Atrás quedó la idea de pensar que los nipones eran una selección basada solo en el orden y la velocidad. La evolución del fútbol asiático, pero en especial de la escuadra japonesa es evidente. La fortaleza física, la disciplina táctica, la técnica adquirida por sus jugadores y el dinamismo en el juego, convirtieron a dicho combinado en un rival bastante complicado.
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Hajime Moriyasu arribó al banquillo en reemplazo de Akira Nishino. De la mano del actual entrenador, Japón brilla en el terreno de juego. Basta con hacer énfasis en los resultados conseguidos. Y es que, en 12 partidos, consiguió 10 victorias, un empate y una derrota. Casualmente, dicho tropiezo fue en la final de la Copa Asia ante Catar.
Asimismo, otra demostración de cómo los samuráis azules se reinventaron fue lo acontecido en el pasado Mundial Rusia 2018. Allí, a pesar de contar con otro entrenador, clasificaron a octavos de final, donde le causaron problemas a la todopoderosa, Bélgica. De igual manera, vencieron a Colombia por primera vez en su historia, ya que en las anteriores ocasiones, los cafeteros se impusieron en dos y hubo una igualdad.
Es así como, sin lugar a dudas, será una buena vara para medir el inicio del proceso de Queiroz. El alto nivel de más de un jugador nipón y el excelente colectivo, de seguro, le traerá problemas a la Selección Colombia. Por eso, para evitar sorpresas, el entrenador portugués deberá acertar en todas y cada una de sus decisiones.
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