En un monumental y peligroso recorrido plagado de curvas, el BMC fue capaz de volar por las calles de Nimes, marcando el mejor tiempo de los 22 equipos participantes: 15.58 minutos, el único que bajó de los 16 minutos.
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El BMC aventajó en 6 segundos al Quick Step y al Sunweb, empatados, y en 9 al Sky de Chris Froome, que entró con el cupo mínimo de 5 corredores, pero con ventaja apreciable sobre algunos de sus rivales directos, por lo que el cuatro veces ganador del Tour empezó con buen pie la Vuelta.
El británico de origen keniano asestó el primer golpe a las primeras de cambio. Un primer arañazo de 8 segundos al colombiano Chaves y a los británicos Simon y Adan Yates (Orica), que salvaron los muebles, pero a partir de ahí las diferencias ya fueron apreciables.
Vincenzo Nibali se dejó con el Bahrain 22 segundos, Alberto Contador y su Trek 26, Fabio Aru 32 y Bardet un golpe de 37. Mirando el Tour, las diferencias hay que tenerlas en cuentas desde ahora, y Froome comienza marcando territorio.
Un recorrido monumental para abrir la Vuelta 2017. Tras un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils empezaron a salir los equipos desde La Maison Carrée (Casa cuadrada), un templo romano consagrado al culto imperial.
Una rampa de lanzamiento para callejear por el casco antiguo de la antigua Nemausus hasta la meta instalada junto al anfiteatro de Las Arenas, atravesado por una línea de asfalto.
Por un lado entraron los nuevos gladiadores del ciclismo con sus máquinas de fibra de carbono, y por otra salieron para deleite del público, muy diferente respecto a aquel de hace 2.000 años que disfrutaba con los combates a muerte de los luchadores.
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Actualmente el recinto romano es la plaza de toros, a cuya puerta miles de turistas se hacen fotos junto al monumento del ídolo local, el diestro Christian Montcouquiol, «Nimeño II», quien se quitó la vida en 1991.
Frente al la escultura del legendario diestro resonaba la megafonía de la Vuelta, por primera vez lanzada desde Francia, en ambiente festivo y triste a la vez. Francia y España se unen en el sufrimiento del terrorismo.
Los equipos iban llegando uno tras otro. Hubo precaución por las innumerables curvas: 11 en 90 grados, una en «U», dos en «S» y 2 estrechas al final. Se trataba de no perder la Vuelta a las primeras de cambio, como a algunos les pasó en el Tour. Pero en el riesgo también está la virtud.
Hubo caídas, y muchas, además desde la mañana, pues algunos corredores, como David de la Cruz, probaron el asfalto en la inspección del circuito. En carrera el Lotto Jumbo fue especialmente castigado con tres hombres dañados, como el Movistar, que descolgó al aragonés Jorge Arcas tras irse al suelo. La escuadra telefónica cumplió con la octava plaza a 24 segundos.
El primer tiempo a tener en cuenta lo marcó el Sunweb de Warren Barguil con 16.04, que superó por décimas el Quick Step. Resultado no cerrado, pues faltaban por llegar las locomotoras. La primera de ellas fue la definitiva. El BMC estaba entre los favoritos e impulsado por Dennis, imparable, se puso en cabeza para irse ya al podio directamente.
Sky no fue capaz de desbancar a los hombres de Dennis, un hombre de 27 años, de Adelaida, que brilla en pista y asfalto. Un doble campeón mundial de persecución y plata en los Juegos de Londres 2012, con 2 oros en los Mundiales contrarreloj en ruta por equipos en Ponferrada 2014 y Richmond 2015.
El campeón australiano contrarreloj lleva esta temporada 7 victorias en otras tantas pruebas relacionadas con el cronómetro. En el Tour 2015 ya estrenó un maillot amarillo el primer día.
Un gladiador del asfalto junto a la arena del anfiteatro, el emperador de Nimes que saldrá con la roja en la primera etapa en línea. «Ave» Dennis, los derrotados te saludan.
La segunda etapa se desarrolla íntegramente en suelo francés con un recorrido de 203,4 kilómetros entre Nimes y Gruissan. Una de las pocas opciones que van a tener los esprinters en la presente edición.