Sonriente, como siempre, Carlos Vives habla de cada una de sus canciones como quien describe a un hijo. Aunque tiene más de 30 años de carrera, todavía se emociona con cada disco y video que sale a la luz.
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Por estos días, Vives estrena Allá se juega, acá lo Vives; canción con la que se une a la fiebre futbolera que se avecina a mitad de año. Como siempre, el artista se la juega toda por el folclor y las cosas que representan a los colombianos, y este año le llegó un reconocimiento que lo reafirma, pues fue homenajeado en el 51º Festival de la leyenda vallenata, donde su canción El sombrero de alejo fue el himno oficial. Todo esto después de que se conociera, el pasado noviembre, que el Museo del Grammy en Los Ángeles tendría una exhibición dedicada a su carrera.
El año pasado el samario presentó Vives, su decimoquinto trabajo discográfico, y compartió una reflexión sobre la manera en que se consume música hoy en día y el recibimiento que dicho trabajo ha tenido: «¡Nos ha ido bien! Tú sabes que hoy no es como antes cuando uno lanzaba un disco porque hoy la gente va escuchando canción por canción y de acuerdo a la canción que se escoja, la gente muchas veces desconoce el disco. Uno trata de hacer un esfuerzo por lanzar un álbum, porque al final uno es como de la vieja guardia, y para mí todavía es difícil no lanzar un disco, todavía me cuesta pensar que no es necesario hacerlo. Pero hoy por supuesto los discos se van conociendo así, canción a canción. De la gente que yo me encuentro que ha escuchado el disco, le he escuchado súper buenos comentarios. Estoy muy contento, es un disco muy completo», dijo.
Desde Los clásicos de la provincia hasta Vives, el cantante ha pasado por un proceso en el que aprendió a integrar su vallenato y su cumbia con el trabajo de nuevos artistas, y esta fusión entre lo de hoy y lo de ayer es uno de los grandes atractivos que acompañan su discografía, tal como él mismo admite: «de verdad que Vives es un disco en el que volví a mis raíces, pero con sonidos de hoy, fíjate. Aunque voy tratando de abrir puertas, porque hay sonidos de hoy que prefieren los medios, y nuestra música casa muy bien ahí. Yo puedo «vestir» mi música con ciertos sonidos sin desprestigiarla, sin perder mi esencia, pero al final siempre los que hacemos discos hacemos cosas modernas, porque el folclor es como un alma que no se graba. En el momento en el que uno lo graba, lo vuelve industria, lo vuelve rock n’ roll. Cuando yo conocí la historia del rock n’ roll comprendí que la música moderna iba a venir de mi música tradicional, cuando entendí lo que había significado el rock n’ roll dentro de la industria de la música yo entendí que el «mi rock» iba a salir de mi música, que iba a ser mi rock n’ roll. Muestro el amor hacia mis ancestros con mi música pero de una manera moderna y nueva, incluso industrial, porque al final somos eso, una industria», sentenció.
Carlos Vives, en cifras:
- 2 premios Grammy
- 11 premios Grammy Latino
- 15 álbumes
- 18, el número de canciones de su álbum más reciente
- +660 millones, el número de reproducciones de su video más visto en YouTube: Robarte un beso ft. Sebastián Yatra.
Una canción española que habla de Vives
Una de las anécdotas que el cantante compartió con PUBLIMETRO fue la grabación de la canción El arrepentido, donde el cantante español Melendi se contactó con Vives para incluirlo en el sencillo, pues le pareció que su voz era el complemento perfecto para dicho tema: «¡Son las ocurrencias de Melendi! Él estaba haciendo una canción en su estudio de España, en Oviedo, y escribiendo esa canción se acordó de mí porque estaba buscando un coro y quería acercarse a esos sonidos muy nuestros; vallenatos, cumbieros, colombianos. Hay un sonido que nos representa allá, ¿no? Que está en nuestra música tradicional, que está en el tropipop, que está incluso en sonidos de música urbana. Él estaba buscando ese sonido, y se acordó de mí. Si saltas vives (canta) y entonces me mandó el material, yo lo metí en mi estudio y sabía que él quería un estilo muy particular y entonces fue cosa de recibirlo y entender que él quería algo así. Le metí esos coritos, esa caja vallenata y él, feliz. Yo lo conocía pero no había tenido mucho contacto con él, solo lo había visto en una gala española, ¡no sabía que me tenía tan presente como artista! Después de que hicimos el trabajo me dijo que quería ir a conocer Santa Marta, por eso todo el video fue allá. Él estuvo en Pescadito, donde estoy trabajando en el barrio y allá me apoyó con todo lo que estamos haciendo, fue muy bonito. Me sorprendió mucho que me conociera tanto, y bueno, quedó muy contento con la canción».
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