A las nueve de la mañana en punto estaba sentada sobre aquella silla de madera que le da la bienvenida a quienes lo visitan en su hogar. Aunque habíamos acordado un encuentro media hora después, el tráfico y mi ansiedad ayudaron considerablemente a mi excesiva puntualidad.
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¿Con qué pregunta empezaré? ¿Cómo será? ¿Le parecerán estúpidos mis cuestionamientos? Esos y más interrogantes rondaron por mi cabeza en esos treinta minutos que estuve sentada en el peculiar asiento mientras el viento frío de la mañana me devolvía a la realidad.
¿Y cómo no sentir nervios? Siempre he pensado que Manolo Bellon es un genio a la hora de escribir y hablar de música. Justamente habíamos pactado aquel encuentro para charlar de su nuevo libro, The Beatles, que a mis palabras, es una obra maestra si de los cuatro de Liverpool se trata.
Me recibió con esa sonrisa que le he visto en diferentes eventos y rompió el hielo con esa risa que siempre le he escuchado en radio. Me invitó a sentarme en su cómodo sofá rojo y yo puse a rodar la grabadora, esa que guarda una conversación cálida, llena de comentarios graciosos, anécdotas personales y datos curiosos de esos cuatro personajes que hoy, gracias a él, veo más allá de sus discos y sus videos a blanco y negro.
“En la primera parte del libro habla de cómo conoció a The Beatles mientras se encontraba con su familia. ¿Sí sucedió en ese carro?”, es lo primero que le pregunto a Manolo, mientras se ríe recordando la particular escena.
“La historia del Volkswagen blanco de mamá es completamente verídica. Mi hermano iba manejando, yo en el puesto de copiloto, pongo Radio 15 y suena The Beatles. Los gringos que iban en la banca de atrás se ponen a cantar ese tema y de repente digo: ‘juepucha, estos tipos saben de lo que se trata ser adolescente’. Fue así de contundente la manera en que me enamoré de ellos’”.
Quitándome la mirada de vez en cuando, ya que teníamos público presente en la sala de su casa conformado por su manager, Martha, mi compañero y fotógrafo Juan Pablo Pino y ‘Gus’, un fanático del melómano y padre de una gran amiga mía, Manolo me cuenta que no pasó mucho tiempo para que Radio 15 pusiera a sonar todos las canciones del cuarteto. Ahora bien, como niño juicioso que era, regalo de Navidad o de cumpleaños, que con frecuencia era dinero, lo llevaba directo a Disco Club para comprar música. ¡Claro! No todo se lo gastaba en The Beatles.
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“Con los amigos nos sentábamos en la casa a oír los discos, y los escuchábamos de cabo a rabo, cara uno, voltee el disco, y después la cara dos. Creo que lo primero que tuve en mis manos en físico de la banda fue ese álbum mal llamado Las escobas que cantan”.
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— manolobellon (@ManoloBellon) September 27, 2017
“Mis primeros recuerdos están relacionados a la música. Mamá cantaba, mamá tenía una voz de contralto absolutamente espectacular. De otra parte, mi papá tocaba piano, bueno, algunos dirían que aporreaba el piano”, Manolo Bellon.
The Beatles, la vida del cuarteto que muchos desconocen
Le conté a Manolo que literalmente me había dejado antojada durante el lanzamiento de su libro en la biblioteca Lerner, y es que de todas las anécdotas curiosas que guardan las cerca de 600 páginas, contó escasamente dos. Del resto solo atinaba a decir muerto de la risa: “¿Lo quieren saber? ¡Léanlo!”. Fue la introducción perfecta para hablar de la que ya he dicho, es una obra maestra.
“La vida de un artista no se puede aislar de su contexto histórico, de lo que lo rodea y de su origen. Es obvio que ninguno de ellos nació por generación espontánea, que son hijos de unos padres, así que lo que primero que hago dentro del texto es contar la historia de cada uno de los cuatro, hasta el momento en que entran a The Beatles. Luego desarrollo su vida como grupo hasta que se acaban en el setenta”.
A partir de los años setenta lo que hace es relatar por décadas, o bueno, casi año por año, lo que pasa con The Beatles, y paralelamente, con cada uno de sus integrantes en su etapa como solistas. Al final, cierra con broche de oro al hacer una discografía que va desde el Please Please Me, hasta el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band en su edición cincuenta años, que fue lanzado en mayo de este 2017.
¡Y bueno! Me contó del libro, de su estructura, pero no dejaba de rondarme en la cabeza que The Beatles tiene fechas exactas, datos curiosos, información que muchos desconocen. “¡Por favor! ¿De dónde sale?” Le pregunto casi a modo de suplica, pidiendo casi a gritos que revele tan magno secreto.
Como en la mayoría de nuestra conversación, él solo apunta a soltar una carcajada y me dice: “Uno es que llevo más de cincuenta años escuchándolos, recabando información sobre ellos. No es que me haya sentado ayer a buscar en internet a ver qué encontraba, es más bien el resultado de pasar tantas décadas disfrutándolos”.
