¡Enorme! Sebastián Muñoz forzó el desempate por la medalla en golf
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Sí, un golfista colombiano logró lo impensado: poner al país a ver un deporte extraño para todos nosotros, pero así fue. Sebastián Muñoz fue a Tokio calladito, calladito, pero de repente se transformó en protagonista.
Parecía una quimera, una ilusión, un espejismo, suerte de primeras rondas… todo valía para desacreditar el enorme trabajo del golfista Muñoz en las dos primeras rondas. Para la tercera, cuando las papas quemaban, el bogotano salió en los grupos de favoritos y ahí tampoco lo arrastró la presión.
Sebastián Muñoz comenzó a hacerse conocido y que todos preguntaran quién era este golfista, quien estuvo en las mejores posiciones, esperando a que los otros cerraran. Con una ronda final de 67 tiros, el colombiano debía esperar un traspié del campeón del Masters de Augusta, Hideki Matsuyama, o de Paul Casey, para jugar el desempate. Al igual que él, muchos otros jugadores aguardaban su oportunidad.
El hoyo 18 no solo definía la medalla de oro entre el estadounidense Xander Schauffele y el eslovaco Rory Sabbatini, sino que resolvía si habría desempate por el bronce entre la manada de jugadores, o si Matsuyama y Casey les cortaban las alas. Ambos no pudieron bajar el par y nos fuimos a desempate.
Duele saber que Sebastián falló putts increíbles, que le hubieran dado el tercer lugar en solitario y, por ende, la medalla de bronce. Pero era lo que había y se tenía que jugar sus restos en el desempate.
Siete comenzaron disputando el playoff, sabiendo que el que fallaba, decía adiós. El primero en marcharse fue Hideki Matsuyama, actual ganador del Masters de Augusta y con la presión de ser local. En ese mismo hoyo quedó eliminado Paul Casey. Solo cinco golfistas sobrevivían, entre ellos el colombiano Sebastián Muñoz. Tras jugar el 18, se fueron al hoyo 10, con par tres.
Allí también sobrevivió Muñoz, pero al irse al 11, los rivales jugaron mejor. Sebas quedó eliminado y el bronce quedó entre C. T. Pan de China-Taipéi y Collin Morikawa de Estados Unidos. El oro quedó para el estadounidense Xander Schauffele y la plata para el eslovaco Rory Sabbatini. Para Muñoz, el orgullo de haber puesto a hablar de golf a todo un país.