La segunda prueba por Asia. Atrás quedó Yokohama y una presentación positiva por el resultado, pero agridulce desde el juego. Ese era el gran desafío para el duelo ante Corea del Sur, mejorar la imagen.
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También lo era darle posibilidad a todos y eso fue lo que eligió Carlos Queiroz. En Seúl, la Tricolor presentó una selección con muchos cambios, sin James y Falcao de entrada.
A Colombia le costó hacer pie, más ante una Corea compacta. El equipo asiático ahogó a los cafeteros desde el inicio, con una presión que incomodó en todo momento a los dirigidos por Queiroz. Presión, recuperación, agresión. La idea de Corea del Sur estaba clara y así llegó el 1-0.
Robo a Gustavo Cuéllar, doble ataque a Yerry Mina y un fortísimo remate de Heung-Min Son superó la resistencia de Iván Arboleda. Corea se iba arriba con merecida justicia.
Los males de Colombia partían de la poca posesión de pelota. Ni Gustavo Cuéllar ni Mateus Uribe lograban sacar al equipo de manera limpia. Por tal razón, los delanteros Duván Zapata y Alfredo Morelos quedaban aislados de sus compañeros.
Tal panorama duró hasta que Corea del Sur se quedó sin fuerzas. Promediando el primer tiempo, la Selección pudo asomar la cabeza y tomar algo de oxígeno, que sirvió para generar algunas ocasiones de gol. Por desgracia, en la primera parte no hubo eficacia.
Queiroz tuvo que meter mano. A pesar de ser un partido amistoso, el portugués no quería manchar su historia en la tricolor tan temprano. Por eso, hizo un cónclave junto a James Rodríguez y Radamel Falcao, decidiendo que el del Bayern Múnich entrara y se hiciera cargo.
El ingreso de James vitalizó el juego tricolor. Dirigidos por la zurda del 10, Colombia comenzó a creer. También fue necesario el desparpajo de Luis Díaz, quien identificó la oportunidad y no la dejó desaprovechar.
Una jugada elegante del guajiro, que empezó sucia por una pérdida, terminó en un gol inolvidable. El talentoso jugador del Junior de Barranquilla se metió al área, abrió el pie y con sutileza la puso al segundo palo. Empate y lo mejor, buen juego para conseguirlo.
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Colombia tenía la posta. Vulgarmente, el sartén estaba en las manos de James y compañía. Sin embargo, si de manos hablamos, las de Iván Arboleda no estuvieron a la altura. El portero de Banfield volvió a fallar, esta vez ante un remate de Jae-Sung Lee. Corea de nuevo se fue arriba.
El final fue a puro ímpetu por parte de la tricolor. Con Falcao en cancha y James inspirado, el remato favoreció a Colombia. Pero Corea, sin mucha disciplina, decidió meterse atrás y acumulando gente, defendió el marcador.
Derrota que deja cosas positivas y negativas de cara a la Copa América. Quedémonos con lo bueno: esta es la selección de James y encontró un socio para respaldarlo, Luis Díaz.