Para eso se ayudó de los cerca de cincuenta libros de la agrupación que guarda en su casa. Hay algunos con partituras para guitarra, fotorreportajes y biografías escritas por personas cercanas a los cuatro de Liverpool como por ejemplo, la primera esposa de John Lennon, Cynthia Powell, y la famosa Cilla Black.
Pero eso no es todo. Este hombre de radio, de música y de letras también hizo algunos contactos personales que le suministraron datos muy divertidos, como por ejemplo la historia de Paul McCartney y la relación de su guitarra con las cuerdas de un piano. ¿Qué, qué? ¿Cómo fue eso? ¿Quieren saber con plenitud esta anécdota? A lo Bellon solo les puedo decir: lean el libro.
Me cuenta que no pudo escapar de las nuevas tecnologías y que también hubo una cantidad de información que consiguió en internet, que por supuesto, tuvo que validar para no caer en mitos, como ese que afirma que McCartney murió en el 66 y que a quien vemos ahora es un simple doble. ¡Falso! Le tenemos la cruda verdad y no tendrá que leerla en The Beatles:
“Se supone que eso ocurrió el 9 de noviembre de 1966, que The Beatles estaban en el estudio comenzando a grabar el Sgt. Pepper’s, y Paul se agarró con los otros tres y en medio de su piedra, salió, tomó su carro y se destortilló. La verdad es que ellos no estuvieron en ningún estudio entre junio y el 22 de noviembre de ese año. Pero eso no fue todo. Cuando se conoció la historia, los periodistas se fueron para la casa de Paul, tocaron a su puerta y le preguntaron si estaba muerto. Cuando le contaron el cuento el tipo sacó los pasaportes donde demostraba que él y Jane Asher en esa fecha habían estado en el África, en Kenia, de vacaciones. Pero ese es un dato que nunca mencionan, porque las teorías de la conspiración ignoran las realidades para armar su ficción”.
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— manolobellon (@ManoloBellon) September 18, 2017
«Todo cambió cuando escuché por primera vez rock and roll y a The Beatles. Eso me dañó el coco, me transformó. Encontré algo que me hablaba a mí, que tenía que ver con mi realidad», Manolo.
La colección de Manolo Bellon… más allá de los objetos
Durante el lanzamiento de su libro en la Lerner, Manolo estuvo conversando con Eduardo Arias, quien además, escribió un pequeño texto para The Beatles. Justamente, de su charla me quedó sonando el disco de oro que recibió como homenaje por su trabajo con la banda y en ese momento, por sus treinta años de carrera.
“¿En dónde está?”, le pregunté. “Por aquí anda”, me respondió. Y aunque la verdad no hablamos mucho del tema, lo cierto es que del disco de oro pasamos a su casa, y de su casa a su colección del cuarteto que, en realidad, no es notoria dentro de su hogar. Pero lo anterior tiene una explicación.
“Yo siempre he insistido que se trata de la música más que de cosas. Sí tengo una que otra pendejada como camisetas, un par de loncheras, un maletín, tengo botones y hasta copas de aguardiente de la banda. Eso sí, discos conservo muchos, inclusive hay algunos que tengo dos y hasta tres veces. Por ejemplo los álbumes rojo y azul los tengo en el vinilo que salió el 73, en la reedición que hicieron después del 2000, y en CD tres veces”.
Junto a su piano me cuenta que periódicamente toma un disco y lo escucha durante todo un día. Asegura que esa es su manera de vivir The Beatles en esta época. “Las canciones siguen pegándole al corazoncito adolescente, pero seamos sinceros, no es el mismo corazón que hace cincuenta años”, dice mientras se toca el pecho, queriendo decir que ya no es tan fuerte como antes.
Escribir también es su nueva forma de vivir la Beatlemanía. “Yo tenía que contar esa historia otra vez y debía relatarla como lo hice en este libro: con mucha información, con mucha anécdota, con una discografía a detalle y comentada. Sin embargo, The Beatles no es lo más bello. Lo más hermoso en realidad es que la gente se ha tomado el trabajo de ir a una librería, pedir el libro, tomarlo entre sus manos y llevarlo a casa. Eso es muy grande”.
Se trata de un final insuperable. No hay más por contar. Apago la grabadora y luego de eso sigue habiendo un cruce de palabras y de risas que ahora solo están grabados en la mente de quienes estuvieron presentes en la hora y la fecha indicadas. Fotos, autógrafos, gracias, un abrazo y hasta pronto. Se cierra la puerta y me repito que se trata de un final insuperable, sin embargo la sensación de ansiedad no se me quita. La razón en mi cabeza es bastante lógica: ¿Cómo haré de la conversación perfecta, la historia perfecta?
Sus favoritos
Aunque asegura que es pecado preguntar por esos álbumes que le llenan el alma, Manolo me confesó que hay tres que son más cercanos a sus afectos:
Please Please Me: “Ese disco me encanta porque lo que hizo George Martin fue recoger la esencia de ellos como grupo en vivo, con la energía, la alegría, las ganas y el talento”.
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band: “Inevitablemente tiene que ser de los favoritos, entre otras vainas porque es de esos discos que cada vez que lo escucho encuentro algo nuevo y diferente”.
Abbey Road: “Porque me encanta y punto”.
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