La travesía de Angie Sánchez es digna de una verdadera historia de aventuras. Al mejor estilo de la novela ‘La vuelta al mundo en ochenta días’, así es habitualmente su jornada. Lo que para algunos parece inconcebible, para otros se convierte en motivo para confirmar la famosa frase: “si se quiere, se puede”. Una capitalina lista para conquistar el mundo
PUBLICIDAD
Muy temprano. 4:50 am. Suena la alarma. Esta es la hora donde inicia su ajetreada mañana. A partir de allí, corre a alistar sus implementos. Se pensaría que estamos hablando de un cuaderno, esferos, útiles escolares en general, y más si aclaramos que tan solo tiene 17 años. Pero no es así. Sus herramientas de trabajo son otras.
Increíblemente, cuando ella despierta, su padre José Alfonso Sánchez ya no se encuentra en su hogar, ubicado en el sector de Kennedy. Sin embargo, la razón es bastante entendible. Trabaja manejando un taxi, el cual en gran medida es el responsable del sustento de dicha familia. Por eso, aprovechar el tiempo es crucial.
Su madre, Ángela Hernández López, tiene quizá el que se considera el trabajo de mayor complejidad, responsabilidad, sacrificio e importancia en cualquier núcleo familiar: ama de casa. Labor que, sin lugar a dudas, es sinónimo de orgullo en toda sociedad.
Sus padres, junto a sus dos perros y gata Sammy, Pelusa y Kiara, son con quienes convive. Recordando que su hermano Yeferson Sánchez Hernández, militar de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), se encuentra en la base de Gaori, situada en el Vichada. A él lo ven esporádicamente, cada vez que viaja a Bogotá. De hecho, ahora en marzo, sueñan reencontrarse.
Lo cierto de esta particular historia es que, para llegar a tiempo a su destino, es decir 8:00 am, debe salir por tarde a las 6:00 am de su vivienda. Para esto tiene que ser lo más ágil y sagaz posible, además de tener ese toque de la tan conocida ‘malicia indígena’, necesaria en todo contexto.
Su punto de partida está a unas cuantas cuadras de su casa. Un alimentador lleno de personas aguarda por ella. Aunque parezca que no cabe ni un alfiler, entra porque entra, con tal de no desperdiciar ni un valioso segundo. En seguida, arriba al Portal de las Américas. Allí, comienza otro calvario. Su objetivo es tomar el E32 y para hacerlo, literalmente recibe un empujón de la gente.
PUBLICIDAD
Una vez en el interior del articulado aguarda pacientemente durante poco más de una hora. Transcurrida esta cantidad de minutos, se baja en la estación Simón Bolívar, donde hace trasbordo para subirse al B28. Este último se encarga de acercarla cada vez más al anhelado lugar, bajándose en el Portal Norte.
Sin embargo, esto aún no termina. Un nuevo alimentador la espera. Y tal y como sucedió en su primera experiencia, otra vez entra porque entra. Incluso en esta ocasión, dicha frase aplica con mayor fuerza porque ya son casi las 7:45 am y el tiempo apremia.
Baja del bus y lo primero que hace es comprar un yogurt con fruta y cereal ya que, en medio de su trajín, no alcanzó a desayunar. Desde ahí, emprende una larga carrera a través de una calle sin anden y donde transitan diversos carros, exponiendo de manera considerable su integridad.
Después de varios metros corriendo, llega a su destino. Se encuentra con sus compañeras, las saluda y de inmediato saca a relucir sus implementos, de los cuales se habló. Se trata de sus guayos y su uniforme de fútbol, el cual porta con orgullo, resaltando el escudo de Bogotá FC. Y es que, efectivamente se devela que es futbolista de la Liga Águila Femenina.
Inicia la sesión de entrenamiento y fiel a su convicción, expone toda su calidad, siendo consecuente con sus declaraciones: “Me considero una jugadora con buena técnica y que cuando se llena de confianza le mete la vida en cada partido. Por eso mi ídolo es Andrés Cadavid porque me fascina la gente que siente pasión por lo que hace y, perdón mi expresión, pero para mí es el jugador con más huevos de toda Colombia”.
Y parece no estar equivocada. Su director técnico Mauricio Eduardo Galindo confirmó con sus palabras que Angie Alexandra Sánchez Hernández es una profesional integral, tanto así que no pone en duda que algún día será convocada y representará la camiseta del combinado patrio.
“Viene con buen proceso, la estamos llevando bien, tiene buena condición. Hay que mejorarle cosas, pero va bien encaminada. Trabaja bien, juega bien, sabiéndola llevar estoy seguro de que llegará a una Selección Colombia”
Eso sí, ella tiene los pies en la tierra e intenta no creerse el cuento. Al contrario. Día a día busca dar lo mejor de sí, incluso es bastante autocrítica, resaltando una de sus grandes debilidades, pero también da a conocer la solución.
“Mi problema es de cierta forma mental porque cuando estoy motivada puedo dar como un 1000%. Para corregir eso, leo mucho y hago algo que se llama visualización”
Su posición habitual es ser volante de creación. Allí, es donde se siente más cómoda, pero jamás se ha negado a participar en otros puestos, y esto lo aprovecha el entrenador, quien la define así: “Es polifuncional en ataque. Juega de ‘10’, de pibot, de mediapunta, volante interior por derecha cuando hacemos el sistema de tres, es una jugadora que ha mejorado mucho en cuanto a la parte táctica”
Su sueño por ahora es claro. Tal y como sucedió hace unos cuantos años cuando sus amigos inculcaron y sembraron el fútbol en su corazón, todo sigue girando en torno a este deporte pasional.
Pretende aplicar a una beca para Estados Unidos, país con una de las ligas femeninas más fuertes del mundo. Para ello, se encuentra estudiando fuertemente inglés. Pero como toda persona madura y con proyección, tiene otras opciones en caso de no conseguir esta meta. Quiere presentarse a la Universidad Nacional, donde aspira iniciar una carrera y a futuro graduarse.
Por el momento su cabeza está en Bogotá FC, el equipo que le abrió las puertas. El futuro es incierto, sin embargo, algo está muy claro, y es que independientemente del plan que elija y de cómo vaya sucediendo todo, el fútbol nunca desaparecerá de su vida.
MAS NOTICIAS DE DEPORTE, AQUÍ.
También le puede interesar: