En estos tiempos turbios y difíciles quise rescatar esta charla que tuve hace unos años con el profesor Juan Carlos Osorio para hablar de los secretos y metodología que aplica con su libreta de apuntes. En exclusiva para PUBLIMETRO Colombia, esta entrevista que se publicará por capítulos.
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Uno ve que a la sede del club, en Guarne, van otros directores técnicos, colegas suyos a ver su trabajo. ¿Tienen acceso a que le digan «Profe, déjeme conocer sus libretas»? ¿Alguien le ha llegado a preguntar por ese conocimiento?
No. Nunca me lo han llegado a preguntar, el día en que me lo pregunten seguramente lo haré sin ningún tapujo porque no pienso que sea un secreto; reitero, es una herramienta de trabajo que creo que me ayuda eficientemente para efectuar mi labor y la compartiría con cualquiera de mis colegas que quieran conocer o que quieran profundizar en ese tema. No hay ningún secreto.
También me he dado cuenta de que a veces opta por no escribir. En el primer tiempo a veces no escribe. ¿Qué pasa ahí?
Cuando hay un partido en el que desgraciadamente no pasa algo trascendental, pues no escribo y a través de no escribir me doy cuenta de que si de pronto del minuto 20 al minuto 45 del primer tiempo no he escrito nada, es básicamente porque no hemos llegado al arco, y ya si es una crítica grandísima, en ese caso en particular seguramente tendría signos de interrogación en rojo o rayas en rojo atravesadas para darme cuenta de que no pasó absolutamente nada y que debo de hablar seriamente de ese tema.
A usted le dolió mucho particularmente una derrota, la de la final de la Copa Sudamericana contra River Plate.
Me dolió y quedé muy triste porque ese día en cancha de ellos, sobre todo por el juego y porque en el partido de ida en el Atanasio, merecimos más.
Yo, y digo yo, en representación de ese grupo, decidimos con mis asistentes jugar y ser fieles a nuestra idea de juego. Ellos nunca variaron su juego, siempre lo jugaron de la misma manera, un sistema que normalmente tiene un 4-3-1-2, que Sánchez siempre hacía desmarques de ruptura, dos delanteros que siempre se alternaban para salir a la zona 14 a jugar y a buscar penetración. Nosotros pusimos un equipo para jugar contra ellos y era muy talentoso. Recuerdo exactamente y prefiero no hablar de la alineación que pusimos, pero básicamente el equipo que inició: ocho de nuestros jugadores de campo tenían características más ofensivas que defensivas. Entonces lo que más me dolió no fueron tanto lo de las pelotas detenidas, porque al final eso es una manera válida de perder o ganar un partido de fútbol, pero el hecho de no haber tenido secuencias frecuentes con más de ocho o diez pases, eso sí me dejó muy triste porque creo que no pudimos con un escenario hostil y en contra. Nunca pudimos imponer nuestro talento y creo que es algo que tienen que hacer Colombia y el fútbol colombiano para poder llegar a aspirar a cosas muy grandes.
También creo que así nos pasó en algunos mundiales, por ejemplo en 2014, contra Brasil, era un partido que históricamente daba una de las pocas oportunidades en que Colombia podía imponer el talento y tampoco fue. Me parece que, sin criticar a nadie, simplemente debo decir que el fútbol nuestro, en general, está necesitado de competir en estadios más cerrados, sin pistas, con mucha gente para acostumbrarnos a esos escenarios y que no nos minimicen o no nos afecten al momento de llegar a una final como nos correspondió a nosotros ante River.
¿En ese partido ante River Plate recuerda cómo terminó la última página de esa libreta?
Recuerdo que a partir de las dos pelotas detenidas lo que más me preocupó fue concentrarme en que el equipo no concediera más goles, que no pasara de una derrota a una vergüenza y tal vez por eso no escribí mucho, tenía el dolor de cualquier ser humano y de cualquier técnico o cualquier hombre de fútbol. Ante una derrota de esas en la que en el primer tiempo tuvimos para anotar y en el partido de local tuvimos para haber casi que asegurado la final, obviamente me dolió profundamente.
Mi objetivo principal no era tanto tener un punto de referencia para hablar, porque poco hablo después de los partidos, pero sí el esforzarme para ayudarle a mi equipo y que no pasáramos de una derrota a una vergüenza.
Algo que me parece bueno aclarar es que en el segundo tiempo, generalmente, casi siempre escribo menos que en el primero. Escribo cosas más puntuales porque normalmente veo el partido al día siguiente o en la noche del mismo juego y ahí termino de escribir lo que pasa en el segundo tiempo, porque en el primero siempre lo sigo al pie de la letra.
¿Sus libretas están digitalizadas o ha pensado hacerlo?
No, es manual. Mis hijos me ayudan y tengo a alguien que me ayuda en el club con las presentaciones, pero soy un hombre de apuntar casi todo siempre a papel y lápiz.
¿Al final la importancia de la libreta es la planificación de cada juego?
¿Qué pasa ahí en el entrenamiento? Yo limito el trabajo bajo ciertas restricciones. Puedo decir que acá en estos 50 metros por 35 no se puede pasar la pelota por arriba, todo tiene que ser por abajo, los jugadores se pueden apoyar en el arquero una vez o dos veces. Hay que completar seis pases, si digo diez pases le facilito al otro equipo para que venga y presione más, pero si digo seis pases es más rápida la presión, pero más rápida la circulación. Entramos acá y van a suceder goles, posibilidades de gol en ambos lados. Mientras tanto, tiene toda esta banda el preparador físico para que ponga a correr al resto y hacer un trabajo analítico que no se puede echar de lado. Pero desde el día uno de trabajo ya estamos hablando de la idea de nuestro juego, que es juego de banda; por eso arranco con dos por fuera, lateral extremo, lateral extremo y el otro equipo lo mismo.
Soy un convencido de que nuestros jugadores, nuestros niños en Colombia, desde los 12 años deberían estar jugando esto que expliqué anteriormente, no porque me lo haya inventado, sino por varias razones:
- Duelos en todas las zonas de la cancha.
- Siempre con jugadores de banda.
- Dos volantes únicamente.
¿Para qué? Esto es clave para que los que jueguen acá se enseñen al fútbol moderno. Nosotros no tenemos un volante como Pogba, por ejemplo. ¿Culpa de quién? De la formación. Por ejemplo, al hijo mío ¿de qué juega? Me dice «yo juego de volante yo no sé qué», y le digo «no, papito, usted juega de todo. A usted el que le pregunte de qué juega, diga: yo juego de jugador de fútbol, yo soy futbolista, yo defiendo, ataco, ayudo a defender, corro todo el partido». ¡Ese es el fútbol! Entonces con este sistema obligamos a que los jugadores sean de área a área.
¿No va a dejar de utilizar su libreta?
Eso ya es mío y, reitero, me recuerda y siempre pensaré en mis padres, en lo agradecido que estoy con ellos, en cómo me educaron, en lo que me enseñaron y en particular de mi viejo, que fue el que me insistió, nunca me dijo que esto es para cuando sea técnico. Lo llevé siempre en la época de estudiante, en mi época de jugador, mi época de asistente y ahora como entrenador en propiedad. Nunca voy a abandonar mi libreta.