Ya Rusia 2018 se siente. Está listo el marco, los estadios, las ciudades. Los equipos se ponen a punto y los aficionados tienen todo preparado para asistir a la nación euro oriental. Sin embargo, tal vez el evento que todos esperan en el verano, no se realice.
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Las tensiones políticas tienen al campeonato FIFA pendiendo de un hilo. En Europa, consideran una amenaza el poder que puede acumular Vladimir Putin, con la realización del campeonato en territorio ruso.
Por tal razón, un grupo de 15 europarlamentarios de diferentes naciones argumentan que hacer una fiesta deportiva en Rusia es avalar ciertas situaciones que se han presentado en los últimos meses. Por ejemplo, los bombardeos autorizados por Moscú a Siria, así como la el envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal.
“Bombardeos indiscriminados a escuelas, hospitales y zonas civiles en Siria. Invasión militar de Ucrania por la fuerza, hackeo sistemático; campañas de desinformación e interferencia en elecciones; intentos de desestabilizar nuestra sociedad y debilitar y dividir a la Unión Europea. Todo esto convierte a Rusia en un anfitrión poco apropiado para el Mundial”.
Por el momento, las naciones no se han expresado sobre esta movida y si se sumarán al boicot mundialista, lo que interrumpiría el campeonato orbital.
De hacerse efectivo, este no sería el primer mundial boicoteado. En 1930, varios de los países europeos no asistieron a Uruguay, al no querer cruzar el Océano Atlántico. Los celestes pagaron con la misma moneda y no defendieron el título en Italia 1934.
Para Rusia 2018, Inglaterra e Islandia avisaron que no enviarán personal diplomático, al no estar de acuerdo con acciones que tomó el Kremlin en los últimos meses.