Decepcionante. Francia se presentó en Kazán como candidato, pero de a poco se fue convirtiendo en un equipo ordinario, frente a Australia. Tantas estrellas, pero poco fútbol. Los galos no estuvieron a la altura y en el primer tiempo no llegaron a gol.
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En la segunda mitad, cuando los oceánicos comenzaban a creer en el milagro, Francia encontró a su estrella: el VAR. Robándose el protagonismo, Andrés Cunha fue a mirar la jugada en la TV y pitó penalti, que no fue. El uruguayo se bancó las protestas de los canguros, que se sintieron robados.
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Por fortuna para los Socceroos, Samuel Umtiti le devolvió lo que el VAR le había arrebatado, con una mano infantil en el área, que significó el empate de Mile Jedinak.
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Francia en su laberinto. El tiempo pasaba y el empate se veía venir, pero una jugada fortuita le sonrió a los galos, dándole un gol a Paul Pogba, que superó la línea y necesitó del ojo de halcón para saber si fue o no fue.
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Les Bleus sacaron adelante un partido que se fue complicando, como las opciones galas de ser campeones en Rusia, si no mejoran.
