Alemania salvó los papeles sobre el final, igualó 2-2 ante Hungría, y selló su clasificación a los octavos de final de la Eurocopa.
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Por si fuera poco lo que se jugaba en la cancha: la clasificación a los octavos de final, el juego llegó caldeado por tintes políticos.
En medio del Mes del Orgullo, una ley firmada en Hungría prohíbe, entre otros, la propaganda y hablar a menores sobre la homosexualidad en los colegios, algo rechazado por varios países, entre ellos Alemania.
En ese marco, el portero Manuel Neuer, capitán del equipo teutón, volvió a lucir su brazalete de capitán con los colores arcoíris, algo que hizo ante Francia y Portugal, y pasó a estudio de la UEFA como posible sanción, finalmente no sucedió.
Adicional, hubo negativa del ente del fútbol europeo para iluminar el Allianz Arena con los colores arcoíris, algo que consideró mensaje político, situación que no gustó en las autoridades muniqueses.
Todo esto le daba un tono diferente al compromiso, en el que los dos equipos se jugaban su continuidad.
Los dueños de casa salieron a imponer su favoritismo, sin embargo, sobre el minuto 11, la propuesta alemana recibió un frentazo que lo dejó tambaleante.
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Roland Sallai sacó un centro de manual, de esos para mostrar a los nuevos talentos, al medio de los centrales, en donde apareció Adám Szalai y dio otra clase: de cómo cabecear, el atacante se zambulló en el área y conectó con la potencia suficiente para hacer inútil la estirada de Neuer.
Con esa anotación, la poderosa y siempre favorita selección alemana pasaba a ser cólera del grupo y parcialmente quedaba eliminada. Algo impensado hasta para el más descabellado apostador.
Los dirigidos por Joachim Low no bajaron los brazos y siguieron controlando las acciones. Un cabezazo de Mats Hummels al travesaño estuvo a punto de igualar las acciones.
De repente, apareció una nueva protagonista, una torrencial lluvia con fuertes vientos, que daba mayor dramatismo al partido. Así se vino el descanso, con una Alemania mojada, desteñida y eliminada parcialmente.
El marcador propio no respaldaba a los alemanes, de reojo una mirada a las aplicaciones y a los informantes para conocer el resultado del otro juego del grupo entre Francia y Portugal, que los podría clasificar.
De momento llegó un desahogo con la remontada parcial de los franceses, que les daba el paso, pero los Lusos lo igualaron y todo volvía a depender del resultado propio.
Con la obligación matemática y moral, con más empuje que buen fútbol, llegó el anhelado gol alemán.
Tras pelotazo al área y una mala salida de Péter Gullacsi, que había sacado un par de balones importantes, Hummels la cedió de cabeza para que Kai Havertz solamente tuviera que empujarla. Empate que era suficiente para avanzar de ronda.
Pero… la emoción fue tanta, que no habían terminado de festejar los dueños de casa, segundos después de sacar de mitad de cancha, los húngaros se avivaron y tomaron una defensa mal posicionada.
En esta, Szalai hizo las veces de asistidor, para que un avivado András Shafer anticipara a los centrales alemanes y de cabeza la cruzó ante la salida de Neuer.
Nuevamente silenciado el Allianz Arena, y una vez más Alemania se quedaba afuera.
Pero había un León con ganas de rugir, Goretzka, que a los 84 minutos le quedó un balón dentro del área y sacó sus garras para patear con el alma y concretar el empate, que le alcanzó a los suyos para clasificar.
Emociones de principio a fin. Alemania sufrió, se asustó, pero clasificó.
Vea acá: Así quedó el cuadro de octavos de final de la Eurocopa