Economía

Los chipriotas dan otra lección de disciplina por encima de toda dificultad

Nicosia, 29 mar (EFE).- Los chipriotas dieron hoy una nueva lección de disciplina, y a pesar de las numerosas vicisitudes que deben afrontar para poder gestionar sus finanzas por las draconianas restricciones al movimiento de capital, la segunda jornada de bancos abiertos transcurrió en calma idéntica a la primera de ayer.

PUBLICIDAD

Tan solo ante las sucursales del Banco Popular (Laiki), cuyo futuro está sellado porque ha entrado en proceso de liquidación, se formaron colas mayores, el resto de los bancos pudieron operar con relativa normalidad.

Mientras los ciudadanos se adaptaban a su nueva situación, el presidente, Nikos Anastasiadis, lanzó un mensaje rotundo de cara a los escépticos, dentro y fuera del país, respecto al futuro de Chipre en la eurozona.

Recomendados

«No tenemos ninguna intención de salir del euro», dijo Anastasiadis en una asamblea sindical, para añadir que «en ningún caso se va a experimentar con el futuro de nuestro país».

Con ello respondía a los planteamientos de algunos partidos de la oposición, que han pedido buscar soluciones fuera de la troika de acreedores o incluso en la convocatoria de un referéndum para evitar que la economía del país caiga en una espiral de recesión.

Por el momento la necesidad inmediata de solucionar los problemas económicos más directos parece eclipsar lo que podría ser el germen de un amplio enfrentamiento político.

En esta segunda jornada de bancos, que para la mayoría de las entidades era la última de la semana -solo los bancos cooperativos abren en sábado, y el lunes es festivo-, lo que contaba era resolver el sinfín de problemas pendientes a últimos de mes.

En el programa matinal de la cadena pública de televisión RIK, el gerente del Banco Central de Chipre, Yangos Dimitriu, intentó resolver algunas dudas que se plantean los ciudadanos estos días, y prometió que las restricciones acabarán «lo antes posible».

En principio, está previsto que los controles de capital impuestos tengan una vigencia inicial de una semana, pero la mayoría de los expertos y políticos parten de que se prolongarán por algún tiempo.

El ministro de Exteriores, Ioannis Kasulidis, dijo ayer incluso que prevé que estén en vigor «aproximadamente durante un mes».

Además de las restricciones más visibles, como la prohibición de retirar más de 300 euros al día o de 5.000 euros para las empresas, los ciudadanos afrontan un sinfín de vicisitudes, sobre todo porque las restricciones coinciden con el fin de mes y de trimestre.

Uno de los problemas que se plantean es el pago de facturas pendientes que, según aclaró Dimitriu en el citado programa matinal, solo podrán efectuarse por transferencia si el destinatario tiene cuenta en el mismo banco.

Pese a todo, la capacidad de resignación que han demostrado los chipriotas estos días no solo ha sorprendido a los observadores ajenos, sino a políticos y responsables de la banca, que ayer en un coro unísono alabaron la enorme «madurez» con la que la población afronta la crisis.

Una vez superada la primera fase de adaptación se demostrará, sin embargo, si la cohesión social se mantiene, pues el acuerdo con el Eurogrupo divide a los ciudadanos en tres categorías, como señalaba esta mañana una oyente en el programa de RIK.

«No entiendo por qué no han decidido algo que nos trate a todos por igual. Así podríamos demostrar patrióticamente que entre todos sacamos al país de la crisis. Pero la solución de diferenciar entre unos clientes bancarios y otros no es justa», se lamentó la oyente.

Con esto aludía a que la reestructuración bancaria prevé la liquidación del Banco Popular y la reestructuración del Banco de Chipre, pero que deja a salvo el resto de entidades.

Por si fuera poco, los chipriotas deberán digerir ahora informaciones que apuntan a que parte de la situación en la que se encuentran estos bancos se debe a las prebendas que repartieron entre las clases dirigentes.

Una comisión de investigación deberá esclarecer informaciones publicadas en la prensa, según las que los principales bancos condonaron deudas de políticos, empresarios y sindicalistas.

Nicosia, 29 mar (EFE).- El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, rechazó hoy categóricamente la salida de su país del euro, como la han sugerido algunos políticos y círculos financieros.

«No tenemos ninguna intención de salirnos del euro», dijo Anastasiadis en la conferencia anual del sindicato de empleados públicos, para añadir que «en ningún caso se va a experimentar con el futuro de nuestro país».

El presidente subrayó que lo que debe hacer Chipre ahora es acometer reformas para reducir drásticamente el gasto público. Eso no significa, precisó, que haya que reducir salarios.

Anastasiadis dijo que hace un mes, cuando se hizo cargo de la presidencia de Chipre, asumió «un Estado en bancarrota» y que desde entones el nuevo Gobierno se ha esforzado por garantizar la subsistencia de la economía.

Durante nueve meses, dijo, se sabía que el Banco Popular (Laiki) estaba en quiebra y se aplazó la toma de decisiones para que las tomara el nuevo Gobierno, todo ello a pesar de que la deuda del banco había alcanzado 11.000 millones de euros.

Uno de los acuerdos sellados con la troika sobre la reestructuración del sector bancario chipriota, contempla la liquidación del Banco Popular.

Anastasiadis respondió con ello al planteamiento de si Chipre debe buscar soluciones fuera de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional) y de la eurozona, en vista de que su economía depende en gran medida del sector bancario.

