El fútbol argentino sigue siendo un despelote, también en tiempo de cuarentena. Lo que para la mayoría de equipos del mundo cayó como un balde de agua fría, para algunos clubes patagónicos resulta el salvavidas que necesitaban sus dirigentes.
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Como en la mayoría del planeta, la pelota se detuvo a mediados de marzo. En ese momento solo alcanzó a disputarse la primera fecha de la Copa de la Superliga, campeonato que iba a dar un título oficial, a la vez que definiría los descensos y la clasificación a las copas internacionales.
Sin embargo, ni bien se asentó la pandemia, los clubes avalados por la AFA decidieron que el campeonato se terminará de jugar, pero ningún equipo será enviado a segunda división y se definió a los clasificados para la Libertadores y Sudamericana 2021. Más allá, el descenso se anuló también para la próxima temporada.
Guerra entre futbolistas y dirigentes en Argentina tiene a varios jugadores colombianos en el limbo
“Ningún dirigente quiere jugar un torneo sin descensos, pero estas circunstancias lo ameritan. Si no tomábamos esta medida desaparecen 25 clubes. No hay vuelta atrás, este año y el que viene serán sin descensos”, manifestó Nicolás Russo, el presidente de Lanús.
No obstante, lo que para los directivos fue un alivio financiero, para los jugadores fue un acta de defunción. El gremio de los futbolistas argentinos cree que en todas las categorías del balompié gaucho se perderán al menos 3.000 empleos de jugadores. Sin la necesidad de jugar por mantener la categoría, el plan de los clubes es terminar la mayoría de contratos el 30 de junio y apostar por futbolistas juveniles a los que no les tienen que hacer convenio laboral al menos por un tiempo.
“Si la decisión de que no haya descensos en la temporada 20/21 se mantiene, seguramente va a ser un punto de conflicto porque los jugadores no quieren que no haya descensos”, manifestó Sergio Marchi, apoderado de Futbolistas Argentinos Agremiados.
Los jugadores creen que sus empleadores utilizan la pandemia para no hacerse cargo de sus obligaciones y dejarlos sin empleo. “El argumento es que la pandemia va a dejar un desastre económico. Sí, claro, va a dejar un desastre económico no solo en el fútbol sino en todos los sectores. Pero a mí me parece que esto tiene como trasfondo ocultar las enormes deudas que tienen algunos clubes”, añadió Marchi.
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Lo cierto es que la pandemia para los clubes es real, tanto que en River Plate creen que deben rematar a sus jugadores, entre ellos a Juan Fernando Quintero y Rafael Santos Borré, con el fin de no caer en un pozo financiero.
Como los dos jugadores de selección, otros 18 colombianos se encuentran en el limbo en medio de un fútbol argentino que mantiene los vicios de la época de Julio Grondona, más dañinos para el sistema que la propia pandemia del coronavirus. Por el momento, la guerra entre directivos y jugadores persiste y se esperan más batallas en los próximos días.
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