El estadio Manuel Murillo Toro de gala. Como en pocas ocasiones el semestre, el coloso monumento de Ibagué se puso la pilcha estelar para apoyar a un grupo de jugadores que lo tiene soñando despierto.
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Con estadio a reventar, el equipo ‘Pijao’ recibió a un Independiente Santa Fe envalentonado con la recuperación de su goleador, Wilson Morelo. El atacante dejó atrás las molestias físicas y revitalizó el ataque de un equipo muy sólido atrás.
El juego comenzó como se previó: Tolima con la pelota, Santa Fe aguantando y no dejando espacios. Los más peligrosos eran Sebastián Villa y Marco Pérez, pero las pocas filigranas que hacían no alcanzaban a preocupar a la defensa cardenal.
Llegó la jugada de peligro. A los bochazos, Tolima tuvo el gol inicial pero entre Leandro Castellanos y los defensores despejaron el tropel formado en el área capitalina. Sin embargo, el esfuerzo le costó caro al portero, quien se desgarró un músculo y le tocó abandonar el partido, reemplazado por Robinson Zapata.
Final de los primeros 45 minutos con 0-0 en el marcador y negocio santafereño por el momento. Tolima quería, no podía. El ‘Vinotinto y Oro’ no tenía su noche más dorada en su feudo y el nerviosismo se fue apoderando de ellos.
En la segunda mitad la tónica no cambió. Santa fe sabía que la solidez le daba la ventaja para el partido de vuelta, pero sabía que una iba a tener. El equipo de Gregorio Pérez apostaba por el contragolpe con Anderson Plata y también exprimía al máximo la pelota parada. Así llegó la ventaja visitante.
Tiro de esquina desde el sector izquierdo que no pudo rechazar el central con la testa, dejándole el balón al más eficaz de los rivales: Wilson Morelo. El delantero cardenal no perdonó y de derecha le rompió el arco a Joel Silva al minuto 55.
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Mucho premio para un equipo que ofreció poco al espectáculo, pero que sabe hacer las cosas bien. Tolima se volcó en busca del empate y lo tuvo en los pies de Marco Pérez, pero de manera insólita el goleador echó el balón afuera. Los ‘Pijaos’ comenzaban a encontrar espacios.
Santa Fe renunció a atacar, aún más cuando se fue lesionado Morelo. El delantero sintió un pinchazo en el aductor derecho y abandonó el terreno de juego de manera prematura. Lo más preocupante, parece que no estará en el juego de vuelta.
Los últimos minutos favorecieron a un Tolima desordenado pero insistente. Un gol agónico hizo soñar a los locales, pero al segundo fue anulado por posición adelantada. La disciplina santafereña fue puesta a prueba en los últimos 10 minutos. Sin embargo, la figura pasó de ser Leandro Castellanos en el primer tiempo, a Robinson Zapata en el segundo. El guardameta suplente tomó la posta de su compañero y lo hizo bien.
Santa Fe asaltó un botín de oro en la tierra tolimense. La final se avizora en el binóculo cardenal y Tolima tendrá que refrescar ideas si quiere llegar a la final. Por lo pronto, la ‘tolimea’.