Madrid es la capital de Europa, al menos en el fútbol es así. Luego de la gesta del Real, consiguiendo su tercera final de Champions consecutiva y la cuarta en cinco ediciones, ahora fue el turno del Atlético.
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El otro equipo de la capital española quiso finiquitar la serie con el Arsenal de Londres, luego del 1-1 cosechado en Inglaterra una semana atrás. El gol de visitante conseguido por el ‘Aleti’ obligaba a los ‘Gunners’ a atacar para anotar el tanto, o se quedaba por fuera.
La ambición londinense, con David Ospina en el arco, hizo del encuentro un duelo agradable. De ida y vuelta, la pelota era británica pero la categoría se exhibía en los pies de los colchoneros, sobre todo en el mediocampo.
Gabi, Saúl Ñíguez y Koke coparon el centro del campo, llegando a zona ofensiva para apoyar a Antoine Griezmann y Diego Costa. Los delanteros se mostraron movedizos y así llegó el primer gol, culminando la etapa inicial.
El ‘Lagarto’, brasileño nacionalizado español, aprovechó su potencia para fusilar a Ospina, tras un desastre defensivo del Arsenal. Los centrales no rechazaron, los laterales no volvieron y Griezmann puso un balón preciso a Costa para el gol que a la postre resultó decisivo.
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A su juego llamaron al Atlético. Los rojiblancos pusieron en marcha el plan B en la segunda mitad, con mucho orden y poco riesgo. Arsenal tocaba la puerta, pero nunca con la fiereza necesaria para alcanzar el empate. Atrás, David Ospina tuvo varias atajadas brindando esperanzas que no culminaron en nada.
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Atlético de Madrid pasó de la desazón de quedar eliminado en fase de grupos de Champions, a ser finalista de la Europa League. Son favoritos en la final de Lyon, sabiendo que el premio gordo será llegar a la Supercopa europea y desafiar por qué no, a su acérrimo rival: Real Madrid.
Marsella clasificó en Salzburgo
Por poco se vive una hazaña en suelo austriaco. El Red Bull, cenicienta del campeonato, logró llevar al alargue al equipo galo, levantando el 2-0 de la ida.
El poderoso Marsella estuvo contra las cuerdas, Pero, a cinco minutos de los penales, un gol inesperado de Rolando rescató al cuadro del puerto francés, que vuelve a una final europea después de 25 años.