- LaLiga | El regreso del campeonato español devuelve a los relatos al narrador estrella de Directv, Pablo Giralt. El argentino le cuenta a PUBLIMETRO cómo llevó un relator profesional el confinamiento y la abstinencia de fútbol.
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Se ha convertido en un referente de la selección Argentina por su relato, ¿lo siente así?
Lo que trato de hacer con la selección es sentirme un argentino que siendo narrador se pone en la piel del hincha en los mundiales. Es la licencia que me tomo respecto a lo que me toca hacer. Entenderás que uno debe recorrer el camino de la objetividad, pero con la selección me tomo licencia.
¿Cree que has hecho escuela en cuanto al relato nacionalista?
Sí, lo cual no significa ser obsecuente de todo lo que pasa o contar una realidad que no es. Significa ser positivo por los colores de tu país y tratando de ser optimista para que las cosas vayan bien. Si se da ese contagio, bienvenido sea.
En Colombia hay mucho cariño por Pablo Giralt, ¿a usted qué le genera Colombia?
Tengo una relación hermosa que se ha hecho por el programa Fútbol Total, que es una locura. Tengo una debilidad por el país, me encanta Colombia, he ido de vacaciones y cada vez que voy me tratan de maravilla y yo los siento muy cercanos.
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¿Cómo llevó un narrador profesional la abstinencia de fútbol por la pandemia?
Estuve haciendo para la señal partidos viejos desde mi casa, con las condiciones que uno puede tener desde su casa, no las mejores, pero para salir del paso. Todos los días narré mucho fútbol, partidos viejos y había que poner mucha concentración. Dentro de poco los vamos a entrenar en Directv Sports, grandes partidos de la Copa Sudamericana y eso me mantiene contento y activo. Encima tengo tan mala memoria que los hago como si fueran en vivo, todo me sorprende. Es lo bueno de tener mala memoria, para vos es todo nuevo. Con eso estuve despuntando el vicio y fue una manera de estar ocupado.
¿No se pierde la originalidad narrando un partido antiguo?
Te voy a decir una cosa, no me acuerdo de los resultados, me mandan las fichas de los partidos solo con las formaciones y el contexto. La verdad que no soy una persona memoriosa. A veces relato un partido un sábado y me olvidé que lo relaté. Para mí fue como si todo fuera un estreno. Es como relatar un partido de PlayStation, que no sabes qué va a pasar. Traté de hacerlos a conciencia para que no quede como una avivada. Los hice como partidos normales, que sabía quién iba a ganar a la larga, pero con naturalidad. Lo bueno es que no fingí nada, porque no me acordaba. Expulsaban a uno y me sorprendía, un tiro en el palo me sorprendía. Además es un lindo incentivo saber que entre un partido histórico y ver uno de Bundesliga que no conozco los equipos, el futbolero se va por el histórico.
De todos los partidos viejos que transmitieron en el confinamiento, hubo uno que dijo que no vería más ¿cuál?
Alemania vs Argentina 2014 no lo quiero ver más, la final del mundo. Me genera dolor porque Argentina estuvo cerca de ganar el Mundial y para mí como periodista era cerrar un ciclo, aunque sea una mirada muy egoísta. Los eventos grandes me generan un enorme estrés y quiero que las cosas salgan mil puntos, no diez. Los partidos de Mundiales cuando sé que Argentina va a perder, no los miro nunca más. Los que gana los puedo mirar un ratito, pero los otros no porque me duelen.
Para los futbolistas es difícil conectarse en un partido sin público, ¿cómo es para un narrador conectarse en un partido en que no hay gente?
Es rarísimo. He relatado varios partidos sin público. Acá en Argentina, por la liga local me ha tocado y es raro. El sonido ambiente no existe, salvo los gritos de los futbolistas. Ahora que vuelve el fútbol español, creo que el secreto será que el ambiente esté muy alto. En Alemania no tiene mucho sentido porque no sabemos lo que dicen, muy pocos saben alemán. Pero en el caso de España, en un lenguaje que manejamos todos, va a ser divertido escuchar cómo se gritan. Va a ser un sonido ambiente distinto y además es lo que hay. La Bundesliga asumió el riesgo, marcó cómo hay que ir con los protocolos de los partidos y es meritorio lo que ha hecho el fútbol alemán en ese aspecto.