El presidente del Parlamento, el socialdemócrata Yannakis Omiru, insistió hoy en que Chipre no debe permitir que la troika le ponga «cadenas».

En la misma asamblea sindical, Omiru sostuvo que a su juicio no debe haber ninguna duda ante el planteamiento de si Chipre debe «aceptar condiciones degradantes, que conducirán a la esclavitud continuada de las personas y de nuestro país» o buscar soluciones alternativas.

Pese a su posición como presidente del Parlamento, Omiru ha estado lanzando estos días duros ataques contra el acuerdo alcanzado entre el Gobierno del conservador Anastasiadis y el Eurogrupo que prevé una amplia reestructuración del sector bancario a cambio del rescate.

A juicio de Omiru, el acuerdo conlleva el riesgo de que la economía chipriota caiga en un círculo vicioso de recesión, desempleo, cierre de empresas, pobreza y miseria social.

También el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), principal asociación banquera mundial, contempla la «posibilidad real» de una salida del euro tras el programa acordado con la troika.

«Este es el primer caso en el que podemos ver un formato de salida (del euro) como una posibilidad real», dijo Philip Suttle, economista jefe del IIF en una conferencia de prensa celebrada ayer en Washington, y agregó que sería «mucho más fácil» para un país pequeño como Chipre.

«Chipre padece todos las cargas asociadas (…) con estar en el euro, pero ninguno de los beneficios», dijo Suttle en alusión a que el coste del rescate y de permanecer en el euro es una fuerte depreciación de los depósitos bancarios y previsiblemente una grave recesión.

Nicosia, 29 mar (EFE).- Un escándalo sobre presuntas prebendas a políticos, empresarios y sindicalistas por parte de los principales bancos chipriotas ha caído como una bomba en el proceso de reestructuración bancaria que afronta el país.

El portavoz del Gobierno de Nicosia, Jrístos Stylianidis, anunció hoy que la comisión encargada de investigar las posibles responsabilidades de políticos y banqueros en el estallido de la crisis bancaria, constituida formalmente ayer, abordará a fondo esta cuestión.

Stylianidis reaccionó con ello a informaciones aparecidas en la prensa chipriota y griega, según la cual los tres principales bancos chipriotas condonaron a numerosos políticos y empresarios parte o la totalidad de los créditos contratados con ellos, o al menos les exigieron menos garantías que al resto de clientes.

Varios diarios, de Chipre y de Grecia, dicen contar con una lista de personas a las que el Banco Popular, el Banco de Chipre y el Banco Heleno habrían saldado todo o parte de sus créditos, a veces millonarios, en el periodo comprendido desde 2006 hasta 2012.

«La comisión debe investigar los hechos y decisiones que estén relacionados con la eliminación de deudas o de garantías para préstamos acordados por parte de los bancos de la República, tanto en Chipre como en el extranjero», recalcó hoy el portavoz.

En este escándalo estarían implicados políticos de todos los partidos chipriotas con excepción del socialdemócrata EDEK y de los Ecologistas.

En una lista publicada hoy por el diario ateniense «Ethnos» aparece una empresa hotelera, ligada al partido comunista AKEL, al que el Banco de Chipre habría perdonado la totalidad de un préstamo de 2,8 millones de euros.

Otro ejemplo citado es una empresa en propiedad del hermano de un exministro del partido centrista DIKO, socio del actual Gobierno, que supuestamente obtuvo un préstamo de 1,6 millones de euros en el Banco de Chipre, del que solo tuvo que devolver 310.000 euros.

También figura la Federación de los Trabajadores de Chipre, sindicato afín a AKEL, al que el Banco de Chipre habría dado un crédito de 554.000 euros, de los que 193.000 fueron perdonados.

A otra empresa propiedad de un exministro del partido conservador DISY, actualmente en el Gobierno, el Banco de Chipre otorgó supuestamente un préstamo de 708.000 euros, de los que eliminó 399.000 euros.

También el Banco Popular (Laiki), ahora en proceso de liquidación, hacía con regularidad este tipo de «regalos» a parlamentarios de casi todos los partidos políticos.

De acuerdo con las informaciones de «Ethnos», el citado banco otorgó a un destacado político, la suma de 5,8 millones, un préstamo que se preveía eliminar en 2014 de la contabilidad bancaria, de no ser por el estallido de la crisis.

Tras revelarse en la prensa, el escándalo pasó el martes a la comisión de Transparencia del Parlamento, donde dos exmiembros de la junta administrativa del Banco Popular aseguraron que la bancarrota de esta entidad «es un escándalo de muchos miles de millones de euros que salieron de Chipre y fueron mandados en Grecia».

A petición de los miembros de la comisión de ser más explícitos, ambos contestaron que sus vidas corrían peligro si ofrecían pruebas.

Las declaraciones de los dos banqueros provocaron la intervención del presidente del Parlamento, Yannakis Omiru, y del Fiscal General de Chipre, Petros Kleridis, quienes les aseguraron que los datos que aportaran serían considerados «ultrasecretos».

A juzgar por las reacciones de los responsables políticos y judiciales, y sumado al hecho de que estas revelaciones formarán parte del mandato de la comisión de investigación parecen apuntar a que son veraces.

La comisión constituida ayer por el Gobierno está compuesta por tres destacados exjueces, quienes entre los asuntos que deberán investigar figura además la presunta salida masiva de capital en los días previos al primer acuerdo con el Eurogrupo, en el que se preveía una tasa a todos los depósitos bancarios.

Tags

Lo que debe saber

Lo Último