Cali

Modelo que se desnudó en estación de policía resultó ser porrista de un grande de Colombia

Katherine Martínez, la modelo que se desnudó en una estación de policía en Cali, resultó que era porrista del América de Cali. Su profesión es fisioterapeuta y además se dedica al baile. Además, anunció que está estudiando la situación con su abogado para ver a dónde pueden llegar jurídicamente. También confirmó que cobra entre 2 y 3 millones por un show de baile.

“La Policía llegó con palabras ofensivas diciendo “mirá la modelito Kathe Martínez en el estado en que se encuentra, está borracha, grosera, ebria”. Desde un principio llegaron diciendo eso. No llegaron con argumentos para llevarme de ahí donde estaba, se supone que había una riña pero eso nunca fue cierto. Era una discusión de mis amigas y yo estaba ahí tratando de apaciguar las cosas. (…) Antes de subirme a la patrulla me estrujaron y me golpearon fuerte, yo tenía un piercing en el ombligo y me lo reventaron, tengo heridas en la pelvis, marcas en los brazos, me cogían como si yo fuera una papa. (…) Yo les decía que por qué me trataban así y ellos se burlaron de mí, me dijeron que me iban a ‘boletiar’ en todas mis redes sociales”.

Esta declaración hace parte de lo que dijo Katherine Martínez en conversación con Vicky Dávila, quien este lunes la invitó a La W para que explicara en detalle la situación por la que hoy adelanta procedimientos judiciales contra los policías que el pasado lunes 24 de julio la llevaron a la estación del barrio Meléndez y difundieron en redes sociales un video en el que ella se desnudaba y mostraba sus partes íntimas, incitada por las palabras de los uniformados y de los presos. El testimonio continúa así:

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“Cuando llegamos a la estación ellos me bajan horrible, empujándome. Yo les decía “tranquilos que yo estoy caminando, no me empujen así”. Llegué hacia la ventana y ellos de una me exhibieron ante los presos: “Miren a la que les tengo aquí, a la modelito, miren en las condiciones en las que se encuentra, está ebria”. Ellos me esposaron a la ventana, unos cuatro metros al fondo quedaban las celdas de los presos. “Miren cómo está ella, nos va a hacer un show, nos tiene que modelar”, eso decían los policías. Desde un principio les dije que por qué  me iban a encerrar. Mis amigas estaban ahí y les dijeron que se fueran. Yo les decía que me dejaran afuera en un asiento porque tenía un esguince de tobillo y me dolía mucho el pie, pero ellos dijeron “No, si usted quiere que la pasemos a un asiento y le quitemos las esposas tiene que desfilarnos, a ver, muéstrenos, súbase el vestido”. Luego empezaron a incitar a los presos: “Sí, muchachos, que se suba el vestido, que baile”. Los presos, más que estar emocionados como los mismos policías, estaban tristes porque decían que no me trataran así”.

“Los mismos policías se han encargado de meterle cizaña a la gente porque saben que los únicos culpables de todo este caso de violencia de género y violencia contra mi integridad personal son ellos. Abusaron de ese uniforme. Yo soy bailarina desde los 13 años, jamás he sido streaper, jamás he mostrado una parte íntima de mi cuerpo. La gente ha visto muchos videos míos (bailando) pero con uniforme, ese es mi trabajo y por eso me están pagando. La gente misma que ha estado ahí en esos shows sabe que en ningún momento me dejo tocar de nadie ni hago striptease. En las casas en las que me han contratado lo saben y me han ofrecido muchísimo dinero, pero en realidad nunca lo he hecho. Desde noviembre que estoy metida en el modelaje he tratado de llevar mi imagen como soy: una profesional. Yo soy fisioterapeuta, soy madre”.

Caleña, fisioterapeuta y bailarina, Katherine Martínez recibió su título profesional en el año 2013 y trabajó un tiempo en el Hospital Universitario del Valle, de donde se retiró cuando empezó la crisis con el personal y todos los líos en los que se ha visto envuelta la institución. Desde ahí se dedicó de lleno al baile y al modelaje. Ahora, asegura, uno de sus shows de baile puede costar entre dos y tres millones de pesos.

