PUBLICIDAD
0 of 16
Las relaciones entre estrellas de cine y las casas de moda son tan viejas como la industria de Hollywood. Ya en los años 20 y 30, costureras como Chanel y Schiaparelli colaboraban en películas para que las grandes luminarias se lucieran. Luego, cuando llegaron los Oscar, se inició la tradición de que la actriz en cuestión fuera «maniquí» para usar los vestidos de las grandes firmas.
Y así, hasta el día de hoy. Pero como bien decía la comediante estadounidense Tina Fey «estar delgada es lo mismo que estar en una película», los estándares de Hollywood no han variado mucho a la hora de vestir a las estrellas que no son talla cero.
De hecho, los vestidos son tan chicos, que algunas actrices no han podido «encajar» en ellos. Y se han rebelado ante la poca creatividad y apertura de los diseñadores para diseñar ante todos los cuerpos.
Melissa McCarthy ha sido una de las primeras. Con todo y nominación al Oscar por «Damas en Guerra», no encontró a absolutamente nadie que pudiera hacerle un vestido a su medida. De hecho, seis diseñadores famosos se negaron a vestirla.
Por esta razón, ni corta ni perezosa, comenzó a presentarse en vestidos de su propia línea.
«No entiendo por qué si tienes determinada talla, los diseñadores creen que tu nivel de gusto es menor y que tienes menos dinero para gastar. La calidad y construcción de los diseños a veces es tan mala. Encontrar una gran camiseta o un pantalón en una buena tela es casi imposible. Las ropas de talla grande usualmente son baratas y o te ves muy joven, o demasiado vieja», afirmó alguna vez.
PUBLICIDAD
Algo similar le pasó a la curvilínea Christina Hendricks, quien interpretó a la sensual secretaria «Joan Harris» en la serie de los creativos publicitarios de los años 60, «Mad Men». Ella le contó a la revista «Glamour» que le decían: «Nos encantas, pero no podremos hacerte ningún vestido. Aún así nos encantas».
Sin embargo, así y todo, se vestía mejor que muchas mujeres de talla cero a la dos. Vean sus vestidos en alfombra roja:
A la coprotagonista de McCarthy en «Las Cazafantasmas», Leslie Jones, también le sucede algo similar. Afirmó que no tenía qué ponerse para el estreno de la película. Christian Siriano, ganador de «Project Runway» y quien ha vestido a sus colegas de «Orange is The New Black», le solucionó el problema.
Pero a Dascha Polanco, de la misma serie, tampoco le ha ido bien cuando se ha ido por otros modistos. Decía que no le prestan ropa por ser curvilínea. Y eso, a pesar de ser talla ocho.
Increíblemente, esto también le pasa a Kim Kardashian. Tiene más de 72 millones de seguidores en Instagram y aún así, las marcas se niegan a prestarle ropa por sus caderas. Su estilista, Nicola Formichetti, afirmó que las firmas eran reticentes para que luciera su ropa por su cuerpo y lo que representaba.
En la galería podrán ver el antes y después de Melissa McCarthy.