En días pasados se llevó a cabo el encuentro musical Mestizo, una iniciativa del departamento de artes del British Council y Noisey, que tiene como objetivo exaltar y celebrar los mestizajes sonoros que durante más de 10 años han sido liderados por los productores británicos Quantic y Richard Blair.
De dicho encuentro quedó como resultado un micro documental en el que músicos de agrupaciones como Quantic, Cero39, Boom Full Meke y Nidia Góngora reflexionaron sobre el encuentro de culturas sonoras, la producción musical desde diferentes latitudes y la mezcla de sonidos que dan vida a nuevos ritmos globales. PUBLIMETRO habló con Richard Blair, quien compartióalgunas reflexionessobre la música colombiana, especialmente las últimas dos décadas.
Uno de los momentos clave que Blair vivió y del cual participó activamente, fue el boom de la música folclórica y que muchos denominaron «fusión» o «música mestiza» en el país. Este se dio a comienzos del 2000, cuando, en palabras de Blair, «la música de los papás» pasó a ser también la de muchos jóvenes.
«Entre otras cosas, fue gracias a internet. Esto además de factores sociológicos y demográficos de una juventud que hoy en día tiene 30, 40 años. Para mí fue un momento en el que la gente se dio cuenta de lo que había que hacer. Yo estaba con Sidestepper desde el 95, buscábamos hacer lo mismo que habían hecho en India y en África; usar el lenguaje actual de las máquinas y la electrónica con algo folclórico y crear una nueva música. Había que darle un nuevo sonido a la música folclórica para que entrara en esta nueva generación, porque no a todo el mundo le gusta escuchar la música ‘de los papás’. La música folclórica necesitaba un nuevo look, por decirlo de alguna manera», dice.
+25 años: el tiempo aproximado que lleva Richard Blair promoviendo la música en Colombia
Entre tantos nombres de bandas y artistas que se pusieron la camiseta del folclor y lo hicieron su marca agregando nuevos sonidos, Blair destaca al que, para él, fue el pionero del movimiento en el 2000.
«Yo creo que el gran pionero acá es Pernett. En 2001 lo conocí por Julio Correal, y cuando me mostró Huele a mariacachafa (2001) quedé muy sorprendido. Era un mapalé electrónico, bien hecho. Yo solo pensaba ¡Wow! ¿Qué es eso? Lo cierto es que Pernett era un ‘pelado’ inquieto de Barranquilla, cuyo padre era melómano. Entonces, de un lado tenía el vinilo de La candela viva (Totó La Momposina, 1993), y del otro tenía un Casiotone (teclado electrónico) con el ‘punchis punchis’ barato, y ahí empezó a mezclar ambas. Es un visionario. Después la gente comenzó a conocer a Sidestepper y, creo que era el momento. Cuando pasan esos detonantes no es una sola persona ni un solo grupo, sino que todo el mundo está listo para algo nuevo», comenta.
Pero, no todo fue un camino en ascenso. Tal como él mismo explica, el auge de la música folclórica reciente es producto de una resistencia de muchos productores por exaltar lo local versus el producto anglo. «Llevo 25 años repitiendo que no tienen que mirar afuera. Aquí tienen joyas y riquezas en forma de profundidad musical y cultural, por favor no lo dañen. Ya estamos saliendo de eso, y puede que para las nuevas generaciones sea difícil de entender, pero antes había un gran complejo de inferioridad que ahogaba a la gente. Yo siempre he tratado de ser buen embajador, incluso para los mismos colombianos».
Por último, Blair comenta que aunque hoy en día es normal ver agrupaciones como Choquibtown o Bomba Estéreo llevando los sonidos de Colombia a los grandes festivales del mundo, todavía queda mucho camino por delante. «Ahorita mismo hay mucha música comercial pero es música gringa que de sonidos de acá no tiene mucho. Por otro lado estamos descubriendo más, como la música chocoana, que apenas comienza a surgir. Pero eso fue hasta hace muy poco. Todavía hay mucho por defender y mucho por hacer».
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