El mundo está en estado de alerta por los últimos atentados adjudicados al Estado Islámico, pero tal parece que en Rusia 2018 la tranquilidad absoluta tampoco estará garantizada.
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El grupo terrorista anunció que hará presencia en el próximo verano europeo en Rusia. Utilizando el logo de la competencia y con la leyenda “esperen por nosotros”, EI sembró el terror a siete meses de disputarse el campeonato del mundo, donde participará la Selección Colombia.
Para la FIFA, evitar el terrorismo no es una asignatura que se deba tomar a la ligera. Así lo entiende el presidente de la entidad, el suizo Gianni Infantino, quien ve en el fútbol una herramienta para combatir el odio y las enemistades políticas y bélicas en el mundo.
“En todo el planeta el fútbol es una herramienta de unión. En los campeonatos, ningún aficionado debe ser víctima de este tipo de violencia (terrorismo)”, Gianni Infantino.
¿Es suficiente? La nación organizadora no lo cree así. Aunque tiene las puertas abiertas para los visitante, desde el Kremlin aseguran que habrá un estricto control de seguridad en el campeonato, que garantice la realización normal del certamen y a su vez la seguridad de los millones de turistas que son esperados del 13 de junio al 14 de julio del próximo año.
Uno de los popes de la organización, Alexei Sorokin, afirmó a un diario alemán que tienen elaborado un plan de contingencia de cara a la competición orbital, analizando todas las posibilidades terroristas que se puedan presentar.
“Nuestras autoridades han desarrollado un concepto y una estrategia que creemos que son tan buenos que no habrá ataques durante el Mundial de 2018”, director del comité organizador de Rusia 2018, Alexander Sorokin.
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Para el director del comité, Rusia tiene un gran peso sobre sus hombros ya que en ningún campeonato del mundo se ha presentado algún atentado terroristas y los rusos no quieren ser la excepción. Tanta confianza se tienen en el Kremlin que no tienen pensado modificar su plan de seguridad, a pesar de los recientes atentados en Europa, como los ocurridos en Barcelona, Berlín y Londres.
“No es necesario. Siempre fuimos conscientes de una amenaza terrorista. Ahora no tenemos que cambiar nada”, afirmó Sorokin.
El gobierno de Vladimir Putin exige visa para sus visitantes, pero para la ocasión tendrá un protocolo especial. En las embajadas rusas de los diferentes países se podrá adquirid una ‘tarjeta para fans’ (Fan Card), que permitirá el ingreso durante el campeonato, a la vez que tomarán los datos de cada uno de los turistas.
Aquellos que mantengan alguna sindicación judicial tendrán prohibida la entrada al país, mientras que los sospechosos de participar en algún movimiento terrorista serán vigilados durante su estadía.
Asimismo, las hinchadas de las diferentes selecciones serán monitoreadas, evitando revueltas y combates entre ‘hooligans’. Por otro lado, los ‘fan zone’ que son habituales en los mundiales tendrán un estricto control militar con el fin de garantizar su seguridad, como lo hizo saber el Ministro de Deportes ruso, Vitali Mutkó.
El gobernante aseguró que no solo Rusia está presente en el objetivo de garantizar la seguridad del Mundial, sino que otras potencias europeas se juntarán para ver cómo lidian con la amenaza terrorista.
“Debido a la situación en el mundo las medidas de seguridad serán reforzadas. Hemos dedicado especial atención a la zona para las hinchadas de las selecciones. En Europa se está preparando una convención sobre seguridad en los partidos de fútbol. Lo importante es que esto ocurra no sólo en un país, sino en todas partes”, Vitali Mutkó.
Por otra parte, el espacio aéreo será reforzando con constantes vuelos militares en la región de los montes del Cáucaso y en los Urales, evitando así invasión desde la parte asiática de Rusia.
Las medidas de seguridad serán probadas el próximo 1 de diciembre en Moscú, durante la celebración del sorteo de la fase de grupos que determinará la fortuna del combinado de Pékerman. La suerte de los fanáticos parece estar protegida por los rusos, pero la amenaza sigue latente.