El futuro del Deportes Tolima se ha convertido en una incógnita para los hinchas de Ibagué. El enfrentamiento entre el alcalde de Ibagué, Guillermo Jaramillo, y el dueño del equipo Gabriel Camargo, han entrado en una polémica debido a la propiedad del equipo ‘vinotinto’.
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La discusión inició debido a que la Alcaldía de Ibagué exigió al Deportes Tolima que pagara un arrendamiento por el uso del estadio Manuel Murillo Toro. El contrato estaba en negociación, pero debido a una serie de inconsistencias en la información de los ingresos al estadio hizo que se rompieran las negociaciones.
El pleito llegó a un punto crítico con el partido ante Millonarios del pasado domingo. Jaramillo se quejó en la emisora local La Voz del Tolima de que el equipo no había entregado un dato de recaudación. Cuestionó que el equipo recibiera unas ganancias considerables pero se rehusara a pagar por el mantenimiento del estadio, recién remodelado, e intimó que el municipio estaría dispuesto a comprar el equipo.
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Camargo aprovechó la oportunidad. Mediante una carta, aceptó la «intención de compra» de las acciones del equipo ‘pijao’, y sugirió que la alcaldía entregue una carta de intención formal, así como una valoración mediante banca de inversión.
#Oficial En las próximas horas este documento será radicado en el despacho del Dr. Guillermo Alfonso Jaramillo, alcalde de Ibagué. pic.twitter.com/iOXGAoEdQW
— Club Deportes Tolima S.A ⭐️⭐️⭐️ (@cdtolima) August 3, 2017
Jaramillo sacó un conejo de la galera: los medios tolimenses destacan que averiguan si la ficha del equipo ante la Dimayor es propiedad de Camargo. «Inclusive, mirar qué es lo que tiene de base y si es o no propietario del equipo» dijo.
Entre tanto, los hinchas del fútbol en Ibagué están preocupados, debido a que Camargo ha amenazado con sacar al Deportes Tolima de la ciudad y llevarlo a otro municipio. El Murillo Toro no quedaría suelto, puesto que podría negociar con otro equipo que ha tenido constantes amenazas de reubicación: el Boyacá Chicó de Eduardo Pimentel. También se podría negociar la posibilidad de adquirir al Tolima Real, el club formado por el padrastro de James Rodríguez que debía buscar un espacio en la Liga Águila.
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