Respira Jorge Perdomo. El presidente de la Dimayor se metió en camisa de once varas al intentar explicar la definición del Torneo Águila, siempre que Leones de Itagüí se impusiera en la gran final del certamen frente a Boyacá Chicó. Finalmente, eso no ocurrió.
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El equipo boyacense terminó imponiéndose en el mano a mano, igualando en el oriente antioqueño 1-1, para después ganar en la tanda de penales.
Las cosas empezaron torcidas para el equipo que preside Eduardo Pimentel, que empezó cayendo en el estadio Ditaires. El goleador Jeison Medina puso la ventaja inicial y con eso le daba el título a Leones.
Sin embargo, Michel Vásquez empató el juego en el tiempo complementario y forzó los penales. Antes del final del partido, Gómez cobró un penalti y Escobar atajó, evitando la vuelta olímpica antioqueña.
Ya en los penales, Boyacá Chicó se impuso 5-3 y retornó a primera división tras un año de ausencia.
Con el ascenso, el equipo de Tunja evitó un escándalo internacional en el fútbol colombiano. Eduardo Pimentel avisó que no disputaría el eventual repechaje ante el Cúcuta Deportivo, al considerar que solo el primero de la reclasificación (Leones) tendría derecho a la repesca, según el reglamento.
Pimentel avisó que iría hasta las últimas instancias si lo obligaban a jugar ese partido. Incluso, preparaba un recurso ante la FIFA y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Por fortuna, todo se resolvió en el verde césped y Leones y Chicó son de primera.