Después de tres años de sequía, los seguidores de Shakira están de enhorabuena ante su anunciado retorno a los escenarios con un nuevo disco, El Dorado, metáfora de la felicidad y del reencuentro con una inspiración esquiva para quien hubo de hallar el equilibrio entre sus facetas artística y personal.
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«Para mí lo primordial en mi vida es mi familia, el amor, la salud… Lo demás no tiene tanto peso, aunque adoro crear, sobre todo ahora que lo he hecho no como en otros trabajos, en los que me autoexigí demasiado. Quizás porque ser madre es ahora mi trabajo fundamental, el más duro, pero también el más satisfactorio, y entrar en el estudio se ha convertido en un hobby», relata.
Lo cuenta a Efe en una visita fugaz a Madrid desde Barcelona, donde reside desde hace años junto a su pareja, el futbolista Gerard Piqué, y sus dos hijos en común, a quienes dedica El Dorado, undécimo disco de estudio su carrera, que se publica el viernes con ella en la portada emergiendo de una especie de baño lácteo rejuvenecedor.
«El Dorado es la inspiración. Me he podido reencontrar con ella cuando creía que se había escapado, cuando pensé que hacer canciones otra vez era una tarea casi imposible. Para ello, el apoyo de mi familia fue básico», comenta la colombiana.
Las tres primeras semanas frente a frente con la composición fueron las peores, según revela. «Tuve que encontrar la armonía entre mi mundo físico, el intelectual y el de madre. Todo entró en algún momento en conflicto, pero cuando pude sortearlo y sobreponerme, empezaron a llegar las canciones», añade Shakira.
El resultado es, en sus palabras, uno de los álbumes que más ha disfrutado en su vida, realizado «en plena libertad» y sin presión. «Me incentiva a seguir y a pisar de nuevo los escenarios», prosigue la artista, quien, salvo actuaciones puntuales, no ha realizado giras en los últimos años.
Su primer hijo tenía un año cuando la artista publicó su anterior álbum, el homónimo Shakira (2014), que se lanzó casi sin promoción. Ese mismo año confirmó su segundo embarazo, de forma que en apenas dos años su panorama familiar cambió radicalmente y, con él, también el musical.
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Quienes se acerquen a El Dorado encontrarán temas muy familiares, por cuanto han visto la luz en los últimos meses o semanas, empezando por La bicicleta, el gran éxito del pasado verano, compuesto junto a su compatriota Carlos Vives y objeto de una denuncia por plagio que un juez español admitió a trámite.
«Es una mentira grande como una casa. Es una canción absolutamente original, de pies a cabeza, y hay gente que quiere aprovecharse del éxito de otras personas», dice respecto a este asunto.
También figura Chantaje, su celebrada colaboración con otro compatriota, Maluma, aunque no la única. «Desde que empezamos a trabajar tuvimos una química creativa instantánea y en menos de tres días hicimos dos canciones», rememora Shakira, que ha incluido en el repertorio el otro tema conjunto, Trap.
En este género, el trap, se inscribía Cuatro babys, corte en el que participó su joven compañero y que hace unos pocos meses le pilló en medio de un agitado debate contra la música que «reducía la imagen de la mujer a un mero objeto», acusación que se extendió a todo el reguetón.
«Es la misma polémica que hubo con el r&b y con el rap. La música es un medio de expresión y cada cual tiene libertad de expresarse como quiera. No vamos a ponerle mordazas a la gente para hablar», opina Shakira al respecto.
Deseosa de probar nuevos sonidos y combinaciones, la artista se ha rodeado de una nómina aún más larga de colaboradores en El Dorado que incluye al puertorriqueño Wisin (en Perro fiel, otro potencial éxito estival), el estadounidense Prince Royce, los canadienses MAGIC! y el rapero galo de origen guineano Black M.
De su mano Shakira añade el francés a los idiomas de este disco, que, además del inglés y el español, incluye algún pequeño guiño al catalán con un T’estimo en Amarillo, otra evidente declaración de amor como lo es Me enamoré, sencillo dedicado a su pareja, que participa en el videoclip.
«¿Componer en catalán? Cabe la posibilidad. Nunca se sabe en qué lugar voy a acabar creativamente», vaticina, después de haberse atrevido a interpretar en el pasado el clásico Boig per tu.