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En estas épocas de corrección política y -necesaria- inclusión, muchos se preguntan si las industrias creativas no están yendo demasiado lejos o están siendo demasiado frívolas al usar etiquetas como el feminismo, el género o incluso la raza para vender más entradas. Y con la discusión que encabezaron «Las Cazafantasmas» femeninas, ahora se anunció que Zendaya, actriz afroamericana, interpretará a la icónica Mary Jane Watson, de «Spiderman».
Algo que no es nuevo en estas épocas, donde los cómics clásicos y sus personajes, así como las sagas literarias, se reinventan para mostrar más representatividad. Ahora Iron Man no es un carismático y egocéntrico genio cincuentón sino una adolescente quinceañera. El Capitán América también es afroamericano. Thor es mujer. Hermione Granger, en «Harry Potter», es también de raza negra.
Y por supuesto, en el cine, harán versiones femeninas de películas como «Ocean’s Eleven». Y lo que se preguntan muchos, aparte de la celebración de los que ven estos cambios como un paso hacia adelante, es «¿era necesario?». Y esto pasó con Zendaya.
Primero que todo, tiene una carga grande: el personaje es pelirrojo y es icónico por eso. Y Kirsten Dunst le dio la talla en tres películas de «Spiderman». Es una mujer con un pasado de violencia intrafamiliar a sus espaldas y malas relaciones. También tiene una relación complicada con Peter Parker.
Segundo, muchos dicen que no son racistas al criticar la elección de la artista. Simplemente, querían un personaje más ajustado al canon del cómic.
Otros, por supuesto, se burlan de la elección de la actriz.
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Al igual que ella, otros casos causaron polémica, pero no tanta como ahora. Nick Fury, por ejemplo, en el cómic original es un hombre blanco que terminó interpretando Samuel L. Jackson en el universo cinematográfico de Marvel. Y le fue tan bien, que todo el mundo se olvidó de ese «ajuste».
Otro caso exitoso fue el del editor de «El Planeta», Perry White, interpretado graciosamente por Lawrence Fishburne en «Batman vs. Superman».
Pero no a todos les fue bien: el Kingpin interpretado por el difunto Michael Clarke Duncan no fue arruinado por el actor, sino por el pésimo guión de la película «Daredevil» que protagonizó Ben Affleck. En los cómics, el Kingpin es un enemigo temible con un enorme y traumático pasado, así como un mafioso que literalmente casi destruye la vida del héroe.