Encuentre a continuación la entrevista exclusiva con Natalia Gaitán, capitana de la Selección Colombia Femenina.
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Independientemente de los espacios, ha sido una de las jugadoras que más ha abogado por el fútbol femenino, denunciando, pidiendo igualdad y más. ¿Cuál es el objetivo de ‘Aquí hablamos todas’, el nuevo podcast de ONU Mujeres y la Embajada de Suecia que se realiza en alianza con la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y Mintic?
Ha sido una experiencia bonita. Junto con Catalina Usme y las invitadas, hablamos de lo que más nos gusta que es sobre el papel y desempeño femenino en el deporte. Además, lo que ha significado estar en un mundo que, históricamente, ha visto el deporte como dependencia de los hombres. Allí, también charlamos de cómo empezamos nuestras carreras, los retos que hemos enfrentado y las expectativas de visibilizar y masificar la presencia femenina en el deporte.
¿Qué hacer para cambiar esa visión sobre el deporte femenino?
No hay una varita mágica, se debe empezar con pequeñas acciones que lleven a ese cambio de pensamiento. Por ejemplo, en el mundo, el 97% del contenido de los medios de comunicación es sobre el deporte masculino y solo el 3% es en torno al femenino. Ese último porcentaje hay que incrementarlo. Se deben mostrar más las historias de las deportistas. Por ejemplo, el caso de Leicy Santos, quien nace en un pueblo muy pequeño de la costa, se va a Bogotá desde muy pequeña en busca de un mejor futuro y, gracias a su talento, cambió su realidad. Es importante darle visibilidad a todo esto y no al “ranking de las 10 futbolistas más bonitas del mundial”. Se debe quitar el hecho de ver a la mujer como un objeto y valorarla por su rendimiento deportivo, medallas, logros e historias de vida.
¿Ese mensaje también aplica para los dirigentes? ¿Cómo evitar que dejen de ver el fútbol femenino como un gasto y no como una inversión?
Con resultados, el fútbol femenino ha dado varias muestras de que merece un espacio importante. Huila, campeonas de Copa Libertadores; América, subcampeonas de Libertadores; la final entre Medellín y América llenó estadios; los argumentos son muchos y válidos. Por eso, los dirigentes deben darse cuenta y entender que son parte importante en el deporte femenino porque ellos son los que toman las decisiones de qué se hace, cómo se hace, cuánto dura la liga, cuándo y dónde. Ellos ponen las reglas y necesitamos que esas reglas amplíen el espectro para ver el deporte femenino como un producto, hacerlo más atractivo y venderlo a los patrocinadores para que se acerquen a las federaciones y Dimayor.
¿Cómo sería su liga ideal?
El número de equipos me parece adecuado. La liga debe fortalecerse primero con un número pequeño de clubes. Me parecería bien que fueran dos ediciones de 4 meses, o una más larga de 8 meses. Eso sí, tengo claro que la duración tiene que ser mayor porque cuando se está en auge, genial, pero después no se habla de fútbol femenino sino hasta el inicio de la otra Liga.
La selección femenina de Estados Unidos, apelando a lo político y apoyándose en lo deportivo, consiguió la igualdad salarial. ¿Qué tan lejos estamos de conseguirlo en Colombia?
Hoy, lo veo un poco lejos y más teniendo en cuenta la realidad que estamos viviendo, añadiéndole todos los efectos que la pandemia está generando. Además, pudimos haber avanzado un poco más en estos últimos años con los recientes resultados y que no solamente nos deberíamos enfocar en si tienen algo, les damos esto. Espero estar equivocada, pero lo veo complicado. Eso sí, hay un mayor interés de la sociedad en general y es importante. Por eso, vuelvo a recalcar la importancia del papel de los dirigentes en el deporte femenino.
¿Entre sus planes está llegar a la parte dirigencial para cambiar ese panorama?
Me gustaría seguir vinculada al deporte, sobre todo al fútbol para ayudar a que las niñas que están empezando, tengan más oportunidades y garantías, cuenten con una liga desarrollada, sueñen con ser profesionales para ir a un mundial y haya garantías y oportunidades que tal vez nosotras no tuvimos en su momento. Por ahora, no sé desde dónde lo haré, pero sí quiero seguir por esa senda.
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Usted afirmó que “hay un mayor interés de la sociedad por el fútbol femenino”, ¿cuál fue el punto bisagra para que eso sucediera?
Es una relación que se ha hecho fuerte a través de los años. En mi concepto, el momento clave fue el título del Campeonato Sudamericano Femenino Sub-17 en 2008. De hecho, desde ese momento, nos empezaron a decir ‘las superpoderosas’. Así nos ganamos un lugar en las conversaciones del día a día de las personas. Después obtuvimos otros buenos resultados como clasificar al Mundial y a los Olímpicos. Asimismo, en 2015, cuando le ganamos a Francia en la cita orbital en Canadá. Por último, la cereza del paste fue el oro en los Juegos Panamericanos de 2019. Todo eso y lo ha hecho a nivel de clubes, como lo del Huila y América, ha hecho que nos ganemos un lugar en los corazones de las personas y que ellas nos agradezcan por dejar el nombre del país en alto. Ojalá todo sirva para tener una liga más estable y un respaldo a la Selección en todas sus categorías.
Después de haber estado en Estados Unidos y ahora en España, donde el fútbol femenino es muy importante, ¿qué hace falta en Colombia desde lo cultural, deportivo, social y demás ámbitos?
Es una pregunta complicada. En cada nivel hay cosas por hacer. Primero, se debe trabajar en las divisiones menores. Es importante enseñar ciertos conceptos en las jugadoras desde cortas edades porque quizá no vean el fútbol como proyecto de vida, sino como una herramienta para estudiar como yo. De igual manera, es fundamental que cuenten con los implementos deportivos como guayos, canilleras y puedan competir. Después continuar con el proceso y confiar en él. Se debe hacer un seguimiento. Por ejemplo, en la Selección pocas veces nos hacen concentraciones. Quisiéramos que fuera más constante.
Actualmente, se recupera de una rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, pero, ¿qué se viene en esta temporada?
Por el momento, como bien lo dice, estoy enfocada en recuperarme. Ya estoy en la recta final. Espero volver a las canchas en un par de meses. Después quiero volver a la Selección y participar en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda en 2023. A partir de ahí, empezar a pensar en lo que podré hacer y aportar desde afuera de las canchas y así seguir vinculada en ese partido de la lucha por la equidad en el fútbol y en el deporte femenino.
¿Tendremos la oportunidad de verla jugando en la liga colombiana?
(Risas) Está dentro de mis planes. Sin embargo, estoy esperando a que la liga se fortalezca y que sea más duradera porque, de lo contrario, es difícil. En España, tengo un contrato de un año. Caso contrario en Colombia donde, desafortunadamente, los contratos no son de más de tres meses. Viéndolo desde la parte racional y no tanto con el corazón, es difícil, pero esperar.