Briceño lo cuenta todo es un show que aprovecha el idioma común, las realidades políticas afines y una idiosincrasia cercana para contar las anécdotas de los concursos de belleza, los pasillos universitarios, su matrimonio y paternidad, las infidencias de algunos de los políticos en Venezuela y los medios de comunicación, con el fin de que el humor venezolano se abra a otros públicos, a nuevas formas de pensar y crear humor.
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José Rafael Briceño fue por casi una década profesor de oratoria de la Organización Miss Venezuela, la institución que más coronas de belleza ha ganado en todo el mundo. Sin embargo, su amplia experiencia como docente universitario en una de las casas de estudios más importantes del país, actor y director de teatro lo han hecho merecedor de un sitial de honor dentro de la comedia en Venezuela y su show Briceño lo cuenta todo muestra su habilidad para producir risas en los espectadores con chistes inteligentes y para un público universal. Pero también el Profesor Briceño es un hombre de medios. Es locutor del programa “Disparejos” en La Mega, una de las emisoras del primer circuito radial de Venezuela y es presentador de un programa de televisión en VivoPlay.net donde aborda semanalmente la situación política de su país a través del humor.
Briceño se interesó en el humor desde pequeño. Vivió en Estados Unidos en 1985 y su forma de aprender inglés fue viendo las rutinas de Bill Cosby y George Carlin. Actualmente, su rol de padre es el que le ha permitido tener mayor material para la comedia. “Además Bernarda (su primera hija) tiene una capacidad de hacer comentarios que se prestan para comedia; lo mismo que las discusiones con mi mujer me hacen caer en cuenta de lo bruto que soy. La familia es una de las áreas donde quedo en evidencia y al público le gusta que yo quede en evidencia” dice.
Aceptó ser profesor de oratoria del Miss Venezuela porque necesitaba dinero, era un reto docente y una forma de apalancar su carrera pública. “Era arriesgado porque sobre mí recaía la culpa de lo que sucediera en concursos nacionales e internacionales, pero eso me permitió conocer a mucha gente profesional como Osmel Sousa, muchachas increíbles, ver cómo se estaba trabajando en televisión, cómo funcionaban los anunciantes. Me ha abierto oportunidades porque la gente conoció mi cara y mi nombre, me permitió estar este año como jurado del Miss Ecuador, pero a la vez es complicado, porque generó una nube: así haya renunciado, la gente sigue creyendo que yo trabajo ahí. El aura del Miss Venezuela me persigue siempre”.