Hace dupla con Juan Pablo Varsky en las diferentes transmisiones, entre ellas la de la Liga Española ¿Es la persona de las que conoce que más sabe de fútbol?
Sí. Lo que tiene Juan Pablo que no tengo yo es memoria y la trabaja mucho. Hace el ejercicio de memorizar, yo eso no lo hago. Igual tenemos trabajos distintos. Yo tengo el trabajo difícil y duro, debo ser el narrador que más futbolistas nombra por partido. Hay diferentes estilos de narración, el mío es estar encima de la pelota, por ende el nivel de concentración es muy grande y por eso mi mirada está sobre el partido y reposo en el comentarista que tiene ese tipo de información.
¿Cuál es la función de un narrador?
Cuando uno relata un partido tiene como misión vender el producto. El día que el relator pierda de vista que está vendiendo un producto que se llama fútbol, pierde de vista todo. Mi trabajo es potenciar el producto, pese a lo malo y para lograr eso hay que tener pasión por lo que uno hace. Relato el primer partido como el último, para mí son todas finales.
Algunos creen que Fútbol Total es libreteado ¿qué se le dice a quienes piensan así?
Libreto, cero. Las cosas que se me ocurren mis compañeros ni se enteran y las ejecuto al aire. No hay nada escrito, acá vamos al aire y de una idea aparecen cosas y de esas cosas aparecen frases. En la libertad que tengo para trabajar está el éxito del programa. Esa libertad me permite ser creativo. No me canso nunca, quiero más, busco cosas nuevas para que la gente no se aburra.
¿Hay algo que hiciera que Pablo Giralt ‘colgara el micrófono’?
Creo que si Argentina sale campeón del mundo será un momento oportuno para hacer otro tipo de contenido. Como soy tan exigente con lo que hago nunca quiero que un producto mío decaiga y quizá un campeonato del mundo sería un buen motivo para hacerlo. Igual no es tan sencillo que eso ocurra. Tengo la necesidad de plantearme objetivos cortos para cumplirlos a rajatabla y a nivel relato lo mismo. Muchos narradores son futbolistas frustrados, no es mi caso. Nunca quise ser futbolista. Siempre me gustó narrar, desde chiquitito. Si Argentina sale campeón del mundo por lo menos me lo plantearía, ya está. Cuando termina un Mundial, la sensación de vació es muy grande y volver a arrancar es complicado, pero es nuestro trabajo.
¿Qué opina sobre la narración desde los estudios y no desde el lugar de los eventos?
No es lo mismo narrar en una cancha que desde un estudio, aunque debo decir que a veces ves mejor en el estudio que desde la cancha. A veces el lugar que te dan para narrar es muy lejano, no se ve tan bien, te tapa la gente. Ahora, la cancha te da el ambiente, el clima, el contacto directo. Para mí la motivación de relatar en el estadio o el estudio es la misma, no cambia. Sí entiendo que para el equipo periodístico estar ahí toma cosas que la cámara no toma. Igual, cubrir un evento es distinto y la gente lo nota, porque uno se mete más.
¿Cómo ve la relación periodista-jugador?
No comparto el ser amigo de los protagonistas. No tengo muchos amigos futbolistas, tendré uno o dos. El resto los hice como colegas. No creo que sea saludable la relación futbolista-periodista porque se confunden los roles. Uno está para analizar, para criticar y a lo mejor las dos partes se confunden. Cuanta más distancia haya es mejor, nadie se enoja, nadie se ofende y uno tiene libertad para decir lo que quiere. De todas maneras hay que criticar siempre con mucho respeto.
¿Cuál es su mayor alegría en estos años de profesión?
Muchas. Fútbol Total es una alegría gigantesca, el producto que hemos creado. A nivel relato, narrar mundiales es espectacular. Eso me acerca a mis seres queridos, a mis amigos y familia. Eso es muy gratificante, muy lindo hacerlo. Estoy muy feliz por la carrera que estoy haciendo.