Mercedes Alfonso es la psicóloga de Independiente Santa Fe desde hace nueve años. En el especial de salud mental que hizo Publimetro, la profesional nos atendió e hizo conocer un poco más cómo trabaja este departamento en el club cardenal.
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¿Hace cuanto trabaja en Santa Fe?
Hace nueve años. Mi trabajo más fuerte siempre ha sido con juveniles. Los conozco desde hace mucho tiempo. Jugadores como John Velásquez, Héctor Urrego, Mauricio Alarcón y Sebastián Salazar… Con jugadores de más experiencia he atendido a Leandro Castellanos y Carlos Arboleda, eso depende de la necesidad del equipo.
¿Cómo se maneja tener un proceso con la psicóloga en el club?
En Santa Fe no existe obligación. El jugador es autónomo en decidir acercarse a hablar. A Johan Arango, en su momento, sí fue como ‘tienes que ir sí o sí’, pero casi nunca sucede de esa manera y tampoco es lo ideal. No se puede obligar a nadie a cambiar. A través del discurso e intervención se puede generar que la persona esté dispuesta a lograr un cambio, pero si no quieren, no se puede hacer nada. Lo ideal es que la psicología en Santa Fe se consolide.
El semestre pasado, cuando estaba Gerardo Bedoya (entrenador interino), me decían ‘necesitamos que estés acá’, pero les dije que no puedo ser un agente por lo que está viviendo el equipo, debo ser cotidiano para ellos. En los equipos profesionales colombianos son muy pocos los departamentos de psicología. Esto es realmente científico y esperar que estos procesos se consoliden toma muchísimo tiempo.
¿Por qué cree que sigue siendo un tabú en Colombia el aspecto mental?
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En el fútbol. Porque en otros deportes ya está establecido. En Coldeportes, los atletas de alto rendimiento, Jossimar Calvo, Mariana Pajón y Caterine Ibargüen hacen entrenamiento mental con psicólogos de alto rendimiento. El jugador tiene que entender que el fútbol es una profesión y por eso se tiene que preparar. En la medida en que el jugador entienda esto, sabrá que la psicología del deporte le va a entregar unas herramientas. Pero el cambio de pensamiento debe ser de todo el mundo, jugador, cuerpo técnico y directivos. Tiene que ser un tema integral. Quizá en el fútbol han tenido malas experiencias con la psicología del deporte.
¿Cree que la vieja escuela es más reticente y que la nueva escuela de entrenadores sí se apoya en la psicología deportiva?
Sí, me han tocado varios que no se apoyan en la psicología deportiva. Algunos se apoyan en coach, que no cuentan con las herramientas para evaluar si tienes ansiedad cognitiva o física.
¿Se nutre de otros clubes del mundo en el caso de la psicología deportiva para aplicarla a Santa Fe?
Sí. Para mí fue muy gratificante conocer el modelo del Atlético de Madrid. Tienen un modelo parecido al de Santa Fe, entonces dije: ‘Huy, no estoy equivocada’. El modelo se enfoca en la parte psicosocial, que es entender al jugador desde la parte humana. Tú puedes hacer un trabajo excelente de motivación, pero resulta que el jugador no come hace dos días, o no se habla con la esposa. Entonces este aspecto psicosocial puede ser mucho más interesante y efectivo.
¿Qué tanta importancia le dio Rivera a la psicología para la levantada deportiva del equipo?
El profe ha permitido que se haga trabajo. Obviamente, dentro de lo colectivo, ellos han tenido una serie de actividades que los han unido. Han retomado actividades que se hacían en el pasado y generan que el fútbol como deporte los cohesione como grupo. Además, ha seguido unas guías que se le han dado con algunas recomendaciones generales como que se comprometan. En mi trabajo individual, el hablar con ellos les generó un cambio de pensamiento y una reestructuración cognitiva, rompimos el ‘qué está pasando’, porque no estaba pasando nada, solo que no se nos estaban dando los resultados. Pero no pueden desistir del trabajo. El equipo empezaba bien, pero conforme pasaba el tiempo, el equipo renunciaba por la ansiedad y actuaban de manera impulsiva y todo se iba a bajo. Era fundamental que cambiaran el pensamiento y todos pensaran igual, entonces se hizo énfasis ahí.
¿Cómo es el trabajo específico en juveniles?
Hay algo para destacar y es que estamos en semifinales del torneo sub-20, que es donde se hace el trabajo más fuerte. Jugamos el paso a la final el fin de semana con jugadores que tienen un proceso psicológico de tres y cuatro años. Con Pedroza se ha hecho un trabajo grande e interesante. Con él llevamos proceso de seis o siete años, lo hemos acompañado en todo su proceso. Sin embargo, son procesos que para mí son exitosos.