Cientos de jóvenes salen del conflicto a los estadios con diplomacia deportiva

Uno salió de las calles de Buenaventura al título mundial juvenil de pesas. Una entrenaba baloncesto en una cancha destartalada de Quibdó, y terminó viendo a LeBron James y Kevin Durant en el estadio de los Bulls de Chicago. Otro más pasó de las calles de la Guajira a los Tucanes. El deporte, y las estrategias de Diplomacia Deportiva de la Cancillería, son responsables de estos cambios.

La iniciativa de Diplomacia Deportiva fue propuesta por la ministra María Ángela Holguín en 2011. «Se han apoyado a 1520 niños, niñas y jóvenes de varios departamentos en el país, en las zonas afectadas por el conflicto armado. Ellos han participado en 118 intercambios con 78 países. La idea era evitar que estos jóvenes se fueran reclutados por los grupos armados», explica el director de Asuntos Culturales de la Cancillería, Santiago Jara, en diálogo con Publimetro.

En 7 años, los niños y jóvenes que han participado de estas campañas no solo se han convertido en deportistas, sino en líderes de sus comunidades. Es el caso de Carlos Javier Martín, quien vivía en zona rural de San José del Guaviare hasta que el conflicto lo golpeó duramente. De este golpe, solo lo logró sacar el fútbol.

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«Mi padre murió a los dos años, asesinado por los paramilitares. A mi madre la mataron a los 11 años las Farc, y me tuve que ir a vivir con mi familia en la ciudad, en San José. Allí aprendí a jugar al fútbol, y la Cancillería me encontró para llevarme a un intercambio», dice Martín. El intercambio lo llevó a Emiratos Árabes Unidos y Catar, donde se encontró en 2013 con, entre otros, Diego Armando Maradona.

«Allí aprendí un cambio muy grande. La arquitectura es muy distinta, la cultura es un cambio muy grande, y se nota que trabajando duro se puede llegar adelante. Ellos trabajan muy duro para dejar de depender del petróleo, y yo también intento hacerlo en San José», afirma el joven, que a sus 19 años estudia ingeniería civil y es presidente de su club.

Deportistas profesionales y jóvenes niñas

«Nuestro objetivo no es descubrir a los deportistas profesionales, sino encontrar jóvenes que tienen buenos niveles académicos y que practican el deporte para que vean hasta donde pueden llegar», explica Jara. Pero hay 20 deportistas que han salido de la Diplomacia Deportiva a la práctica profesional.

El caso más destacado es el de Lesman Paredes, quien practicaba las pesas en su colegio en Buenaventura. «Por mis buenas calificaciones y la práctica del deporte, la Cancillería me llevó a un intercambio en Londres durante los Juegos Olímpicos», dice el atleta.

Con solo 16 años, uno de los encuentros más interesantes fue con el medallista de plata en la ruta, Rigoberto Urán. «‘Rigo’ me dijo que no me rindiera, que siguiera con todo y cumplí su sugerencia», dice Paredes. Su desempeño en las pesas y su dedicación llamaron la atención de los entrenadores regionales, que empezaron a presentarlo en campeonatos nacionales.

El resultado fue muy poderoso. Lesman Paredes hizo el oro en el arranque en los Mundiales Juveniles de Georgia, en la categoría de 94 kilogramos, y la plata en el envión. La idea del joven deportista es llegar a los Olímpicos de Tokio y buscar  igualar el registro de Óscar Figueroa, medallista de plata en 2012 y de oro en 2016.

Premios de diplomacia

La iniciativa de Diplomacia Deportiva está cerca de conseguir un premio mundial: la Fundación Deporte y Paz, liderada por el Príncipe Alberto de Mónaco, nominó como finalista de su premio a esta estrategia.

Sus competidores son la participación de un equipo de lucha grecorromana de Estados Unidos en un campeonato en Iraq, a pesar del bloqueo de este país, y un partido de tenis en la frontera entre México y Estados Unidos organizado por, entre otros, el famoso tenista Bjorn Borg.

La premiación contará con la viceministra de Relaciones Exteriores Patty Londoño, Jara y ocho de los 1520 beneficiarios. Lesman Paredes y Carlos Javier Martín estarán en este grupo, que conocerá entre otras grandes figuras al exfutbolista Didier Drogba.