Partido grande en el estadio Atanasio Girardot de Medellín. Atlético Nacional y América de Cali son enemigos acérrimos desde varias décadas atrás. La rivalidad deportiva no disminuyó durante los años en los que el equipo escarlata estuvo en la B, por lo que sin importar sus presentes, es un juego de esos que hay que ganar.
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Para esta ocasión, la paridad era evidente, más allá de los presupuestos de paisas y vallecaucanos, quienes sí son disímiles. Los diablos rojos llegaron en la tercera plaza, mientras que los verdolagas estaban un escalafón por debajo.
La cuarta plaza no le hacía gracia a la hinchada paisa, que no fue en el número esperado al templo del fútbol antioqueño. Sin embargo, los que asistieron se hicieron sentir desde el minuto uno.
Motivados por su gente, los jugadores verdiblancos tomaron el trámite del partido, haciendo quedar mal en ocasiones al América. El conjunto local acumulaba méritos para la ventaja inicial, pero tenía un frontón inexpugnable en la actuación de Carlos Bejarano.
El guardameta confirmó su gran momento y atajó varias pelotas que buscaban el arco, a pesar de que Nacional no mostraba el fútbol que exige los ciclos anteriores, sobre todo el de Reinaldo Rueda y el de Juan Carlos Osorio.
Las facilidades que brindaba un conjunto escarlata desconocido, sin presión ni solidez en defensa, hacía que Nacional dominase a merced el juego. El primer tiempo concluyó 0-0 gracias a la actuación del portero.
En la segunda mitad, América se mostró un poco más audaz, pero no pudo arrebatarle el dominio. Jorge Almirón leyó bien el juego y mandó a la cancha a Gonzalo Castellani y Vladimir Hernández, dejando sin filtro al mediocampo, pero creando superioridad ante un rival desordenado.
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El exjugador del Junior cambió el partido. Su movilidad tuvo a maltraer a la defensa roja, pero Bejarano continuaba en su noche soñada.
En los pies de Cristian Dájome, América tuvo el triunfo pero el exjugador verdolaga definió de mala manera a la salida del portero local. El tren de la victoria roja había pasado.
Tanta insistencia de Nacional, por momentos mal, tuvo su premio en el minuto 75. En el instante de mayor confusión verdolaga Vladimir Hernández remató a medio metro del arco y aún así tuvo la felina reacción del portero, que aunque puso las manos no pudo desviar el balón, que se incrustó con suavidad.
(Haga clic acá para ver el primer gol de Nacional)
Justo allí, los diablos rojos cambiaron su postura y se hicieron con la pelota, buscando un empate milagroso que no llegó. Cristian Martínez Borja quedó cara a cara con el portero, pero el guardameta le ahogó el grito del empate.
Vladimir Hernández se había guardado un conejo debajo del sombrero y ¡qué conejo! En tiempo de descuento, el araucano gambeteó, pasó a los jugadores con un slalom digno de los mejores jugadores del fútbol europeo. La definición de vaselina, por encima de Bejarano, fue la cereza en el postre.
(Haga clic acá para ver el segundo gol de Nacional)
Nacional recuperó la memoria por momentos y trepó en la tabla, donde ahora es escolta de Independiente Medellín. América, en cambio, sufrió un alzheimer que tira por un barranco la confianza que las primeras fechas mostró.