ha trabajado con jóvenes de todo el mundo, comenta que en Colombia sucedió algo especial con los jóvenes de estas comunidades, y espera que así sean reconocidos. “Estos son los jóvenes más extraordinarios que he conocido, son considerados, atentos, ruidosos, determinados, ambiciosos y seguros de sí mismos. Espero que reciban el respeto y la motivación que merecen. Si son la próxima generación de líderes en sus comunidades, a Colombia le espera un futuro brillante”.
“Podías ver la felicidad de estos estudiantes en sus trazos gruesos, impactantes. A veces, el más callado podía tener la historia más vibrante..» (Nell Phoenix)
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Muchas manos, un mismo fin
Alejandro Gamboa, director de la Fundación PLAN en Colombia, cuenta que como organización le apostaron al proyecto al entenderlo como forma de expresión y construcción de memoria. “Queríamos visibilizar historias de estas comunidades y de nuestros jóvenes. Nada puede haber más importante, entre todo lo que sucede en el país, que la construcción de paz. De alguna forma ahí se están visibilizando sus vivencias, pero sobre todo sus sueños”.
Para Sylvia Ospina, directora del departamento de artes del British Council, el proyecto nace del deseo de apoyar a la fundación PLAN en su labor con poblaciones vulnerables. “Ellos tienen las redes y el conocimiento del trabajo en comunidades con niños y jóvenes”, explica Ospina. “Nosotros, como entidad de relaciones culturales del Reino Unido en Colombia, aportamos la experticia de Nell Phoenix y la creatividad en el programa, que también fue creado y diseñado por nosotros. Poliedro diseñó la plataforma digital. Es el primer cómic para la paz”.
La herramienta de storytelling nunca había sido usada en la fundación PLAN, pero para Gamboa es un primer paso hacia algo que podría tener una trascendencia que hasta ahora se comienza a asimilar. “El arte conecta, y finalmente lo que uno quisiera como organización es que los jóvenes participen, que se conecten con un mundo más allá de sus territorios. El arte permite soñar, permite conectar con audiencias. Acá una niña dijo, ‘¿se imaginan que una persona en Japón termine entendiendo mi historia y me busque porque compartimos el amor por el baile?’, ese tipo de cosas ocurren a través del arte”. (continuar leyendo abajo)
El futuro del cómic para la paz
Johanna Pinzón, directora de Poliedro, explica cómo fue el proceso artístico. “El equipo, conformado por ilustradores, realizadores y escritores viajó a las regiones. Allá escuchamos las historias y se eligieron a unos chicos particulares con quienes se hizo la profundización para los cómics. Tratamos de entender sus contextos, que muchas veces son difíciles, de violencia, de conflicto, de ausencias. Ahí, consideramos que el mejor formato contarlo era la historieta pues era hecho por y para jóvenes. Queríamos alejarnos del formato documental, que puede resultar muy denso”.
Por último, Sylvia Ospina comentó que este proyecto es un piloto, y compartió una primicia sobre el futuro del mismo. “Vamos para una fase dos. Vamos a continuar haciendo talleres y queremos tener un módulo ambulante que viaje por todo el país y acompañe este ejercicio… todavía tenemos que afinar unos detalles pero sí queremos seguir dándole el valor que merecen a estas historias a través de esta herramienta innovadora”.