Balde de agua fría, antes de que empezara la función en el Principado. El Mónaco, obligado a ganar por dos goles de diferencia, no contaría en la noche de Champions con su capitán y goleador, Radamel Falcao García, quien no se recuperó de un golpe en el partido ante Girondins de Bordeaux, el último sábado. El entrenador Leonardo Jardim, que resignado, minutos antes del partido declaró “así es la vida”.
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Había que jugar y sin el colombiano, el Mónaco saltó al terreno del estadio Louis II. En las tribunas, el príncipe del equipo alentaba. No hablamos de Alberto, sino de Falcao. Los compañeros del ‘Tigre’ salieron con hambre y ganas de rendirle tributo a su capitán, pasando por encima de un sorprendido Manchester City.
En siete minutos consiguieron el gol inicial, que los acercó a la hazaña. Una arremetida de Bernard Mendy, derivó en un rebote por izquierda y Thomas Lemar metió el balón al corazón del área, para que el jovencito Kylian Mbappé pusiera la ventaja inicial. Mónaco, más cerca del milagro.
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El equipo local continuó apretando y no le daba respiro al equipo inglés de Guardiola, que se mostraba anonadado. Por la zona izquierda, los del Principado hacían la faena y una de las figuras fue Mendy, que era imparable. El lateral penetró, mandó el centro rasante atrás y Fabinho consiguió el 2-0. En menos de media hora, Mónaco había hecho la tarea.
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La recompensa llegó muy temprano para los monegascos, que le cedieron el balón a los del Manchester. Enseguida, los de Guardiola comenzaron a ejercer supremacía y el segundo tiempo favoreció en su totalidad a los visitantes. El protagonismo pasó a ser del arquero Danijel Subasic, quien con sus atajadas mantuvo al equipo del Principado en ventaja.
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Sin embargo, en el único error que tuvo el guardameta croata, el City le hizo precio. Un reboté quedó en poder de Leroy Sané y el alemán, a las órdenes de los de Manchester, puso el descuento que le significaba al club anglosajón continuar en la Champions, en los cuartos de final. Mónaco recibía un merecido castigo a su desidia y cobardía. A su decisión de meterse atrás.
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Contra el reloj, ahora los locales tenían 20 minutos para conseguir el gol que los mantuviera con vida y otorgarle la victoria a Falcao. La actitud del Mónaco cambió y se abalanzó en contra del Manchester City, que marcó mal en una pelota parada y eso permitió que el mediocampista Tiemoue Bakayoko, de cabeza, pusiera el 3-1.
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El estadio Louis II gritó de júbilo y a menos de 10 minutos para el final del partido, Mónaco pudo defender la ventaja y conseguir la heroica. Con Falcao, comiéndose las ‘garras’ en la tribuna, sus compañeros demostraron que el equipo del Principado es mucho más que un ‘Tigre’ goleador y que puede ser un hueso duro de roer para cualquiera en los cuartos de final. En esa instancia, volverá el colombiano a comandarlos.
Atlético Madrid se clasificó a los cuartos de final, aburriendo
El Atlético de Madrid completó su acceso a los cuartos de final de la Liga de Campeones con un 0-0 con el Bayer Leverkusen, con tres paradas seguidas y asombrosas para el recuerdo del esloveno Jan Oblak y con un partido a medio gas del equipo rojiblanco, entre los ocho mejores de Europa por cuarto año seguido.
El Atlético nunca sufrió por la clasificación, después del 2-4 del encuentro de ida en Alemania, pero tampoco se sintió ni cómodo ni ganador del choque de vuelta, equilibrado, con oportunidades en ambas porterías y sin riesgos reales para su billete a la siguiente ronda, en la que ya espera rival en el sorteo del próximo viernes.
Cumplió el trámite. Desde el principio no paró de gesticular, de moverse, inquieto, el argentino Diego Simeone toda la primera media hora ante un choque impreciso, sin control, ni del Atlético ni de su rival, un partido tan agitado por momentos, como el propio técnico, y un duelo de esos que no le gustan a los entrenadores, menos aún cuando la ventaja es tan buena de la ida.