Se definía el primer finalista de la Uefa Champions League. Por eso, todas las miradas conducían al Etihad Stadium. Allí, el duelo de PSG contra Manchester City prometía buen fútbol y emociones de principio a fin. Y así fue.
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Bastaron tan solo seis minutos para que se presentara la primera polémica del encuentro. Luego de un centro desde el costado izquierdo, el balón golpeó en Oleksandr Zinchenko y ante el reclamo de los futbolistas del equipo parisino, el árbitro Björn Kuipers sancionó penal.
Sin embargo, el lateral del cuadro inglés juraba que la pelota no había pegado en su mano. Razón por la que el llamado del VAR no se hizo esperar. De manera inmediata, el juez del compromiso observó la imagen y al percatarse de que había tocado el hombro, se retractó.
El desarrollo del partido continuó sin problema. No había tiempo que perder para los franceses que tenían que remontar el 1-2 de la ida, situación nada fácil, teniendo en cuenta que la heroica la debían conseguir en condición de visitante frente a un duro rival.