El equipo verdolaga no levanta cabeza. Jorge Almirón no le encuentra la vuelta al equipo paisa, que iniciando temporada está a punto de quedar eliminado en Copa Libertadores, en la que cae 2-0 con Atlético Tucumán en el global, y por fuera de los puestos de clasificación en la Liga Águila.
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- Solamente, Jorge Almirón
El entrenador en su laberinto. El argentino sigue sin entender el contexto colombiano, causando rencillas con el entorno que, entre otras cosas, le provocaron una sanción. Su mensaje no es claro y con el paso de los meses, la idea se fue extraviando.
- Los refuerzos de relleno
Nacional se acostumbró a jugadores de élite en el continente. Prueba de ello es el plantel que tuvo Reinaldo Rueda en 2016, que lo hizo lograr la Libertadores. Sin embargo, el recambio no fue de la misma calidad. Reinaldo Lenis, Yerson Candelo y Fernando Monetti dan fe.
- Baja autoestima tras las derrotas
Es tan benéfico acostumbrarse a ganar como nocivo tener la costumbre de perder. El Nacional de Almirón logró conseguir récord de victorias consecutivas como local y enorme rendimiento de visitante. Sin embargo, el golpe de la final ante Tolima lo dejó grogui moralmente.
- Paso del tiempo de los históricos
De aquel equipo que hizo historia, primero con Juan Carlos Osorio y luego con Reinaldo Rueda, hoy queda poco o nada. Los que se mantienen han perdido rendimiento, pero mantienen el lugar por los galones. Los principales en declive son Alexis Henríquez y Daniel Bocanegra.
- Poco apoyo de la hinchada
La costumbre de ganar hizo muy exigente a la afición verdolaga. El aficionado paisa no se conforma con poco y, además de victorias, busca un estilo depurado. Al no tenerlo, se ha ido alejando del Atanasio Girardot, que ya pocas veces se ve tan lleno como en otros tiempos.
