Se dice que usted tuvo una conversación «premonitoria» con George Lucas, ¿cómo fue?
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George estaba filmando American Graffiti, que se grabó en el 72 durante el verano después de mi último año de secundaria y tuve una aparición. La experiencia me sorprendió bastante. Crecí como actor infantil en Hollywood, y esta película parecía muy diferente a las demás. Era como si los hippies hicieran una película, aunque George no lo era. Llevaba su chaqueta de USC (University of Southern California) todo el tiempo. Pero era una cinta hecha por gente que amaba las películas como arte y como modo de vida. Eran estudiantes de cine y cinéfilos. Eso no era para nada a lo que yo estaba acostumbrado. Yo estaba acostumbrado a los gaffers que habían estado en la Segunda Guerra Mundial y tenían tatuajes de anclas en sus brazos. Era muy diferente. Una noche, yo, a mis 18 años y George, que tenía 28, nos alistábamos para grabar una escena. Sabía todo de George por 1138 y había sido aceptado en la facultad de cine de USC, donde él ya era una leyenda. Así que le pregunté por lo que haría después y él me contó que usaría efectos como los de Kubrick en 2001: Odisea en el espacio y hacer una especie de película al estilo Flash Gordon que fuera de ciencia ficción donde todo se moviera rápido. Eso fue lo que dijo, además de mencionar «un universo entero, con muchos aliens», fue como una descripción de un minuto de lo que sería Star Wars un día. Me pareció una locura, sonada como algo muy difícil, pero ahí estaba. Si hubiese prestado atención, lo habría sabido todo.
¿Cómo se sintió cuando el proyecto se materializó?
Yo sabía que él haría Star Wars, y sabía que era la película de la cual habíamos hablado. Pero escuché muchas historias extrañas de la gente que había leído el guion. Cuando comencé a ver que se hablaba de la cinta en la prensa, supe que era algo grande. Mi esposa Cheryl y yo fuimos a verla en su día de estreno en el Teatro Chino Grauman’s de Hollywood. Tenía mucha expectativa porque leí cosas interesantes sobre la cinta y por mi conexión con George. La película simplemente nos voló la cabeza. Nos transportó, nos movió. Era muy entretenida. Realmente se abrió una nueva dimensión que permitió repensar la forma de hacer películas. Estuvimos en la fila para la película por dos horas, y cuando salimos había otra dos líneas para las siguientes funciones. Nos preguntamos mutuamente si queríamos verla de nuevo y la respuesta de ambos fue ‘sí’. Prácticamente, y sin decir nada por lo sorprendidos que estábamos, hicimos otra fila de dos horas y volvimos a ver la cinta ese mismo día.
¿Podría decir que Star Wars lo inspiró como cineasta?
Me inspiró como cinéfilo. Como cineasta en ese momento estaba más interesado en hacer cortometrajes, pero luego hice la primera película de Roger Corman como director. Fue muy intimidante. No podría explicar realmente cómo se logró hacer. Así que Star Wars me inspiró como cinéfilo pero estaba muy lejos de lo que yo pensaba que podía hacer un director de cine. Con seguridad me hizo soñar. Luego pudimos trabajar con George para hacer Willow, y sentí como si estuviera recibiendo mi doctorado. Haría películas y tendría éxito. Comprendía el medio y tenía más confianza que antes, pero había algo diferente a la hora de trabajar bajo el ala de George. Eso me definió y me liberó porque fortaleció mi confianza. Fueron experiencias de aprendizaje monumentales.
Y ahora, ¿cómo se siente hacer una película de Star Wars?
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Es un reto enorme y una oportunidad emocionante. Estoy agradecido por las experiencias pasadas que tuve al trabajar en cine porque la confianza que obtuve de eso me permite concentrarme en trabajar con los productores y escritores para hacer esta historia. Como fanático, tengo expectativas de lo que será la cinta, y no puedo esperar para verla, igual que el resto del mundo.
¿Por qué este es el mejor momento para agregar la historia de Han Solo a la saga?
Hay cierta expectativa ahora que estos universos se abrirán para las audiencias. Así que aunque es intimidante tratar con el estatus de ícono de Harrison Ford, creo que también es emocionante por el hecho de preguntarse qué hizo que Han Solo fuera Han Solo. Para su versión joven tiene que ser un actor diferente, y Alden está haciendo un gran trabajo al personificar los comienzos de lo que será esta figura. Lo que más me llama la atención sobre la historia es que al profundizar y enfocarse en Han, no es precisamente una historia sobre el origen; es más bien una aventura decisiva. Eso es lo más brillante que han hecho los Kasdans con el guion. Ofrecen una aventura que es muy Star Wars, pero que puede verse y disfrutarse por sí sola. Es muy divertida, tiene sentido y es reconfortante. Tiene el toque de gracia que le gusta a los fans. Aun así, también hay muchas oportunidades para entender la evolución emocional y psicológica de este joven Han Solo. Todas las cosas por las que tiene que pasar son cosas que lo encaminan a ser el Han Solo que todos conocen.
Para usted, ¿cuál es el tema de esta película?
Aunque no diría que Han Solo se comprende muy bien a sí mismo en esta cinta, sí diría que es acerca de encarar las ‘zonas grises’ de nuestras vidas. Se trata de entender que podemos tratar de definirnos, pero siempre habrá una esencia que te guíe. Incluso quien aspire a ser un rebelde se verá forzado a definirse por medio de sus elecciones morales, y serán definidas por esas elecciones, no por las etiquetas que se quieran poner a sí mismos.