Un disco hecho solo de cuerdas. La idea, aparentemente minimalista y acústica, es en realidad un reto que se puso Drexler. Así, persiguiendo el minimalismo, encontró una infinitud de sonidos. En rueda de prensa previa a sus conciertos en Colombia, el ganador del Óscar a mejor canción original (2004) habló en detalle sobre la creación de Salvavidas de hielo.
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«El disco era una aventura, lo planteamos con una directiva estética. Como yo no soy una persona ortodoxa en ninguno de los aspectos de mi vida lo planteamos como una aventura abierta, pensando que en algún momento igual podría haber una crisis muy grande porque querer hacer un disco solo de guitarra limita mucho tus posibilidades. Pero fuimos abriendo el concepto de guitarra y voz y lo sacamos de lo literal. Así empezamos a usar la guitarra también como elemento de percusión. En una guitarra el límite de sonidos es infinito. Yo toco la guitarra desde hace 40 años, y pensaba que la conocía, pero hay muchas cosas que no conozco. Igor Stravinsky decía, ‘cuanto más me limito, más me libero'», cuenta Drexler, quien suma 16 discos en su haber y dos premios Grammy Latino.
A pesar de la novedad, y de los retos inherentes a esta aventura, Drexler reconoce que el temor es un buen indicador de que probablemente su trabajo se acerca a algo interesante. «Ese es el momento al que tiene que llegar un disco, el pánico. No se me ocurre hacer un disco sin un momento así, esa es una buena señal», dice.
El dato: 2004, el año en que Drexler ganó el Óscar a mejor canción original por Al otro lado del río.
Además, en este trabajo hay otra grata sorpresa, y es la participación de Mon Laferte, Natalia Lafourcade y Julieta Venegas. Las tres, a su manera, le imprimen algo particular a cada canción, aunque no fue algo premeditado. «Nada en el disco lo es», comenta Drexler, «es decir, salvo el hecho de que queríamos que fuera de guitarra y voz, todas las colaboraciones fueron surgiendo de manera espontánea. Yo fui el primer sorprendido cuando vi que había tantas mujeres en el disco. Las tres son amigas en diferente grado, las mujeres siempre ocupan un rol de fuerza en mi vida. Siempre he tenido esa visión de no tener a las mujeres como algo complementario. Ellas llegan a una canción y se roban el show, y eso pasó en estos tres casos».
Hablar por medio del Silencio en Salvavidas de hielo
Desde el título, Drexler admite haber creado un disco para repensar el ruido, no solo desde el aspecto técnico, sino también desde la lírica, dando un lugar al silencio, que también es un personaje de Salvavidas de hielo. «El título del disco está lleno de paradojas. Es un salvavidas efímero, que incluye su propia finitud. Es una entidad que está hecha para salvar a alguien pero que acabará dejándote a merced. Es una oda a lo efímero. Es un disco que habla sobre aprender a valorar las cosas aunque duren poco. Hay una canción que se llama Silencio, que incluye fragmentos de silencio real. La canción lo utiliza como una herramienta estética. Estoy muy orgulloso de ella y, además nació en Bogotá. Esta es una ciudad ruidosa de millones de habitantes, y con un tráfico incomprensible (risas), en medio de ese caos de tráfico y de colores surge esa necesidad de que se detenga todo. Estamos realmente empalagados de información. Así, la reducción de variables, y el hecho de quedarse en silencio es muy difícil de conseguir. Pero también hay canciones como telefonía, que habla sobre nuestra necesidad de comunicarnos, así que existe esa paradoja», cuenta.
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«Tengo una relación muy especial con Bogotá. El último disco lo hicimos enteramente aquí, y estoy realmente feliz de estar de vuelta, con ganas de mostrar este concierto».
Protestar desde la belleza y la elegancia
En el discurso de Jorge Drexler siempre hay un espacio para la multiculturalidad, que el uruguayo considera como un regalo del que goza América Latina. «Para mí este tema (las migraciones, y el ser inmigrante) es central en el disco porque la canción que lo abre, Movimiento, es precisamente sobre eso. Yo no sé escribir canciones de protesta, nunca lo he hecho. Yo hago de todo, menos protestar en las canciones. No me parece mal, pero a mí no se me da. Como decía Leonard Cohen, ‘cada vez que uno se encuentra con el desasosiego y con la angustia vital, combatirla siempre con las herramientas de la belleza y de la elegancia’. Yo me identifico con eso. Yo busco un ángulo que tenga belleza en su planteamiento, una metáfora bonita. Como cuando digo ‘yo no soy de aquí, pero tú tampoco‘. Yo soy inmigrante, hijo de inmigrantes, padre de inmigrantes. Si hay algo dinámico y cambiante es la identidad. La cumbia es de Colombia, pero también viene de África y de los indígenas, y antes de eso ve tú a saber de dónde. Somos todos recién llegados.