El internacional checo Tomas Rosicky (37 años), exjugador del Dortmund y el Arsenal y actualmente en el Sparta de Praga, ha anunciado hoy el final de su carreta profesional argumentando que no tiene «nada que ofrecer» a su club.
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«No ha sido por razones de salud, ya que no tengo ahora ningún problema. Sólo que me he dado cuenta de que no tengo nada de ofrecer a mis colegas y al club», dijo el excapitán de la selección checa, con las que jugó 105 partidos entre 2000 y 20016, en los que anotó 23 goles y con la que llegó a semifinales de la Eurocopa 2004.
La trayectoria del astro checo se vio afectada en el pasado no sólo por sus problemas en los ligamentos de rodilla, sino también en el tendón de Aquiles.
«He llegado a un estado donde todo era muy duro. Tras grandes problemas, mi cuerpo dio señales y repetía que ya no quería seguir, pero la cabeza lo sometía cada vez», resumió el jugador el dilema de estos últimos años en el Arsenal, del que se despidió en 2016 para colgar las botas en el club de su vida: el Sparta de Praga.
Rosicky, que por su virtuosismo y juego elegante se ganó el apodo del «pequeño Mozart», inició su carrera profesional en el Sparta.
Luego protagonizó el traspaso más caro de la liga checa, al ser vendido en 2001 por 15 millones de euros al Borussia Dortmund, con el que ganó Bundesliga un año después.
En 2006 fichó por el Arsenal londinense, donde los últimos años jugó intermitentemente debido a sus problemas de salud, y con el que consiguió dos títulos de la Copa de Inglaterra.
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Durante su etapa inglesa, en 2008 y cuando atravesaba su mejor momento, sufrió una lesión en los ligamentos de la rodilla que le obligó a un largo período de recuperación, por lo que no pudo disputar la Eurocopa de 2008.
Esa lesión, que en un principio no parecía grave, mantuvo al centrocampista, entonces de 27 años, apartado de los estadios de fútbol durante 18 meses, lo que marcó su trayectoria.
«Estoy pasando por los peores momentos de mi carrera. He perdido toda la temporada de primavera con el Arsenal, con grandes partidos en la liga inglesa y en la Liga de Campeones. Ahora también perderé otra gran cita», dijo entonces.
Hoy el jugador no ha querido especular sobre lo que habría podido conseguir de no haber sufrido la lesión de rodilla.
«Nunca me pensado en lo que podría haber sido, si no me hubiera golpeado la lesión que llegó en la edad más importante para un futbolista», señaló respecto.
Delante de su mujer, Radka y su hijo, Tomas, el jugador afirmó que seguirá vinculado al fútbol, en su Sparta, y que tirará de su experiencia en el balompié.
«Hay una buena oportunidad de continuar en el Sparta. Creo que sé algo de fútbol y por tanto tengo algo que ofrecer. Pero eso lo aclararemos más adelante», apostilló Rosicky, cuyo club, quinto en la tabla a 18 puntos del líder, Viktoria Pilsen, está fraguando una de sus peores temporadas a las órdenes del italiano Andrea Stramaccioni.