“Llegué a Brooklyn con tan solo siete años. Estando allá, mi mamá tenía tres trabajos, así que básicamente, me crié en la calle. Por eso, puedo afirmar que no peleaba por gusto, sino porque me tenía que defender, ya que la población, en su mayoría, era afroamericana y, por ende, muy racista”. Así inició Jon Zárate su particular, pero inspirador relato de historia de vida que le da la vuelta al mundo.
PUBLICIDAD
Este paisa, criado en Estados Unidos y residente en Bogotá es un verdadero ejemplo de disciplina y superación. Contra todo pronóstico, venciendo ‘la rosca’, que en muchas ocasiones fue la culpable de que le cerraran las puertas, y dejando de lado una de sus mayores pasiones como lo es la actuación, se convirtió en el gran referente de las MMA o artes marciales mixtas en Colombia.
“Nunca pensé en ser peleador. Todo fue por cosas de la vida. Un día, mientras caminaba, vi un gimnasio de MMA, subí, me llamó la atención y empecé. Eso sí, no sabía nada, solo lo que la calle me había enseñado. Sin embargo, eso fue suficiente para ganar mis primeras peleas. Después, con disciplina, entrenamientos y entrega conseguí lo que soy ahora”.
Cuando inició, su sueño era claro: llegar a la UFC (Ultimate Fighting Championship), mayor empresa de artes marciales mixtas en el mundo. Razón por la que, desde el primer día en que asumió este deporte como estilo de vida, dio lo mejor de sí para hacerlo realidad. No obstante, se presentaron dos tristes realidades que lo impidieron. “A veces llegar a la UFC no es de talento, sino de contactos y la rosca pesa mucho. Además, la falta de patrocinio y apoyo en Colombia tampoco ayudan”.
Por fortuna, tiene con qué sacar pecho y demostrar que su teoría es más que acertada. Y es que Zárate ostenta el título de haberle ganado al primer colombiano en llegar a la UFC. De hecho, es la principal motivación que mantiene viva la ilusión de arribar a dicha categoría porque como él mismo dice “a pesar de mis 37 años, si cabe en tu mente, cabe en tu mundo y no desistiré hasta que me retire, y créanme que no será pronto”.
“Un peleador de Europa o Estados Unidos, se vuelve élite porque vive, come y entrena las 24 horas de los siete días de la semana. Un patrocinador dice: ‘le voy a pagar el arriendo, el colegio de sus hijos, le pago todo, usted solo enfóquese en entrenar’. Aquí no existe eso porque te toca trabajar, pagar servicios, estudiar y entrenar el poco tiempo que queda. Si uno no tiene esos apoyos financieros, es difícil, pero no imposible. Soy un perfecto ejemplo de eso”.
Y no es lo único contra lo que deben luchar. El pensamiento de la sociedad ha jugado un papel crucial en el desarrollo de las artes marciales mixtas. “La gente, ya sea por ignorancia o por ser conservadora, piensa que es muy violento porque hay sangre y no es así. Todo eso es mentira. Incluso cuando uno entrena para ser peleador, adquiere disciplina y la salud mejora. A veces les parece violento ver a dos personas peleando en una jaula, pero no les parece violento salir a la calle y que un ‘pelao’ menor de 15 años los atraque cuando podría estar entrenando”.
PUBLICIDAD
Por suerte, el panorama parece cambiar. Latin Fighter Championship en alianza con Brave buscan unir al mundo a través de las artes marciales mixtas. Además, tienen como objetivo brindarle garantías y la oportunidad a los atletas de mostrar su talento a nivel global.
El trabajo de estas entidades ha llamado la atención de propios y extraños. Prueba de ello es que Jon Zárate es consciente de que “si hubiera empezado ahorita, con el apoyo de Brave y esa excelente oportunidad que dan, mi evolución hubiera sido mayor y habría llegado más lejos”
Sin embargo, nunca es tarde. El próximo 7 de septiembre en el Coliseo Hernán Jaramillo, el colombiano buscará ampliar su historia cuando enfrente al brasileño, Gabriel ‘Fly’, uno de los máximos representantes de este deporte. Allí, de seguro sacará a relucir todo su potencial para entregarle una nueva alegría al país y dejar claro por qué las artes marciales mixtas deben ser vistas con otros ojos porque, sin lugar a dudas, son una realidad y la fuerza adquirida es innegable.
MÁS NOTICIAS DEL DEPORTE, AQUÍ.
También le puede interesar: