La educación es un derecho y eso todos lo sabemos. Según reporte del Ministerio de Educación, más de 2.300.000 personas cursaron estudios superiores durante el 2018. El 63% eran estudiantes de pregrado, 25% tecnólogos y 6% técnicos. Esto demuestra que la educación es una prioridad para las familias colombianas y sobre todo, que seguimos formando grandes profesionales para el futuro.
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Ahora bien, aunque cursar un estudio superior requiere hacer una inversión importante, muchas personas en Colombia lo logran gracias a créditos educativos. Existen varios, con diferentes tasas de interés y modalidades de pago, lo que a veces hace un poco difícil discernir cuál es el mejor según el caso de cada persona.
Es muy importante tener en cuenta que esta decisión depende del objetivo y los recursos con los que se cuentan. Quien solicita un crédito, debería asegurarse de tener capacidad de pago para cumplir con las obligaciones en las fechas establecidas; así, esta nueva obligación no se convertirá en un dolor de cabeza.
Escoja la línea acorde a su propósito: Los créditos educativos normalmente suelen ser mucho más económicos que los de libre inversión o las tarjetas de crédito. Claro está, la tasa varía dependiendo de la entidad, el monto y la experiencia crediticia del beneficiado.
Revise las opciones del sector solidario: además de ofrecer tasas de interés más bajas que el sector tradicional, es común encontrar que poseen convenios con universidades, lo que beneficia al estudiante con un descuento adicional en el monto de la matrícula.
“La educación hace parte del compromiso social del sector solidario, por eso, desde Financiera Progressa trabajamos en construir opciones de financiación justas, crear alianzas estratégicas con instituciones de educación superior y, además, destinamos un porcentaje de nuestros excedentes para fomentar la formación académica de nuestros asociados mediante beneficios educativos como subsidios, entre otros”, dice Ingryd Mora, gerente general de Financiera Progressa, cooperativa de ahorro y crédito.
Tenga en cuenta la duración del programa: es un criterio que está directamente relacionado con el porcentaje de intereses, por lo que se debe definir antes de escoger el plazo del crédito. La mayoría de entidades ofrece tiempos de financiación acordes al periodo académico cursado, así se salda la deuda en un término aproximado de 6 meses, y cada semestre se renueva el crédito. Por otro lado, si uno de los objetivos es financiar posgrados y/o maestrías, Financiera Progressa ofrece plazos hasta de 60 meses.
Esta entidad no solo cuenta con una experiencia de 23 años en el mercado, sino que tiene excelentes beneficios si se requiere adquirir un crédito educativo. Tasas altamente competitivas, aprobación en 24 horas, plan exequial gratuito para el asociado y su familia y descuentos hasta del 70% en comercios aliados. Adicional a esto, manejan montos desde 1.5 SMMLV para programas de pregrado y desde 6 SMMLV para programas de posgrado.
Rectifique el valor de su cuota: Además de tener en cuenta la tasa que se aplicará al crédito, verifique el detallado de su cuota; en ocasiones existen costos ocultos, como seguros, cuotas de manejo o estudios de crédito, que aumentan el valor mensual a pagar y, por consiguiente, la suma que cancelará al final será mucho mayor a la prevista inicialmente, así la tasa pactada sea baja.
La clave para calcular su capacidad de endeudamiento
Aplique la siguiente fórmula: (ingresos mensuales – gastos fijos) x 0.40.
Si el porcentaje obtenido está entre 0% y 30% se considera ideal, si se encuentra entre 30% y 40% es un endeudamiento limitado, si está entre 40% y 60%, está extralimitado y si da más de 60% estás muy endeudado.
Siguiendo estas recomendaciones podrá elegir el crédito más favorable para usted, en función de la duración del programa, monto, tasa y plazos.