Egan Bernal enseñó sus garras en el ascenso al Galibier, donde superó a todos los favoritos para la clasificación general y se colocó segundo en la general el mismo día en el que su compatriota Nairo Quintana firmaba una tercera victoria. Las posibilidades de Egan Bernal para ganar el Tour de Francia
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Bernal, hasta ahora agazapado tras su compañero Geraint Thomas, demostró que cuando la carretera se empina y supera los 2.000 metros de altitud, se mueve como un pez en el agua.
Atacó a falta de 7 kilómetros para la cima del mítico Galibier y logró una renta suficiente para auparle al segundo puesto en una general que, a falta de dos días para el paseo triunfal del ganador del Tour, está apretada. Bernal, que era quinto por la mañana, acabó en la meta de Valloire con una renta de solo 5 segundos sobre Thomas y de 17 ante el holandés Steven Kruijswijk.
La pregunta que ronda el equipo Ineos es si ha habido un cambio en la jerarquía, después de que el colombiano de 22 años, ganador de la pasada Vuelta a Suiza y de la París-Niza, superara a su compañero en la general.
El ciclista no quiso responder y se limitó a repetir la letanía que el equipo ha impuesto desde la salida de Bruselas: hay que mantener lo máximo posible las dos bazas.
Pero es la segunda vez en alta montaña que Bernal muestra su fortaleza, algo que ya sucedió en el Tourmalet, donde demostró más fuerza que Thomas en las fuertes pendientes por encima de los 2.000 metros.
Fue un ataque que contó con el beneplácito de Thomas: «Me preguntó si tenía fuerzas y cuando le dije que sí me pidió que moviera la carrera», señaló.
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Por delante quedan otras dos jornadas con la misma configuración, ambas con final en alto, lo que desvía el cursor en favor del colombiano.
Bernal se mostró incluso molesto cuando le dijeron si ahora se siente el favorito para la victoria final. «Eso no lo voy a decir. El más fuerte hasta ahora es Alaphilippe», respondió airado en referencia al ciclista francés que le aventaja en 1.30 minutos.
«No miro si estoy por delante de un compañero o no, miro que tenemos arriba a Alaphilippe. Geraint y yo somos líderes, como hasta ahora, tener dos cartas en la mano es mejor que tener solo una», indicó.
«Nos quedan dos días por delante que van a ser muy difíciles. Hay que mantener la calma y no dejarse llevar por la euforia del momento. Tengo que tener los pies en el suelo», agregó.
El golpe de efecto se produjo el mismo día que Bernal recibía la visita de su padre y coincidiendo con la victoria de Quintana, lo que demuestra la superioridad colombiana en extrema altura.
«Me sentí mucho mejor a esa altura, quizá solo mentalmente, pero cuando quedaban 8 kilómetros y rodábamos a más de 2.000 metros las sensaciones eran mejores», dijo.
Bernal se lanzó en busca de la cima del Galibier, que coronó con más de medio minuto de ventaja sobre los otros favoritos, una renta que casi conservó en un descenso en el que, dijo, trató de no caerse.
Hasta ahora, el colombiano había asegurado que no se sentía el líder del equipo por su juventud y porque por delante estaba un compañero más experimentado y que persigue renovar el título logrado el año pasado.
Ahora que los focos se muestran sobre su rostro casi adolescente, también quiso echar la responsabilidad fuera, en el líder de la general.
«Estoy segundo, el más fuerte es el que va primero. Hay que aceptarlo, ha sido el mejor en todos los terrenos. No paramos de decir que no es un escalador pero nos cuesta soltarle», dijo.