Campeón. En el Mundial de Atletismo de 2011, el colombiano finalizó tercero. Sin embargo, en 2016, se conoció que el primero (Valeri Borchin) y el segundo (Vladimir Kanaikin) fueron descalificados por dopaje, consagrando campeón a López.
PUBLICIDAD
Líder. Su amplia experiencia, con cuatro Juegos Olímpicos disputados (Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016) y excelentes resultados, lo llevaron a ser nombrado como el entrenador de la selección Colombia de marcha.
¿Cuál es su opinión con respecto al aplazamiento de los Olímpicos?
Desde hace mucho estábamos analizando lo que sucedía a nivel mundial con el coronavirus. Sin embargo, teníamos zozobra porque el Comité Olímpico Internacional no decía nada. Por ende, nos tocaba seguir entrenando, a la espera de una decisión. Cuando confirmaron que los Juegos se aplazaban, nos dio tranquilidad y corrimos en la búsqueda de implementos para que los deportistas no pararan sus entrenamientos. Ahora, estamos pensando en lo que se viene.
¿Cómo hace un marchista para entrenarse en casa?
Es difícil, pero ahí está el reto. Las metodologías de entrenamiento han evolucionado y muchas funcionan en estos casos. Además, las plataformas tecnológicas y videoconferencias permiten mantener la condición física. En el caso de la marcha, la mayoría de deportistas tienen bicicletas, así que se consiguieron unos rodillos. Luego, con las ligas de atletismo obtuvimos unas cintas rodantes y ahí todo se facilitó más. Ya están marchando, se les asignan ciertos kilómetros para recorrer y se analizan sus pasos y la velocidad gracias a las aplicaciones.
Ahora en su faceta de entrenador, ¿cómo ve el panorama de la marcha en Colombia, pensando en los Olímpicos?
Cuando se me escapó la medalla olímpica en 2012, pensé que ya no sería posible porque uno como deportista es realista y se da cuenta de la edad, el nivel y otros factores. Sin embargo, entendí que debía estar ahí para acompañar y guiar al grupo que venía. Basado en eso, en 2017 decidí meterme de lleno como entrenador. Me capacité, estudié, me preparé y me doy cuenta de que esa ilusión de la medalla seguía. De hecho, Éider Arévalo lo materializó al ganar oro en el Mundial del 2017. Y el sueño continúa. El próximo año en los Olímpicos, la meta es ayudar a los muchachos a conseguir el objetivo de la presea olímpica, a la que tanto le hemos golpeado, pero no nos ha abierto la puerta.
Antony Zambrano, Éider Arévalo y Sandra Arenas son el fiel reflejo de que el atletismo creció en Colombia, pero ¿por qué ese boom sucedió hasta ahora y no antes?
Todo es una coyuntura. En la actualidad, el presupuesto del gobierno aumentó. Además, se ha visto un desarrollo no solo del atletismo, sino del deporte en general. Ha habido dinero para concentraciones, para viajes a competir y para la preparación y acompañamiento de los fisioterapeutas, médicos y nutricionistas, quienes juegan un papel determinante. Adicional, desde la parte directiva, se está más a la vanguardia de lo que sucede a nivel internacional. Ya están viendo a Colombia como una potencia, lo que permite creerse el cuento. Basado en eso llegan los resultados de Antony, Sandra y Éider. Ellos están viendo los frutos de años de esfuerzo.
¿Cree que también hubo un cambio de mentalidad?
Sin lugar a dudas. Hoy los deportistas tienen los pies sobre la tierra, la consciencia más clara y saben que el deporte no solo les sirve para mejorar su condición de vida, sino que, si lo asumen con profesionalismo, también les servirá para presentarse el día de mañana como una persona íntegra.
PUBLICIDAD
Participó en cuatro Olímpicos, ganó oro en el Mundial de Atletismo y es considerado el mejor marchista en la historia de Colombia ¿Le hizo falta algo en su carrera?
Siempre habrá momentos en la vida donde uno quisiera regresar, pero no se puede. Además, hay un punto donde se entiende que, si se está aquí, es para ayudar. En 2008, vi cerca la medalla olímpica. De hecho, por poco consigo el bronce, pero el presupuesto en ese entonces no daba para tanto. Creo que, si la inversión que hay hoy, la hubiera tenido en su momento, el resultado hubiera sido diferente. Sin embargo, como decía, esas cosas del pasado enseñan en el presente y es, justamente, esa experiencia la que uno comparte para ayudar a los deportistas en este momento.
¿Con qué faceta se queda? ¿Como entrenador o como deportista?
Las dos facetas hay que disfrutarlas. La carrera como deportista, uno sabe que en algún punto se va a terminar porque es muy corta. Por eso, aprovecharla es crucial, más allá de que se tienen ciertas restricciones por la misma disciplina. La del entrenador es mucho más larga. Sin embargo, hay un punto clave y es que el atleta hace al entrenador. Ahorita disfruto de mi faceta como estratega. Me gusta hablar con los deportistas, ser su amigo, saber que confían en mí y que tengo credibilidad.
La boldenona ha puesto contra las cuerdas a más de un deportista en Colombia y el mundo al arrojar positivo en dopaje ¿Cómo se debe controlar este polémico tema?
Siempre parto de la buena fe del deportista. Hay que creerle y apoyarlo. Por nuestra parte, lo que hicimos fue quitar las carnes rojas de nuestras dietas. No obstante, esa no es la solución. Creo que el Estado debe realizar estudios, reunir pruebas y demostrar en qué proporción está ese anabólico en el ganado. Con esos resultados habría un pequeño parte de tranquilidad para saber si viene por el consumo de carnes o por consumo directo de cada deportista.
Siga a Publimetro Colombia en Google News
También le puede interesar: