Todo empezó desde Japón, a donde no se llegó bien por falta de ritmo y exceso de confianza, recibiendo un golpe letal que aún no se supera.
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Este año el primer gran error fue la salida de Berrío y Borja, que fueron los dos goleadores del equipo el año anterior con 18 goles cada uno, más la del ‘Lobo’ Guerra, que era el del cambio de ritmo y fue uno de los mejores asistidores. En resumen, del campeón sólo quedan hoy cinco jugadores titulares (Armani, Bocanegra, Henríquez, Farid Díaz y Macnelly).
En simultáneo, se da la incapacidad de dos meses de Reinaldo Rueda y la llegada de Juan Pablo Angel al cuerpo técnico, que en su corta presencia tuvo algunas diferencias de criterio con el preparador físico del equipo. Acto seguido se presentó la salida del presidente, que era del riñón de los jugadores y técnicos. De la Cuesta no era un jefe era un amigo y eso lo sintió el grupo como propio.
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Todo lo anterior, sumado a que los que están ocupando los puestos de los que se fueron no rinden, que hay algunos jugadores mal utilizados, que el mejor jugador del equipo fue suspendido tres fechas, que la defensa tiene más años y no es tan sólida como el año anterior, que la afición chifla a Nájera, Bernal, Mosquera y Dájome, que ya los rivales estudiaron a Nacional y que la suerte no es la misma, da como resultado el peor inicio en copa desde 1977.
Increíblemente todo cambió en cuatro meses. Ahora se habla de que Rueda tomaría una selección a mitad de año. Queda entonces buscar el milagro en la Copa y ganar la Recopa y el título de la Liga para poder superar en algo el trago amargo en la celebración de los 70 años .
Por: Luis Arturo Henao / @elcoleccioniste