Dos pilotos que están destinados a hacer historia. Gustavo Yacamán y Sebastián Saavedra fueron aquellos quienes recogieron la bandera del automovilismo colombiano, luego del camino que abrió Roberto Guerrero y que llegó a su pico con los éxitos de Juan Pablo Montoya.
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Sus carreras vienen siendo lo que se previó desde niños, cuando dirimían la supremacía en las categorías infantiles, en Colombia, Brasil y Estados Unidos. Sin embargo, a la par fue creciendo una rivalidad entre ellos que terminó de explotar en Baltimore, durante una carrera.
Cuando ambos destacaban en la Indy Lights, allá por 2012, un choque en la pista hizo que hubiera fuego cruzado en redes sociales. En ella, las rencillas de siempre salieron a flote. Después de eso, sus carreras tomaron rumbo diferente.
El conflicto rememoró las peleas que de forma frecuente sostenían sus padres, quienes ayudaron a construir la historia del automovilismo en Colombia, pero que tuvieron enfrentamientos marcados hasta la muerte del papá de Saavedra.
No obstante, los hijos no quieren repetir la misma historia y dejaron atrás los rencores para apostar por algo mucho más grande que sus egos personales. Ambos están convencidos de que uniendo fuerzas pueden devolverle el brillo y la relevancia al automovilismo nacional.
Por eso, los pilotos hicieron un convenio de cara a 2018, donde participarán en una categoría IMSA de resistencia que competirá entre otros circuitos en Daytona, arropados por la bandera tricolor.
El equipo AFS PR1 Mathiasen Motorsports (por las firmas patrocinadoras) será la encargada de poner en marcha el sueño de Saavedra y Yacamán, quienes explicaron qué esperan de la odisea que emprenderán dentro de dos semanas.
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“Hay que ver que no es mucho lo que estamos haciendo en este momento, a nivel internacional, los pilotos colombianos. Y creo que, en conjunto, podemos hacer algo mucho mejor. Uniéndonos y trabajando juntos creo que vamos a poder llegar a hacer cosas muy grandes”, Sebastián Saavedra.
La unión se dio por iniciativa de Saavedra, que dejó a un lado el orgullo y llamó a su rival de toda la vida. Luego de minutos de incomodidad, los dos concordaron en que la idea era positiva y se fueron concretando reuniones para hacer el sueño realidad.
Finalmente, la escudería tuvo luz verde y la aventura en el campeonato IMSA empezará la primera semana de enero, con los colombianos en la butaca de un auto que salta entre los fórmula y los deportivos.
Gustavo Yacamán y Sebastián Saavedra no dan su brazo a torcer. Los dos por igual le dieron un ejemplo de tolerancia al deporte nacional, limando sus diferencias y trazando un objetivo en común. Ahora, quieren hacer sonar el himno colombiano muy seguido en las pistas más míticas del automovilismo mundial.