La Superintendencia de Industria y Comercio habló y dicto sentencia. Luego de varios meses de investigación para reconstruir el escándalo de la reventa de boletas en los partidos de la Selección Colombia con destino al Mundial de Rusia 2018, se llegó a una conclusión y se anunciaron las penalidades tanto para las personas jurídicas y naturales.
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En una rueda de prensa virtual, la Superintendencia de Industria y Comercio concluyó que la licitación para la empresa que se encargaría de la venta de boletas fue adulterada, con el ánimo de favorecer a un litigante por encima del resto. Además, el proceso se adelantó como fachada, a pesar de que la elección fue a dedo, para evitar su relación con el FIFAGate.
Por otro lado, la Sicsuper indicó que el mayor delito fue la estafa a los hinchas, a los que se les cobró hasta un 350% más en cada boleta para acceder a un partido, sobre todo en el juego ante Brasil. Dicha inflación de precios se hizo para espantar al aficionado al no poder adquirir a los precios y así quedar un remanente que luego sería revendida por personas de la Federación Colombiana de Fútbol y por las empresas TicketYa y TicketShop.
Tras la investigación, la Superintendencia de Industria y Comercio sentenció a la FCF a pagar más de 16.000 millones de pesos de multa, mientras que Luis Bedoya (262 millones) y Ramón Jesurúm (304 millones) también fueron sancionados con multas cercanas a los 300 millones de pesos. Álvaro González Alzate, pope de la Difutbol, y Jorge Fernando Perdomo, expresidente de la Dimayor, también fueron multados.
Asimismo fueron multadas las empresas TicketYa (45 millones) y TicketShop, aunque la última tuvo el beneficio de colaboración a la justicia y fue exonerada.
No obstante, aquellos hinchas que pagaron valores exagerados para esos partidos no podrán recibir el dinero abultado, al ya haber pasado el evento y porque en su momento el usuario accedió a pagar ese valor.