“Ese día, a ellos (los policías) no les importó que tuviera el esguince en el tobillo, me estaba doliendo muchísimo y lo tenía superinflamado. Tenía unas sandalias porque no podía andar en tacones. (…) Antes de hacer ese show no se imaginan cuántas horas estuve ahí en esa ventana llorando, no se imaginan cuánto lo pensé porque ellos mismos me decían que me iban a boletiar. ¿Por qué lo hice?, me estaba doliendo horriblemente mi tobillo, estaba en estado de embriaguez, ellos ahí obligándome: “¿Quiere que le pasemos el asiento?, haga el show, muéstrenos”. Después de ese show me pasaron el asiento. Eran varios policías grabando con un celular. (…) Aparte de que yo estaba ebria, tenía mi tobillo lesionado, me humillaron en frente de todos y me obligaron a hacer eso. Todos los policías estaban confabulados haciéndome la bulla, el bullying.”

“Estoy trabajando con mi abogado para que esos policías que me hicieron esta burla paguen, salgan a la luz y digan “sí, nosotros la grabamos”, así como tuvieron el descaro de hacerme hacer ese show, quiero que salgan y que todo el mundo los vea. Cuando me llevaron la silla me senté a llorar de manera descontrolada, para mí fue algo vergonzoso, yo nunca lo había hecho ni por los millones que me habían ofrecido. Me siento una mujer vacía, y más con los comentarios que la gente está haciendo por ahí. Nadie sabe, la gente piensa que fue por loquera mía, por borrachera, porque estoy enseñada a hacer eso. Yo no estoy enseñada a hacer eso, jamás en la vida lo he hecho. Nunca he tenido un escándalo, ¿por qué ahorita? Me pasan el asiento y me coloco a llorar de manera descontrolada y ahí los presos ven y empiezan a hacer bulla, esa estación parecía un estadio, los mismos policías vieron que no podían controlar la situación, me quitaron las esposas en cuestión de minutos y me dejaron afuera de la estación. Al otro día, mi manager me mostró el video”.

Kathe asegura que en este momento tiene pareja y que él la ha apoyado para superar esta difícil situación, que la ha afectado no solo a ella sino a toda la familia.

“Emocionalmente estoy muy afectada por los comentarios que la gente hace. Les agradezco a todas las personas que han estado dándome apoyo positivo y también a los negativos, que son los que me dan fuerza para seguir adelante en este caso tan bochornoso. (…) He estado recibiendo fotos simbólicas, me han etiquetado en todas mis redes sociales con fotos del video y me colocan armas, me mandan mensajes para que retire la denuncia. Mi abogado también recibe muchas amenazas. Yo ya decidí no contestar ciertas llamadas porque son personas muy groseras”.

“Algunos dicen que lo hice para buscar fama. Dígame, ¿cuándo una mujer busca esa manera para ganar fama? La fama y el reconocimiento que yo había tenido hasta el lunes de la semana pasada había sido por ser una mujer talentosa, una bailarina, una fisioterapeuta, una buena imagen. Esos policías están diciendo todo eso porque ya se vieron caídos. No podemos ocultar el sol con un dedo, esos policías fueron los que me hicieron este daño y están buscando miles de maneras para salir en limpio”.

“Yo me siento en peligro porque sé que no solamente estoy colocando una demanda a los que me filmaron sino a un batallón, es el gremio contra mí. Pero yo estoy diciendo la verdad y cuando uno dice la verdad sale todo a favor de uno. Lo que yo estoy buscando con la denuncia es que den con los culpables porque no fue solo uno, fueron varios. Que salgan a la luz, que la gente los vea, que ellos reconozcan lo que me están haciendo, que no inventen más, que no se pongan a colocar más mentiras porque no hay, que lleguen a su máxima pena o sanción. Seguramente ellos están pensando “no, a esta mujer nadie le va a parar bolas porque nosotros somos la autoridad”, pero hay unas leyes que se deben respetar”.

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