David contra Goliat. La opulencia francesa hizo presencia en el estadio Luzhniki de Moscú. No solo sus estrellas, avaluadas en 1.000 millones de euros, sino su estirpo y su estrella mundial, conseguida veinte años atrás.
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En frente la humilde Croacia. Nadie apostó por los ajedrezados en el día decisivo, pero allí se instalaron. Con las pocas energías que le quedaban, luego de jugar tres partidos con tiempos extra, lo que les sobraba a los balcánicos era corazón.
Con el tanque semivacío, Croacia apostó por un golpe tempranero. Se apoderó del balón, un poco por estrategia y otro tanto por decisión gala, para imponer condiciones.
Luka Modric, imparable. Desde el mediocampo, hizo recordar a Johann Cruyff en aquella Holanda de 1974, que como los croatas, sorprendieron al mundo llegando a la final del mundo. El ‘Cruyff de los Balcanes’ era amo y señor.
Latente el gol rojiblanco. De repente, balde de agua fría en Moscú. Mario Mandzukic usó la cabeza para poner el 1-0, pero en propia puerta. Autogol que le daba una inmerecida ventaja a la escueta Francia.
1-0: Mandzukic en contra le dio la ventaja a Francia (haga clic acá para ver el gol)
Se pensó en un cambio de marea en el partido, con una Francia en ventaja y en posición de administrar e imponer condiciones. Eso no ocurrió. Los galos no supieron ejercer supremacía y luego de sacudirse del duro golpe, el corazón croata volvió a hacerse presente en Moscú.
De tanto intentarlo, Iván Perisic tuvo su premio. Un remate de zurda encontró huecos en la defensa gala y se metió en el ángulo, inatajable para Hugo Lloris. Final a la altura de las expectativas para los aguerridos croatas, no así para los franceses.
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1-1: ¡Golazo de Perisic para el empate croata! (haga clic acá para ver el gol)
Sin embargo, este Mundial fue de detalles y en ellos siempre tuvo un plus el equipo galo. En un tiro de esquina insípido, la suerte le brilló a los franceses con una mano en el área propia. El árbitro principal, el argentino Néstor Pitana, no confió en primera instancia. Luego, apoyándose en el VAR, pitó la pena máxima.
Antoine Griezmann tomó el balón, engañó al arquero con la mirada y puso de nuevo la ventaja de Les Bleus. Sin nada de fútbol y mucha confusión, Francia bordaba la segunda estrella en su escudo.
2-1: el VAR dijo penal y Griezmann hizo el gol (haga clic acá para ver el gol)
Segundo tiempo cuesta arriba para los croatas. Conseguir la hazaña era tan duro como transitar los Cárpatos a pie. Sin embargo, lo iban a intentar. En los primeros minutos continuaron con su libreto, a pesar de que Francia comenzaba a encontrar espacios, mortales para Kylian Mbappé.
Fue el momento del juvenil. A sus 19 años, el galo fue el llamado a tomar el cetro de Pelé, quien hace 60 años logró un título mundial siendo protagonista a tan corta edad (17). El delantero del PSG era imparable por derecha, pero le faltaba la puntada final.
Allí recibió la ayuda de otro de enorme segundo tiempo: Paul Pogba.
Frío casi siempre, el volante del Manchester United mostró todo su fútbol. Construyó la jugada, dejó a Mbappé en posición favorable y fue a recibir en la media luna. De derecha, su remate fue bloqueado; de zurda, el esférico dejó inmóvil a Danijel Subasic y estiró la ventaja gala, sideral en el inicio de la etapa complementaria.
3-1: Mbappé hizo la jugada y Pogba la definió de zurda (haga clic acá para ver el gol)
En ese instante Croacia veía su gesta casi imposible. Peor aún cuando Lucas Hernández hizo una jugada por izquierda, entregó a Mbappé y este desde lejos la puso en el rincón. Los flashes brillaron en el instante. Kylian se metió en la historia grande de los Mundiales.
4-1: jugada de Hernández y Mbappé anota, recordando a Pelé (haga clic acá para ver el gol)
Jaque mate a los croatas, pero su esperanza jamás se extinguió. Siguió insistiendo, siguió presionando y así estrechó ventajas. Hugo Lloris se equivocó al intentar gambetear a Mandzukic, permitiendo que el delantero se redimiera del autogol. A falta de veinte minutos, la diferencia era de dos goles.
4-2: grave error de Hugo Lloris y descuento de Mandzukic (haga clic acá para ver el gol)
El espíritu nunca declinó, pero el físico sí. A Croacia le pasó factura el tiempo de más que jugó en partidos anteriores y no tuvo restos para forzar una prórroga.
Francia entendió que era campeona del mundo, pero a la vez vio grandeza en un rival que lo dio todo. Con ese respeto, prefirió enfriar el juego hasta que Pitana marcase el punto blanco de la mitad de la cancha. Cuando el juez argentino pitó, la fiesta se encendió.
La Torre Eiffel se iluminó con los colores franceses. Los mismos que ondearon en banderas durante la revolución. Aquellos con los que se pintaban las barricadas en el siglo XIX. Con los que armaron una reforma educativa a finales de los años 60. Y con los que ahora, una generación dorada y muy joven, arrancan una revolución futbolística que por cuatro años los tendrá como reyes legítimos. Le Monde a sus pies.
Video de los Goles de Francia vs Croacia