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Sophie Hannah: Novela negra y mujeres al borde de un ataque de nervios

Madrid, 23 jun (EFE).- Mujeres desquiciadas, incomprendidas, cuestionadas, sumidas en una eterna crisis de ansiedad: así son las heroínas de la escritora británica Sophie Hannah, cuya nueva novela llega ahora a España con otro caso turbador, el de alguien que confiesa haber asesinado a una mujer que, sin embargo, está viva.

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«Siempre escribo sobre mujeres que creen o parecen estar volviéndose locas, que ven las cosas de una forma diferente y a las que les suceden cosas que nadie se cree. Y creo que lo hago porque yo siempre me he sentido así», afirma la autora en una entrevista con Efe.

En «Los muertos se tumban»(Duomo Ediciones), el cuarto thriller psicológico de Hannah que se publica en España, un hombre confiesa a su novia, Ruth, que hace años mató a una mujer. Pero resulta que Ruth -quien también tiene sus propios secretos- conoce a esa mujer, que ésta sigue viva, mientras su novio insiste en que la mató. Como para contarlo y que no te tomen por loca…

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«Me identifico mucho con esas personas a las que nadie cree, que se sienten incomprendidas por el resto del mundo. Cuando ves cómo tu vida personal y emocional se desmorona, debes sentirte como si te estuvieras volviendo loca, y es una sensación que me gusta traspasar a mis novelas. ¿De verdad está ocurriendo algo peligroso o esta mujer simplemente ha perdido la cabeza?», afirma Hannah.

Y mientras sorbe tranquilamente un té, apostilla: «Son el tipo de situaciones en las que me veo a mí misma perfectamente».

Porque para esta autora, hija de los reputados escritores Norman y Adèle Geras, los terrores femeninos más extremos son un fértil campo de inspiración.

Dentro de la serie protagonizada por los detectives Charlotte y Simon, Hannah ha escrito sobre bebés intercambiados («No es mi hija»), sobre mujeres a las que una aventura extramatrimonial se les complica hasta lo rocambolesco («La mala madre», «Matar de amor») y ahora lo hace sobre un novio que era perfecto e inofensivo hasta que resulta tener un cadáver en el armario.

«Escribo sobre cosas que me fascinan en cada momento. Más allá de la trama, en este libro lo que me interesa de verdad son los traumas pasados y la forma en que repercuten sobre nuestras vidas presentes», puntualiza.

También caracteriza a esta escritora su gusto por darle un par de vueltas de tuerca a los clichés del género.

Por ejemplo, el argumento de «Los muertos se tumban» se le ocurrió mientras veía en televisión una serie policiaca en la que un hombre confesaba un asesinato que no había cometido para así proteger a su hijo, verdadero autor del crimen.

«Pensé ¿y si alguien confesara un crimen que no ha cometido porque de hecho el crimen no ha sido cometido, el asesinato de alguien que sigue vivo? Desde luego, a mí me aterrorizaría que la Ppolicía se presentara en mi casa para comprobar que estoy bien porque alguien ha confesado haberme asesinado», apunta.

Además, para Sophie Hannah, la diferencia entre novela negra escrita por hombres o por mujeres existe.

«En las novelas escritas por una mujer abunda la psicología, se profundiza en la vida interior de los personajes, hay más complejidad emocional, mientras en las de autores masculinos el contenido es más ‘exterior’: persecuciones, conspiraciones políticas, temas económicos. No me vienen a la cabeza muchos títulos masculinos en los que la psicología y las relaciones se aborden con verdadero detalle, aunque puedo estar equivocada», arguye.

Recién concluida la octava novela de la saga de Charlie y Simon, que se publica en el Reino Unido el año que viene, la escritora no tiene intención de ponerle fin a la serie, porque sigue encontrando interesantes a sus personajes.

Ayuda también que cada novela la narre una voz femenina diferente -las sucesivas heroínas desquiciadas antes mencionadas-, lo que hace que cada libro sea «completamente distinto, aunque los investigadores policiales sean los mismos».

Lo que Hannah sí se plantea es escribir, entre un libro y otro de la saga, novelas independientes, algo parecido a lo que hace Michael Connelly entre aventura y aventura de Harry Bosch.

Todo ello sin dejar nunca de lado la poesía, un género que le ayuda a «desintoxicarse» entre crimen y crimen, y que le ha reportado satisfacciones como que su obra se estudie en los colegios británicos, o haber sido nombrada autora de referencia del Poetry Book Society’s Next Generation.

Lorena Cantó

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