¿Por qué decidió practicar este deporte?
La modalidad que practico es high can fly, es decir, hacer parapente, caminar y escalar. Todo empezó en 2013, cuando hice una travesía de Medellín a Cali en cinco días, solo caminando y volando. Luego inicié entrenamientos y en 2014 estuve en una carrera similar a la RedBull X-Alps, atravensando los Pirineos de costa a costa. En 2015, fue mi primera experiencia en los X-Alps. Estuve ocho días de carrera, pero no pude terminarla porque tuvimos problemas técnicos. En 2106, estuve en otra carrera en los Alpes franceses, donde me fue bien y quedé en la décima posición entre 50. Cada día adquiría más experiencia y por eso apliqué nuevamente a los X-Alps, donde soy el único suramericano.
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¿Cómo los eligen?
Miran tu hoja de vida. Uno se inscribe, a nivel mundial muchos aplican, pero te seleccionan por tus resultados en competencias de parapente, tu experiencia y el desempeño físico en carreras de aventura. Esto lo hacen para garantizar que sí vas a competir y no eres novato porque es un riesgo para ellos tener gente sin experiencia.
¿Por qué no terminó la carrera de los X-Alps en 2015?
Se varó el carro en medio de la nada y mientras avanzaba volando, perdí comunicación. Pararon otro carro y la persona que iba ahí no tenía experiencia dando instrucciones y resulté en un lugar que no era. Fue un día perdido del que no me pude recuperar. Perdí varias posiciones, intenté alcanzarlos, pero fue imposible, el tiempo no daba.
¿Por qué no estuvo en la edición de 2017?
Me rompí la espalda en 2016. La recuperación duró poco más de seis meses. Estaba entrenando, volando, haciendo maniobras acrobáticas y me estrellé durísimo contra una montaña.
Después de lo acontecido en la anterior carrera, ¿qué estrategia utilizará en esta?
En 2016 nos fue muy bien en otra competencia y es el mismo equipo, así que para este año la estrategia es planear mejor la ruta y tener un plan A, B, C, todos. Eso sí, sobre todo que las instrucciones queden claras día a día. La carrera para a las 10:00 p.m. y comienza a las 5:00 a.m., estés donde estés, entonces se debe coordinar bien el encuentro con el grupo, dormir y comer. Además, al otro día buscar la montaña más alta para despegar y volar lo que más se pueda.
¿Quiénes conforman su equipo y cuál es la función?
El Team Colombia está compuesto por cuatro personas. Son tres en tierra y yo que soy el atleta. En tierra está el conductor del auto, el que me sigue a través de su computador y el meteorólogo, que está al tanto de las predicciones climáticas. La palabra siempre la tiene el que maneja el carro, que es ‘Lucho’ Jiménez, solo sigo instrucciones de él. Sin embargo, cuando debo parar por alguna tormenta, Isabel, que es la segunda persona del equipo, me tiene listos los zapatos, el batido de proteína o la hidratación. Más de tres personas no necesitamos. Aunque tenemos el apoyo de la gente externa que está en una casa viendo y dando instrucciones. Ahí, el equipo puede ser de ocho.
Teniendo en cuenta el desgaste físico, ¿cuánto tiempo permanece en vuelo?
Depende del clima. Si las condiciones son óptimas, puedo permanecer cinco o seis horas, pero el tema físico también es importante. Incluso me he quedado dormido en vuelo, pero a pesar del cansancio, siempre voy hasta el final. Nunca me rindo.
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¿Cuándo inicia el entrenamiento para los X-Alps?
Me voy el 1 de mayo a hacer reconocimiento de ruta, la planeación y entrenar. La carrera inicia el 13 de junio.
¿La geografía en Colombia no ayuda para prepararse?
Ayuda mucho, sobre todo en Antioquia que hay mucha montaña. Sin embargo, en los Alpes es distinto. Allá, muchas veces el sol pega desde otro lado y hay que saber leer el clima e interpretar cómo se va a volar cada día. En varias ocasiones uno vuela en condiciones muy arriesgadas y aprender a identificar esos momentos es más difícil en los Alpes que acá. Todo es distinto, pero la preparación acá en Colombia sirve mucho.
¿Puede decir que le pagan y vive por lo que hace?
No, es imposible. Desafortunadamente en Colombia el apoyo para este tipo de deportes es mínimo. Nos toca bandearnos con empresa privada, que te apoya con productos o dinero. Recibo 40% de apoyo de afuera con transporte, comida, equipos, pero el resto me toca a mí, con ahorros. Anteriormente, Coldeportes me ayudaba con los tiquetes, pero el resto me tocaba a mí. Esto es más que todo por amor al deporte. Siempre es un gasto importante ir a correr a Europa.
Como referente, ¿no ejerce presión para cambiar ese panorama?
Sí, cada año presento un proyecto. Ellos te dicen ‘sí, te vamos a apoyar’, pero al final dicen que no pueden. En 2016 pasó así y este año tampoco se reportaron, entonces no puedo depender de ellos. Sin embargo, no pierdo la esperanza de que en algún momento me digan que sí me van a apoyar o a reembolsar algo. Uno hace presión, escribe en las redes y demás.
¿Cuál es su logro más importante y cuál sueña alcanzar?
En 2016, a pesar de quedar en la posición 12, estuve entre los cinco primeros casi toda la carrera. Eso fue admirable porque nunca, nadie del exterior había estado en esa posición. Y, lógicamente, sueño con ganar en algún momento los X-Alps, que es la cúspide.
¿Cómo describir los X-Alps?
Es la carrera de aventura más extrema y dura del mundo. La gente que lo vive desde adentro queda sorprendida. Las caídas, lesiones, accidentes, ver gente llorando, es impresionante. En una ocasión, un piloto suizo se vio obligado a abrir el paracaídas de emergencia, cayó en un lago, casi se ahoga y tenía hipotermia.
¿Cuál es su objetivo allí?
Por ahora, no es ganarlo, sino terminar la carrera sano y salvo. En la edición pasada solo culminaron 10 de 32. De hecho, se mató un camarógrafo al caer de una montaña.
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